LLEGAN LOS DIOSES...
NO se conocen bien los hombres a sí mismos,
tan desvalidos se creen como aparecen en la vida,
no saben que los dioses viven en su pecho, desconocidos.
Los dioses se ríen. La vida les pertenece.
Conducen el carro con tiro ardiente.
Dentro va una reina tan espléndida
que en susurros la gente menciona su nombre.
Arrodíllense, hombres. Los dioses llegan.
Los dioses se levantan desde sus sienes cargadas de polvo,
los dioses elevan a su altura el mundo entero.