14. efecto Doppler
El fenómeno que acabamos de describir fue descubierto en el año 1842 por el físico austriaco Christian Doppler y para siempre quedó asociado a su nombre. Este mismo fenómeno se observa también en la luz, debido a que también se propaga por ondas. El aumento de la frecuencia de las ondas (que el oído recoge como una elevación del tono) es percibido por el ojo como un cambio de color.
La regla de Doppler proporciona a los astrónomos una magnífica posibilidad de determinar si una estrella se acerca o se aleja de nosotros y hasta de medir la velocidad con que se realiza este movimiento. Para estos cálculos se parte del desplazamiento lateral que experimentan las rayas oscuras que cortan la franja del espectro. El estudio detenido del sentido y de la medida en que se produce este desplazamiento de las rayas oscuras permitió hacer toda una serie de descubrimientos admirables. Gracias al efecto Doppler sabemos ahora que la estrella brillante Sirio se aleja de nosotros 75 km cada segundo. La distancia a que se encuentra esta estrella de nosotros es tan enorme que un alejamiento de millares de millones de kilómetros no produce variación sensible en su brillo aparente. Sin conocer el efecto Doppler no hubiéramos sabido nunca cómo se mueve este astro.
Este ejemplo demuestra con extraordinaria claridad que la Física es una ciencia verdaderamente universal. La Física aplica esta ley, que fue establecida para las ondas sonoras que alcanzan longitudes de varios metros, a las ondas luminosas, cuya longitud es de diezmillonésimas de milímetro solamente, y utiliza estos conocimientos para medir los raudos movimientos de soles gigantescos allá en las lejanías increíbles del mundo.