4. Si la velocidad del sonido disminuyera…
Si el sonido en lugar de propasarse en el aire a 340 m por segundo lo hiciera mucho más despacio, las impresiones acústicas falsas se observarían con más frecuencia.
Supongamos, por ejemplo, que el sonido recorre en un segundo 350 mm en lugar de 340 m, es decir, que su velocidad es menor que la de un peatón y que usted está sentado en un sillón y escucha lo que dice un amigo que tiene la costumbre de dar paseos 252 por la habitación mientras habla. En las condiciones normales estos paseos no impiden escuchar la conversación, pero cuando la velocidad del sonido es de 340 mm, usted no puede entender nada de lo que dice su amigo; los sonidos pronunciados antes serán adelantados por otros nuevos, los cuales se mezclaran con ellos dando lugar a una confusión de ruidos carentes de todo sentido.
Cuando su huésped se vaya acercando, los sonidos de sus palabras llegarán a usted al revés, es decir, primero oirá usted los acabados de pronunciar, después los emitidos antes, luego los dichos con mayor antelación v así sucesivamente, puesto que el que habla adelanta a sus propios sonidos y va siempre delante de ellos pronunciando otros nuevos.