Antonio Gil Varela entrañable "Varillas"
El popular Varillas nació en Madrid el 14 de noviembre de 1895 y murió durante la Guerra Incivil Española, truncándose así la carrera de uno de los mejores cómicos españoles.
De niño fue educado en el barrio de La Latina y se educó en el Instituto de San Isidro. Muy alto para la época (1'70), de pelos grises que después tiñó de castaño y ojos pardos, Varillas deseaba ser torero saltando varias veces como espontáneo en la Plaza de Vista Alegre en Madrid. También estudió medicina durante tres años, pero cuando un amigo suyo falleció de enfermedad contraída por una infección en una práctica, Varillas se espantó y cambió la Universidad por la escena debutando a los diecinueve años en el Teatro Gran Vía con un papelito en la opereta "El conde de Luxemburgo", actuando después en el Novedades y el Price, obteniendo gran éxito en sus composiciones cómicas, sobretodo en "Los Gabrieles" representada en el María Isabel.
Para complacer a su novia, el inquieto Varillas dejó el teatro cursando oposiciones para el Cuerpo de Policía que ganó, pero no ejerció ese oficio al terminarse el romance. Su amigo José Buchs, incansable pionero del cine español, le dio papeles en varios de sus filmes, obteniendo buen éxito en la creación de su personaje de Don Nuez, un atolondrado señorito andaluz con sombrero cordobés: "La inaccesible" (1920); "La señorita inútil" (1921); "La reina mora" (1922); "Carceleras" (1922), versión muda; "El pobre Valbuena" (1923) En esta etapa hay que añadir también "Los guapos" (1922) de Eurico Santos.
De nuevo con Buchs el cómico se lució en "Rosario la cortijera" (1923), de ambiente taurino, donde Varillas bailaba con particular gracejo. En "Curro Vargas" (1923), del mismo director, aparecía en un onírico harén en unas secuencias rodadas en la Alhambra de Granada. "Pilar Guerra" (1926), en una línea distinta, fue un retrato que realizó Buchs de la burguesía española que en aquellos años tan difíciles estaba en la luna de Valencia, ignorando todo el dramatismo que ocurría a su alrededor.
"Los hijos del trabajo" (1924) de Agustín G. Carrasco; "Nit d'albaes" (1924) de Maximiliano Thous y "El gordo de Navidad" de Fernando Delgado fueron tres títulos que este cómico rodó al margen de su protector. Como el cine español no le daba oportunidades, Varillas, admirador de los cómicos americanos, marchó hacia Hollywood para rodar "La sirena de Sevilla" (1925) con Priscilla Dean y varios cortos de dos rollos, muy de moda en aquella época, pero al enfermar su madre regresó de nuevo a España. En Valencia Antonio Gil Varela rodó su único film como protagonista que él dirigió personalmente, "Nobleza de corazones" (1925), pero por desgracia ese largometraje se perdió y se conservan muy pocos minutos.
En 1932 Varillas apareció en la versión sonora de "Carceleras", rodada en los Estudios Orphea de Barcelona, la primera película hablada y cantada en español de nuestra cinematografía, exceptuando los ensayos de Francisco Elías. También se dedicó al doblaje cuando esta técnica empezó a desarrollarse en España. Su postrera recreación de Don Nuez, la versión sonora de "La reina mora" (1936) de Eusebio Fernández Ardavín, conocida por su pase en Televisión Española, nos demostró que Antonio Gil Varela "Varillas" era un perfecto robapelículas eclipsando a la insulsa pareja protagonista (Pedro Terol y María Arias, dos grandes cantantes escasamente dotados para el cine) y además un actor de gran gracia y salero. Destaca la secuencia final en la que Don Nuez pretende rondar a la "Reina Mora" cantándole bajo su balcón, recibiendo los requiebros de una cotorra que el pobre incauto confunde con su amada. El ingenuo enamorado la cantará hasta el amanecer en vano. Meses después de la claqueta final estalló la desdichada Guerra Incivil y, al igual que muchos españoles, Varillas no la sobrevivió dejándonos para siempre.