22. Un chaparrón de tormenta en casa
En casa se puede hacer con facilidad una fuente pequeña con un tubo de goma, uno de cuyos extremos se sumerge en un cubo colocado en alto o se enchufa a un grifo.
El orificio de salida del tubo debe ser pequeño, para que resulte un surtidor de chorritos finos. Lo mejor para conseguir esto es poner como boquilla, en el extremo libre del tubo, un trocito de lápiz del que se haya sacado previamente la barra de grafito. Para mayor comodidad, el extremo libre del tubo se puede sujetar en un embudo invertido, como se muestra en la Figura 105.
Si esta fuente se regula de forma que el chorro suba verticalmente hasta medio metro de altura y se le acerca una barra de lacre o de ebonita (después de frotarla con un paño) veremos algo inesperado.

Figura 105 (izquierda). Un chaparrón de tormenta en miniatura. Figura 106 (derecha). El chorro de agua se desvía cuando se le acerca un peine electrizado
Los chorritos que antes caían separados se unen ahora entre sí formando uno solo, el cual, al chocar con el fondo del plato que recoge el agua, produce un ruido considerable. Este ruido recuerda el sonido característico que producen los chaparrones de tormenta. "No cabe duda - dice el físico inglés Boys -, por esta misma causa son tan gruesas las gotas de lluvia durante las tormentas". En cuanto separamos la barra de lacre el chorro vuelve a desmenuzarse, y en lugar del sonido característico se vuelve a oír el suave murmullo del chorrito dividido.
En presencia de un público profano se puede demostrar este experimento como un truco de ilusionista, en el que la barra de lacre hará las veces de "varita de
El efecto que produce la carga eléctrica sobre la fuente se debe a lo siguiente: las gotitas de agua se electrizan por influencia, con la particularidad de que las partes de las gotas más próximas al lacre se electrizan positivamente y las opuestas, negativamente.
De esta forma, las partes de las gotas electrizadas con cargas de signo contrario se encuentran próximas entre sí y se atraen, con lo que hacen que se unan las gotas.
La acción de la electricidad sobre el chorro de agua se puede observar también de una forma más sencilla. Para esto no hay más que acercar un peine de ebonita (después de pasarlo por los cabellos) a un chorrito de agua fino, que a este propósito se deja salir del grifo del lavado. El chorro se hace compacto y se desvía sensiblemente en dirección al peine (Figura 106). Este fenómeno está relacionado con la variación que experimenta la tensión superficial en presencia de una carga eléctrica y es más difícil de explicar que el anterior.
Aunque de pasada, señalaremos también que los cuerpos se cargan fácilmente de electricidad por frotamiento. Las correas de transmisión, por ejemplo, se electrizan al rozar con las poleas. Las chispas eléctricas que saltan de estas correas constituyen un peligro de incendio en algunas industrias. Para evitar esto, las correas se platean. Una tenue capa de plata es suficiente para que las correas sean conductoras de la electricidad y las cargas no se acumulen en ellas.
Notas:
"Recientemente se han conseguido realizar en el hombre experimentos semejantes, aunque de otra forma. Para esto Köhler pegó pequeñas partículas de hierro en la membrana del oído, con lo cual este percibía las oscilaciones de la fuerza magnética como si fueran sonidos" (Prof. 0. Wiener).