7. ¿De qué depende la solidez de los nudos?
En nuestra vida ordinaria, sin darnos cuenta de ello, utilizamos con frecuencia las ventajas que nos da la fórmula de Euler. Un nudo no es otra cosa que una cuerda arrollada a un eje, con la particularidad de que en este caso las veces de este último las hace otra parte de la misma cuerda. La solidez de cualquier clase de nudos (ordinarios, de ballestrinque, marineros, de tejedor, de lazada, etc.) depende exclusivamente del rozamiento, que en este caso aumenta mucho debido a que la cuerda se enrolla sobre sí misma, lo mismo que la maroma alrededor del amarradero. Esto es fácil de comprobar observando las vueltas que da la cuerda al formar el nudo. Cuanto más vueltas y cuanto mayor número de veces se enrolle la cuerda alrededor de sí misma, tanto mayor será el "ángulo de arrollamiento" y, por consiguiente, el nudo será más sólido.
Los sastres utilizan inconscientemente este mismo fenómeno cuando cosen los botones. Por eso hacen pasar el hilo multitud de veces entre los agujeros del botón y la tela y después lo cortan. Si el hilo es fuerte, el botón no se cae. En este caso se aplica la regla mencionada anteriormente: cuando el número de vueltas que da el hilo aumenta en proporción aritmética, la solidez de la costura (o pegadura del botón) crece en proporción geométrica.
Si no existiera rozamiento no podríamos utilizar botones, puesto que los hilos se desenrollarían por la acción de su peso y los botones se caerían.