7. El telégrafo de tambor

Los habitantes de algunas regiones de África, América Central y Polinesia emplean todavía las señales acústicas para transmitir las noticias.

Las tribus más primitivas utilizan para esto unos tambores especiales, con los cuales transmiten las señales acústicas a distancias enormes. Una señal convencional escuchada en un sitio, se repite en otro y así sucesivamente en adelante y en poco tiempo se pone en conocimiento de una región inmensa una noticia importante (figs. 155 y 156).

Durante la primera guerra Italoabisinia el negus Menelik II conocía rápidamente todos los movimientos de los italianos; esta circunstancia asombraba al estado mayor italiano, que no sospechaba que el enemigo poseía el telégrafo de tambor.

Cuando empezó la segunda guerra Italoabisinia el decreto de movilización general publicado en Addis Abeba fue transmitido por un procedimiento semejante. Al cabo de varias horas era conocido hasta en las aldeas más remotas del país.

Figura 155 (izquierda). Este árbol ahuecado sirve a los indígenas del archipiélago de Nuevas Hébridas para transmitir señales acústicas. Figura 156 (derecha). Indígena de las islas Fidji hablando por medio del "telégrafo" de tambor.

Lo mismo ocurrió durante la guerra Anglobóer, donde el "telégrafo" de los cafres transmitía todas las noticias militares a todos los habitantes de Capland con rapidez extraordinaria, de manera que adelantaban en varios días a los comunicados oficiales que llegaban por correo.

Algunos viajeros (Leo Frobenius) atestiguan que algunas tribus africanas tienen tan bien organizado el sistema de señales acústicas que puede considerarse que poseen un telégrafo más perfecto que el óptico que usaban los europeos antes del eléctrico.

He aquí lo que sobre esto decía una revista. R. Gasseden, arqueólogo del Museo Británico, se encontraba en la ciudad de Ibadan, en el interior de Nigeria. Un sordo ruido de golpes de tambor no dejaba de oírse ni de día ni de noche. Una mañana escuchó el científico como los negros conversaban entre sí muy animadamente. Cuando les pregunto qué ocurría, le respondió un sargento que "un gran barco de los blancos se había hundido y que muchos blancos se habían ahogado".

Esta era una noticia transmitida en el lenguaje de los tambores desde la costa. El científico no le dio a esta noticia ni la menor importancia. No obstante, a los tres días recibió un telegrama retrasado (a causa de una interrupción en las comunicaciones) en el cual le notificaban la pérdida del "Lusitania". Entonces comprendió que la noticia de los negros era cierta y que había "resonado" en la lengua de los tambores a través de todo el territorio que hay desde El Cairo hasta Ibadan. Esto era tanto más sorprendente por el hecho de que las tribus a través de las cuales se transmitió esta noticia hablan dialectos completamente distintos y algunas de ellas estaban en guerra entre sí.

Física recreativa II
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml