33. ¿Existen rayos de frio?
Hay personas que piensan que lo mismo que hay
rayos que calientan, hay también rayos que enfrían, es decir, rayos
de frío. Piensan así basándose en algunos hechos, como, por
ejemplo, Un trozo de hielo propaga a su alrededor el frío lo mismo
que una estufa calienta el espacio que la rodea. ¿No es esto acaso
una demostración de que del hielo parten rayos de frío, lo mismo
que de la estufa rayos de calor?
No. Estos razonamientos son falsos. Los rayos
de frío no existen. Las cosas que están junto al hielo se enfrían,
pero no por la acción de los "rayos de frío", sino porque los
cuerpos calientes ceden más calor por radiación que el que ellos
mismos reciben del hielo. Tanto los cuerpos calientes como los
fríos irradian calor, pero los cuerpos calientes ceden por este
procedimiento más calor, que el que pueden recibir de los cuerpos
fríos, es decir, como el calor que afluye a ellos es menor que el
gasto, se enfrían.
Existe un experimento muy espectacular que
puede hacer pensar en la existencia de los rayos de frío. Junto a
las dos paredes más lejanas de una sala larga se colocan dos
espejos cóncavos, grandes. Si en lo que se llama "foco" de uno de
estos espejos se coloca una fuente de calor poderosa, los rayos que
emite se reflejan en este espejo y van a parar al otro, donde
después de reflejarse se concentran en su "foco". Si en este sitio
se pone un papel oscuro, comenzará a arder. Esto demuestra
claramente que existen los rayos de calor. Pero si donde estaba la
fuente de calor ponemos un trozo de hielo, resulta que un
termómetro puesto en el foco del otro espejo acusa un descenso de
temperatura. ¿Quiere esto decir que el hielo emite rayos de frío
que después de reflejarse en ambos espejos se concentran sobre la
ampolla del termómetro?
No. Y en este caso también se puede explicar el
fenómeno sin admitir la existencia de los rayos de frío. Ocurre lo
siguiente:
La ampolla del termómetro cede por radiación
más calor que el que recibe del hielo y, por lo tanto, se enfría.
Como vemos, no hay por qué admitir la existencia de los rayos
fríos. En la naturaleza no existen rayos de frío; todos los rayos
comunican energía al cuerpo que los absorbe. Por el contrario, los
cuerpos radiantes (es decir, los que emiten rayos) se enfrían.
Notas:
[1] La versión
española de estos versos es de Angel Herráiz, (N. del T.)
[2] También se puede
hacer que un objeto transparente se haga totalmente invisible
rodeándolo de paredes que difundan la luz de manera estrictamente
uniforme. En estas condiciones, si miramos con un ojo el objeto a
través de un orificio lateral pequeño, percibiremos de cada uno de
sus puntos la misma cantidad de luz que si el objeto no existiera,
puesto que no habrá ni reflejos ni sombras que denoten presencia.
Este experimento se lo puede hacer de la forma
siguiente: Se hace un embudo de cartulina blanca que tenga medio
metro de diámetro y se coloca, de la forma que puede verse en la
Figura 110, a cierta distancia de una lámpara eléctrica de 25
bujías. Por la parte inferior se introduce una barrita de vidrio,
que debe quedar completamente vertical. Cualquier desviación de la
posición vertical, aunque sea muy pequeña, puede hacer que la barra
parezca oscura por el eje y clara por los lados o, al revés, clara
por el eje y oscura por los costados. Estas dos formas de
iluminación se truecan fácilmente entre sí en cuanto se varía la
posición de la barra. Después de varios intentos se puede conseguir
que la barra quede en la posición vertical correcta; entonces
desaparecerá totalmente para el ojo que la observe a través de una
rendija lateral cuya anchura no sea mayor de un centímetro. En
estas condiciones se consigue la invisibilidad absoluta de la
barra, a pesar de que su índice de retracción se diferencia mucho
del índice del aire. También se puede hacer invisible un objeto
transparente, por ejemplo, un trozo de vidrio tallado, colocándolo
dentro de un cajón pintado interiormente con pintura
luminiscente.
[3] Para que la luz
pueda producir una sensación cualquiera en un animal, los rayos
deberán ocasionar en su ojo alguna variación, aunque sea muy
pequeña, es decir, realizar algún trabajo. Para esto los rayos
tendrán que detenerse en el ojo, aunque sólo sea en parte. Pero si
el ojo es completamente transparente no puede detener los rayos, de
lo contrario no sería transparente. Todos aquellos animales cuya
defensa se basa en que son transparentes no tienen ojos o, si los
tienen, no son del todo transparentes. "Directamente debajo de la
superficie del mar, escribe el eminente oceanógrafo Murray -, la
mayoría de los animales son transparentes e incoloros-, cuando se
sacan con la red se pueden distinguir únicamente por sus pequeños
ojos negros, puesto que su sangre carece de hemoglobina (sustancia
colorante) y es completamente transparente".
[4] Es posible que el
novelista cometiera adrede este descuido al concebir la novela.
Wells suele recurrir en sus novelas fantásticas al truco literario
siguiente: disimula ante el lector el defecto fundamental de su
creación fantástica enmascarándolo con gran abundancia de detalles
reales. En el prólogo de la edición americana de sus obras de
ciencia ficción él mismo dice: "En cuanto se ha hecho el truco
mágico, todo lo demás debe mostrarse de una forma verosímil y
habitual. No hay que fiarse en la fuerza de las deducciones
lógicas, sino en la ilusión creada por el arte"
[5] Estos
razonamientos se refieren a la visión directa, es decir, cuando los
ojos no están protegidos con gafas especiales o máscara.
[6] La reflexión se
llama total en este caso porque se reflejan todos los rayos
incidentes, mientras que hasta en los espejos mejores (de magnesio
o de plata pulimentada) reflejan solamente una parte de los rayos
que llegan a ellos, absorbiendo los demás. En las condiciones
indicadas el agua es un espejo ideal.
[7] Regla graduada que
se utiliza para medir el nivel de los ríos. (N. del T.)
[8] La palabra
"templado" se emplea aquí en el sentido que la dan los pintores
cuando hablan de la tonalidad de los colores. Se llaman "templados"
el rojo y el anaranjado, para diferenciarlos de los "fríos", que
son el azul y el celeste.
[9] Antigua medida de
longitud rusa igual aproximadamente a 0,71 m. (N. del T.)
[10] Este asunto y
otros relacionados con él se tratan detalladamente en el libro de
M. Minmart 'La luz y el color en la naturaleza".
[11] Entre las
personas mayores también se producen ilusiones semejantes. Prueba
de esto es el siguiente fragmento de la narración de Grigoróvich
'Labrador".
"Los alrededores se veían como en la palma de
la mano; los árboles parecía que estaban al lado mismo del puente;
la casa, la loma y el bosquecillo de abedules se veían ahora junto
a la aldea. Todo esto -la casa, el huerto y los árboles - 'tenía
ahora el aspecto de esos juguetes en que el musgo representa los
árboles y unos trocitos de espejo, el río".
[12] Los lectores que
se interesen por los cálculos geométricos concernientes al ángulo
visual pueden encontrar explicaciones y ejemplos en mi libro
'Geometría Recreativa".
[13] El diámetro de
esta moneda es igual aproximadamente a 1,7 cm. (N. del T.)
[14] En esta posición
solamente se puede ver en momentos muy poco frecuentes, cuando se
proyecta sobre el disco solar en forma de circulo negro (lo que se
llama "el paso de Venus")
[15] Los datos
modernos sobre Marte y otros planetas no se limitan a las
observaciones visuales. Las mediciones llevadas a cabo con aparatos
muy sensibles y por medio de las sondas interplanetarias permiten
sacar conclusiones bien definidas y completamente ciertas de las
condiciones físicas que existen en los planetas y en sus satélites.
(Nota de la R.)
[16] Esta mariposa se
clasifica ahora en el género Acherontia. Es una de las pocas
mariposas capaces de emitir sonidos-una especie de silbido que
recuerda el chillido de los ratones -, y la única que lo produce
con los órganos bucales. Su voz es bastante fuerte, por lo que se
puede oír a varios metros. En nuestro caso el sonido podía parecer
más fuerte aun, puesto que el observador consideraba mentalmente
que el origen del mismo se encontraba a gran distancia (véase
"Física Recreativa", libro 1, cap. X, "Curiosidades del oído”).
[17] Este dibujo
puede servir de ilustración al principio geométrico que dice que el
área de las dos partes de la "pipa" son iguales.
[18] A los que se
interesan por las ilusiones ópticas me permito recomendarles el
pequeño álbum 'Ilusiones Ópticas" en que he reunido más de 60
ejemplos de distintas ilusiones de este tipo.
[19] En este
principio se basan algunos instrumentos que se utilizan en la
práctica, entre ellos los estroboscopios y los estrobotacómetros,
que se utilizan para medir la frecuencia de procesos alternativos
muy rápidos. Los estroboscopios proporcionan mediciones
extraordinariamente exactas (por ejemplo, la precisión del
estroboscopio electrónico llega hasta una 0.001%). (N. de la R.)