El landismo

A principios de la década de los setenta, "No desearás el vecino del quinto" (1971) del asturiano Ramón Fernández fue el bombazo de la temporada, un éxito sin precedentes dentro de las coordenadas del cine ibérico cuya trascendencia no se limitó al terreno estrictamente cinematográfico sino sociológico. Aunque todos los análisis al respecto se hayan centrado en la figura de su principal intérprete, Alfredo Landa, de donde se ha derivado el término "landismo", siempre se ha omitido la figura de su principal autor, el realizador Ramón Fernández, ya que por regla general todos los films posteriores aunque realizados por otros directores han seguido la misma codificación cinematográfica.

Los argumentos que han utilizado los críticos para reventar las comedias protagonizadas por Alfredo Landa son muy endebles, la clásica pataleta contra todo cine español que funcione en taquilla: subcomedia, subcine, películas de reprimidos sexuales

No se cuestiona de ningún modo la sociedad que engendró esta película. Tras tres décadas de un moralismo a ultranza, propia del franquismo, existía dentro del ciudadano medio unas ganas locas de liberarse de sus complejos ancestrales.

El sexo era tabú, pecado, una ofensa a Dios, y sólo estaba permitido dentro de la santidad del matrimonio, aunque dentro de unos estrictos límites. Pero en el interior de cada español estaba enquistado unas ganas locas de vivir la vida y de disfrutar de lo más hermoso de la Creación, el sexo.

Al ser el sexo la manzana prohibida dentro del "Paraíso" franquista, Reserva Espiritual de Occidente naturalmente, dada la especial idiosincrasia del españolito terminó por convertirse en una obsesión. De ahí que una generación de espectadores se sintieran representados por Alfredo Landa, un actor que no era alto ni guapo, su personaje no era brillante sino gris y mediocre.

En cierta forma Landa era el equivalente español de Jack Lemmon, la diferencia entre uno y otro estaba en el profundo abismo que separaba España de los Estados Unidos, de un país esperpéntico a la primera potencia mundial.

A estas alturas nadie discute que Alfredo Landa es un actor, lo es y muy bueno. Ya lo había demostrado en "Atraco a las tres" de Forqué, su debut en la pantalla, y en sus siguientes apariciones "El verdugo" (1963) de Berlanga y sobretodo "La niña de luto" (1963) de Manuel Summers, donde fue un eterno novio en una España no menos eterna.

En los sesenta le vimos en varias comedias donde siempre estuvo francamente bien, "Ninette y un señor de Murcia" (1965), dirigida por Fernando Fernán-Gómez, "Los que tocan el piano" (1967) de Javier Aguirre y otras. Su primer éxito personal vino de la mano del mencionado Summers, quien tras fracasar con sus "Juguetes rotos" (1966) se pasó al mal llamado cine comercial. La crítica bramó indignada, ¿rodar películas que gusten al público? qué aberración! Pero tanto "No somos de piedra" (1967) como "¿Por qué te engaña tu marido?" (1968) dieron buenos dividendos, origen de un inusitado rencor hacia el intérprete y el realizador que han osado colocar sus títulos entre los más taquilleros.

Ya se sabe, lo que más odia el español es el triunfo ajeno. Pero este pamplonica, nacido en 1933, quien abandonó sus estudios de Derecho para ingresar en el teatro siguió adelante.

"No desearás el vecino del 5ß" posiblemente no es una buena película, pero tuvo la virtud de aparecer en el momento adecuado y en el lugar apropiado. Fue fruto de una coyuntura que convirtió a este actor bajito y poco atractivo en un mito adorado por muchos españoles que tambien eran bajitos y poco atractivos, que adoraban como locos a las mujeres y que estaban hartos del cilicio y de los placeres solitarios. Donde haya una buena hembra A las españolas también les caía bien Alfredo Landa, no era muy guapo pero tenía una mirada tierna.

Durante seis años el landismo fue un auténtico fenómeno de masas hasta que un día el Generalísimo Franco falleció en un hospital de Madrid. Una nueva España acababa de nacer. Cuando el sexo dejó de ser pecado y ver una mujer en porretas no era un acto traumático, apareció el cine de destape. Ya no era un cine de reprimidos, pero naturalmente tampoco gustó a los críticos. ¿Que unos señores y señoras se den un revolcón en las pantallas? qué horror, qué espanto!

La libertad mató el landismo, pero permitió que renaciera de nuevo el auténtico Alfredo Landa actor. Con "El puente" (1976) de Juan Antonio Bardem y en todos sus films con José Luis Garci descubrimos que Landa no era ningún palurdo: "Las verdes praderas" (1978), "El Crack" (1981), "El Crack II" y "Canción de cuna" (1993). La alegre sátira "Por fin solos!" (1994) de Antonio del Real, que incluso dio origen a una serie de televisón repitiendo el reparto original, demuestra que a pesar del paso de los años, Alfredo Landa continúa en forma. Un matrimonio (Landa y María José Alfonso) están agobiados, sus hijos son muy mayores y no se independizan, viviendo aún a costa de sus fatigados progenitores. Para deshacerse de tan molestos retoños, papá Landa inventará mil enredos para que se casen y le dejen tranquilo Una de sus más recientes apariciones fue "Los Porretas" (1996) de Carlos Suárez, basado en "La saga de los Porreta" una antigua serie radiofónica de Eduardo V. Carrasco, secundado por María Isbert, Manolo Codeso y Lázaro Escarceller.

Por si fuera poco con "Los santos inocentes" (1984) de Mario Camus este incansable pamplonica triunfa en Cannes, obteniendo junto a Francisco Rabal la Palma de Plata al Mejor Actor. Landa también fue un excelente Sancho Panza en "El Quijote" (1992) de Manuel Gutiérrez Aragón, incluso parecía que Don Miguel de Cervantes le hubiera escrito este papel a su medida, y también bordó un improbable marino que se embarcó con Cristobal Colón en "La marrana" (1992) de José Luis Cuerda. Pero mi personaje preferido de toda su filmografía es Malvis, el bandolero Fendetestas de "El bosque animado" (1987) del mismo Cuerda, basado en una novela de Wenceslao Fernández Flórez, (66) posiblemente la película suya que más me guste porque se trata de una preciosa aproximación a la España Mágica tan ignorada por nuestro cine. (67)

El Cine cómico
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_042.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_043.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_044.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_045.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_046.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_047.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_048.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_049.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_050.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_051.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_052.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_053.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_054.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_055.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_056.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_057.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_058.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_060.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_061.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_062.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_063.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_064.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_065.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_066.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_067.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_068.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_069.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_070.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_071.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_072.xhtml