12. Las lentes debajo del agua
¿Ha mirado usted en alguna ocasión objetos sumergidos en el agua a través de una lente convergente también sumergida? Si no se le ha ocurrido hacerlo hasta ahora, haga la prueba, le espera una sorpresa. La lente de aumento debajo del agua… ¡casi no aumenta! Cuando la lente que se sumerge es divergente también se nota como pierde en gran parte su propiedad de disminuir. Si hace usted este mismo experimento no en el agua, sino en otro líquido que tenga un índice de refracción mayor que el vidrio, la lente convergente disminuirá los objetos y la divergente los aumentará.
Recuerde usted la ley de la refracción de los rayos de luz y verá como estas maravillas dejan de parecerle extraordinarias. La lente convergente aumenta en el aire porque el vidrio refracta más la luz que el aire que lo rodea. Pero entre la refringencia del vidrio y la del agua hay poca diferencia; por esto, cuando introduce usted una lente en agua, los rayos de luz, al pasar de esta última al vidrio, no se desvían mucho. Esta es la razón de que las lentes convergentes aumenten menos debajo del agua que en el aire y de que las divergentes disminuyan menos.
El monobromo-naftaleno, por ejemplo, refracta los rayos más que el vidrio, por lo tanto, en este líquido las lentes convergentes disminuyen y las divergentes aumentan. De esta misma forma actúan debajo del agua, las lentes huecas (o mejor dicho, de aire). Cuando estas lentes son cóncavas, aumentan, y cuando son convexas, disminuyen. Las gafas de bucear son de hecho lentes huecas (Figura 112).