18. ¿Cuántos
años hace que existe la tierra?
El estudio de las leyes de la desintegración de los elementos radiactivos ha puesto en manos de los investigadores un método seguro para calcular la edad de la Tierra.
¿Qué es la desintegración radiactiva? Esto es la transformación "espontánea" (es decir, que no está provocada por causas externas) de unos átomos en otros. Esta transformación es muy interesante porque no se deja influir por acciones externas. La disminución o el aumento de la temperatura, de la presión, etc., no ejercen ninguna influencia sobre la velocidad con que se desarrolla este proceso[5]. Los elementos como el uranio, el torio y el actinio, contenidos en algunos minerales, son los miembros iniciales de las correspondientes series de elementos radiactivos. Cada una de estas series es una sucesión de elementos radiactivos que se transforman unos en otros. El producto final de todas estas transformaciones, en los tres casos, es el plomo, que según de qué serie proviene se distingue un poco de su "peso atómico" ordinario. Así, si el átomo de plomo ordinario es 207 veces y pico más pesado que el de hidrógeno, el del plomo en que termina la serie del uranio es 206 veces, el de la serie del torio, 208 y el de la del actinio, 207. Por esto se pueden distinguir cada uno de los demás. Durante estas transformaciones los átomos que se desintegran emiten los llamados rayos alfa. Esta emisión es un flujo de partículas materiales cargadas, que son átomos de helio, gas inerte muy ligero. Estas partículas, que tienen una velocidad enorme en el momento de liberarse, pierden su carga positiva y se quedan en el mineral en forma de helio ordinario. Por esto se explica que exista helio en todos los minerales radiactivos.
Pero el cálculo de la edad de los minerales por la cantidad de helio que contienen puede dar unos resultados muy poco exactos, puesto que el helio tiene la propiedad de volatilizarse, como todos los gases ligeros. Parecía que el resultado más exacto del cálculo antedicho se podría obtener partiendo de la cantidad de plomo acumulada en el mineral. A principios de la década del 40 de nuestro siglo, el geólogo inglés Holmes, partiendo del cálculo cuantitativo de las variedades de plomo de distintos yacimientos, dedujo que la edad de la Tierra es de 3,5 millares de millones de años.
Pero en realidad lo que determinó Holmes no fue la edad de la Tierra, sino la de la corteza terrestre, basándose además en la hipótesis anticuada de que la Tierra se formó de una condensación de gases incandescentes desprendida del Sol.
En los años 1951-1952, el académico A. P. Vinogradov analizó detenidamente todos los datos disponibles y llegó a la conclusión de que no es posible determinar la edad de la corteza terrestre fundándose exclusivamente en los datos relativos al plomo. Lo único que se puede hacer es afirmar que esta edad no es mayor de 5 mil millones de años. Pero al mismo tiempo se han encontrado minerales cuya edad se ha calculado en 3 mil millones de años. Basándose en los datos sobre la velocidad de desintegración y en la cantidad existente de dos isótopos del uranio (cuyos pesos atómicos son respectivamente 235 y 238), se puede calcular que la edad de la Tierra es de 5-7 mil millones de años.
Partiendo de estos y de otros datos, se puede admitir que la Tierra tiene 6 mil millones de años. La exactitud de este cálculo se confirma por el hecho de que este mismo resultado se obtiene por métodos totalmente distintos[6].
Seis mil millones de años es una cifra descomunal comparada, no ya con la vida de un hombre, sino con la de toda la historia de la humanidad.