De los ochenta a los noventa

Las últimas décadas han sido de una profunda sequía para la pantalla cómica si se considera el género desde el punto de vista tradicional, es decir, en función de una estrella privilegiada como fueron en su día Buster Keaton, Harpo Marx, Stan Laurel, Charlie Chaplin o Larry Semon quienes desde sus respectivos estilos hicieron reír a generaciones de espectadores.

Es necesario distinguir entre actor cómico y comediante, la diferencia entre ambos está en que el primero es un creador de gags que provoca la carcajada continua a lo largo de una película, su mera presencia ya basta para saber qué vamos a ver antes de colocar el video en el televisor.

El comediante busca más bien la sonrisa, la complacencia, y es generalmente un actor que actúa en diferentes géneros. No es un creador de gags porque sigue las pautas que le da el guión.

Actores específicamente cómicos han aparecido muy pocos en las últimas décadas, pero si comediantes que con mayor o menor fortuna nos han hecho pasar ratos agradables.

Pee-Wee Herman es una figura que podría haber llegado lejos, pero tiró su carrera por la borda al masturbarse en público en una sala de cine porno. Un acto tan absurdo como lamentable que puso en tela de juicio no su moralidad sino su cordura.

Su verdadero nombre es Paul Reubens, y en Estados Unidos se hizo célebre en la televisión por un programa infantil, "Pee-Wee's Playhouse" donde el personaje vivía rodeado de juguetes.

En "La gran aventura de Pee-Wee" (Pee-Wee's Big Adventure, 1985) de Tim Burton tuvo su primera aventura cinematográfica, bastante prometedora, y una película graciosa llena de guiños al espectador como aquella secuencia en que Pee-Wee pierde el control de un auto e irrumpe en el rodaje de un film de Godzilla, llevándose al "monstruo" por delante.

Dos años después apareció brevemente en "Regreso a la playa" (Back to Beach, 1987) de Lyndall Hobbs, un film ñoño de Frankie Avalon donde se recordaba las series de los sesentas. Pee-Wee cantaba una canción y era naturalmente el momento más afortunado de toda la película repleta de cursilerías.

"El gran Pee-Wee" (Big Top Pee-Wee, 1988) de Randall Kleiser fue su segundo largo. Un título que ingresó en el Libro Guinnes de los Récords por contener el beso más largo de la Historia del Cine. Claro que la compañera de ósculo de Pee-Wee fue la bella napolitana Valerie Golino. Así cualquiera.

Tras el escándalo al que hemos hecho referencia, su estrella se apagó radicalmente y a partir de entonces sólo nos han quedado dos breves apariciones, una en el pregenérico de "Batman vuelve" (Batman Returns, 1992) de Tim Burton, como el padre del Pingino (Danny De Vito), y otra en "Buffy, la cazavampiros" (Buffy, the Vampire Slayer, 1992) de Fran Rubel Kuzui, una película hortera de vampiros.

La pareja Cheech Martin y Tommy Chong se formó en el campo de la música de la mano de Frank Zappa, actuando también en el teatro. Un productor de cine independiente se interesó por sus obras y les ofreció debutar en el cine, "Como humo de va" (1979) de Lou Adler, apología del mundo de la droga, obteniendo un éxito inusitado. A este título siguieron "Todo está muy duro" (1982) de Tom Avildsen; "Como flotas, tío" y "Seguimos fumando" (1983) ambas de Thomas Chong que pasó a convertirse en realizador; "El destete de los hermanos Corsos" (Cheech and Chong's the Corsican Brothers, 1984) también de Thomas Chong; breves apariciones en "Jo, qué noche!" (After Hours, 1985) de Martin Scorsese y "Los desmadrados piratas de Barba Amarilla" de Mel Damski, con Graham Chapman, Peter Boyle, Marty Feldman y Madeline Kahn.

Su vida cinematográfica fue efímera y nada distinguida. Su humor, por llamarlo de algún modo, está basado en el pasotismo y el paso del tiempo les ha arrinconado definitivamente convirtiéndoles en personajes obsoletos. Sin embargo debemos resaltar aquí una aparición en solitario de Cheeh Martin como el fantasma hilarante de Colorado, un conquistador español de California, que desea que sus restos reciban cristiana sepultura para poder reposar en paz. "El misterioso fantasma de un niño muy normalito" (Charlie's Ghost, the Secret of Coronado, 1994) de Anthony Edwards, versión libre y moderna de un relato de Mark Twain, no es en absoluto desdeñable, y Cheeh Martin es un espectro muy simpático, secundado por una Linda Fiorentino anterior a su espectacular consagración como actriz.

Tommy Chong en solitario protagoniza y dirige "Pasado de rosca" (Far Out Man, 1990), posiblemente sea este título el que mejor define la esencia de su cine. Tal vez el mayor éxito de Tommy Chong lo haya conseguido en la cama, por ser el padre de la actriz Rae Dawn Chong, protagonista de "En busca del fuego" (La guerre du feu, 1981) de Jean-Jacques Annaud. Aquí sí acertó.

El realizador Spike Lee fue llamado el Pedro Almodóvar negro cuando irrumpió en las pantallas norteamericanas, pero eso no es decir nada en su favor. Su cine es revanchista, repleto de rencor y en cierto modo racista. Nació como Oliver Hardy, en Atlanta, Georgia, en 1957, estudiando en Morehouse College y en la Tirsch School of the Arts de la Universidad de Nueva York.

Creando productora propia de curioso título, 40 Acres and a Mule, rodó sus primeras películas en la marginalidad, sacando sus temas de la propia calle.

"Nola Darling" (School Danze, 1987) fue rodada en doce días con un presupuesto inferior a dos millones de pesetas; "Aulas turbulentas" (School Daze, 1988) es una dura crítica a los negros renegados, es decir a los que se integran en el sistema; "Haz lo que debas" (Do the Right Thing, 1989) protagonizada por el italoamericano Danny Aiello trata del odio racial entre comunidades; "Cuanto más, mejor" (Mo'Better Blues, 1990); "Fiebre salvaje" (Jungle Fever, 1991) es un film sobre una pareja mixta formada por un hombre negro y una mujer blanca, tema poco tratado por el cine americano; ya en plan serio "Malcolm X" (Malcolm X, 1992), la biografía del más radical activista afroamericano, "Croklyn" (1993), "Camellos" (Clockers, 1995) y la comedia sobre los teléfonos eróticos "Girl 6" (1996), un retorno a sus fuentes.

Su cine pretende ser espontáneo y ha dejado profunda huella en el público negro norteamericano, aunque haya sido financiado por capital blanco e imperialista. Esta es precisamente la mayor contradicción de Spike Lee y lo que nos hace dudar de su sinceridad, rodar películas reivindicativas está bien visto en ciertos círculos "liberales" pero un poco de coherencia no hace daño a nadie. (46)

Tal vez me parezca más coherente la actriz de color Whoopi Goldberg quien, aunque tenga una carrera irregular, es una excelente cómica como lo ha demostrado en su participación en "Una monja de cuidado" (Sister Act, 1992) de Emile Ardolino y "Sister Act 2. De vuelta al convento" (Sister Act 2: Back in the Habit, 1994) de Bill Duke, sobre una cabaretera que para esconderse de unos fascinerosos se hace pasar por monja, sin embargo su influencia será positiva para sus ocasionales "hermanas" de religión.

Tras su espléndido debut en "El color púrpura" (The Color Purple, 1985) de Steven Spielberg, la carrera de Whoopi parecía abocada al fracaso con títulos tan poco estimulantes como "Jumpin' Jack Flash" (Jumpin' Jack Flash, 1986) de Penny Marshall; "Burglar" (1987) de Hugh Wilson; "Belleza mortal" (Fatal Beauty, 1987) de Tom Holland; "The Telephone" (1988) de Rip Torn; "El corazón de Clara" (Clara's Heart, 1988) de Robert Mulligan; "Homer y Eddie" (Homer and Eddie, 1889) de Andrei Konchalovski, con James Belushi, y "Beverly Hill Brats' (1989) de Dimitri Sotirakis.

Pero con "Ghost, más allá del amor" (Ghost, 1990) de Jerry Zucker, Whoopi dio la campanada en su espléndido papel de la médium, obteniendo el Oscar a la mejor actriz de reparto, relanzando así su alicaída carrera. Los títulos se iban sucediendo a su filmografía cada vez más en alza: "The Long Walk Home" (1990) de Richard Pearce; "Escándalo en el plató" (Soapdish, 1991) de Michael Hoffman, con Robert Downey jr y Kevin Kline; "El juego de Hollywood" (The Player, 1992) de Robert Altman; "Boys on the Side" (1994) de Herbert Rose; "Corina, Corina" (1994) de Jessie Nelson; "Dino Rex" (T-Rex, 1995) de Jonathan Betuel y su breve aparición en "Desnudo en Nueva York" (Naked in New York, 1996) de Daniel Algrant, con Kathleen Turner.

En "Made in América" (Made in America, 1993) de Richard Benjamin, Whoopi es una madre soltera con una hija (Nia Long) que desea conocer a su padre. La fecundación se había obtenido mediante esperma de un donante anónimo y la chica investigará la identidad de su ignoto progenitor, descubriendo con estupor que éste es blanco (Ted Danson). El rapero Will Smith, protagonista de la insoportable serie "El príncipe de Bel Air" (The Fresh Prince) es el novio de la estupefacta chiquita, girando la trama sobre un conflicto interracial.

Para la televisión, Whoopi ha intervenido o protagonizado telefilmes como "El pasado me pertenece" (My Past is My Own, 1989) de Helaine Head y "El sabor del dinero" (Kiss Shot, 1989) de Jerry London; además de series como "Bagdad Café" (Bagdad Cafe, 1990) de Paul Bogart y varios episodios de "Star Treck: Nueva generación" (Star Treck: The Next Generation, 1991), así como su adaptación cinematográfica, "Star Trek: la próxima generación" (Star Trek VII: Generations, 1994) de David Carson.

El orondo John Candy nació en Canadá, aunque este popular cómico desarrolló su carrera en los Estados Unidos. Tras rodar en su país diversos largometrajes, en la segunda mitad de los setenta fue llamado por Hollywood para actuar en papeles secundarios en diversas películas de moda: "1941" (1941, 1979) de Steven Spielberg: "Granujas a todo ritmo" (The Blue Brothers, 1980) de John Landis: "El pelotón chiflado" (Stripes, 1981) de Ivan Reitman, con Bill Murray, Harold Ramis y Warren Oates; "1, 2, 3 Splash" (Splash, 1984) de Ron Howard: "El gran despilfarro" (Brewster's Millions, 1985) de Walter Hill; "Armados y peligrosos" (Armed and Dangerous, 1986) de Mark Lester; "La tienda de los horrores" (Little Shop of Horrors, 1986) de Frank Oz; "Loca historia de las galaxias (Spaceballs, 1987) de Mel Brooks; "Mejor solo que mal acompañado" (Planes, Trains and Automobiles, 1987) de John Hughes, con Steve Martin; "¿Quien es Hary Crumb?" (Who's Harry Crumb, 1988) de Paul Flaherty; "Dos cuñados desenfrenados" (The Great Outdoors, 1988) de Howard Deutc, con Dan Aykroyd; "Los locos del Cannonball III" (Cannonball, 1990) de Jim Drake; "Valkenvania" (1990) de Dan Aykroyd; "Solos con nuestro tío" (1990) de John Hughes; "Delirious" (1990) de Tom Mankiewicz; "Sólo en casa" (Home Alone, 1990) de Chris Columbus; "Yo, tú y mamá" (Only the Lonely, 1991) de Chris Columbus, con Maureen O'Hara; "JFK — Caso abierto" (JFK, 1991) de Oliver Stone; "Operación Canadá" (Canadian Bacon, 1994) de Michael Moore Además Candy protagonizó un programa de televisión que le hizo muy popular allende el Atlántico: "SCTV" (1988) que incluía la serie "Boris y Natasha", también llevada al cine. (47).

Su carrera parecía no tener fin, pero un día nos sorprendió a todos falleciendo inesperadamente en Méjico durante el rodaje de "Caravana al Este" (Wagons East, 1994), un western cómico, el 4 de marzo de 1994 a los 43 años. "Operación Canadá" con Alan Alda y Dan Ayckroyd es uno de los mejores trabajos de Candy. El Presidente de los U.S.A. (Alan Alda) planea declarar la guerra al Canadá, porque la economía del país está muy mal. Candy es un patriota ofuscado que provocará numerosos desacatos.

John Candy fue una figura más o menos simpática, caía bien a una gran parte del público y tenía muchas fans. No era ningún creador de gags, pero siempre cumplía con su objetivo de hacer feliz la vida de los demás aunque la suya se apagó antes de tiempo.

Y hablando de orondas figuras no podemos olvidarnos ni de John Goodman ni de Roseanne Barr, dos estrellas de televisión de mucho peso. Goodman no en vano se ha convertido en un actor habitual del último cine americano, "Arizona Baby" (Raising Arizona, 1987) de Joel Coen, una comedia disparatada, y "Rafi, un rey de peso" (King Ralph, 1991) de David S. Ward, con Peter O'Toole. La película de Coen es un derroche de imaginación. Un delincuente (Nicholas Cage) se casa con una agente de policía (Holly Hunter), pero no pueden tener hijos. Por eso secuestrarán a un quintillizo, hijo de un millonario. Las secuencias de persecución, con cámara subjetiva, son de lo mejor que he visto en cine durante muchos años.

La sencillez y la imaginación de los hermanos Ethan (productor y guionista) y Joel Coen contrastan brutalmente con el derroche de medios, aunque no de imaginación de "Los Picapiedra" (The Flinstone, 1993) de Brian Levant. Goodman es un buen Pedro Picapiedra, pero la sucesión de secuencias es un tanto abrumadora.

En cuanto a Roseanne no podemos olvidar su "Vida y amores de una diablesa" (She-Devil, 1989) de Susan Edelman donde dio muestras de sus valores histriónicos.

Aunque de hecho el histrión por excelencia (aparte de Jack Nicholson, rey de los aspavientos) del cine de los noventa es sin duda Robin Williams, quién triunfó plenamente con su número de travesti en "Sra Doubtfiree, papá de por vida" (Mrs. Doubfiree, 1993) de Chris Columbus.

Otro valor importante dentro de la comedia de los ochenta es Tom Hanks, tal vez con un personaje en exceso atontado, que sin embargo sorprendió a propios y extraños en su papel de homosexual enfermo de SIDA (la enfermedad más implacable de la última década) en "Philadelfia" (Philadelfia, 1993) de Jonathan Demme, con Denzel Washigton y el español Antonio Banderas, su amante en el film. Hanks obtuvo con toda justicia un Oscar por su impresionante interpretación descubriendo en él un registro hasta entonces desconocido. Con "Forrest Gump" (Forrest Gump, 1994) de Robert Zemeckis, repitió éxito en el papel de un retrasado mental que le valió su segunda estatuilla por segundo año consecutivo.

En cambio como humorista, género en el cual se le ha encasillado durante algún tiempo debido un físico un tanto tontorrón, deja bastante que desear.

Uno de sus primeras películas fue "Sabe que estás sola" (He Knows You're Alone, 1980) de Armand Mastroianni pero obtuvo su primer éxito popular con "1, 2, 3 Splash!" (Splash, 1984) de Ron Howard, con la siempre bella Daryl Hannah en el papel de una exquisita sirena.

"Despedida de soltero" (Bachelor Party, 1984) de Neal Israel fue una comedia ordinaria, de escaso ingenio como todas las de su director; "El hombre con un zapato rojo" (The Man with One Red Shoe, 1985) de Stan Dragoti, ya comentada, es un refrito de un film francés de Pierre Richard; "Esta casa es una ruina" (The Money Pit, 1986) de Richard Benjamin, con Shelley Long, en cambio es una ingeniosa comedia sobre unos recién casados que compran una casa amenazadora, digna de un corto de Buster Keaton; "Nada en común" (Nothing in Common, 1986) de Garry Marshall (hermano de la realizadora Penny Marshall); "Mil veces adiós" (Every Time We Say Goodbye,1986) de Moshe Mizrahl, un título extraño con nuestra Cristina Marsillach; "Dos sabuesos despistados" (Dragnet, 1987) de Tom Mankiewicz, con Dan Aykrod, divertida película donde planea la sombra de Abbott y Costello; "Big" (Big, 1988) de Penny Marshall, original propuesta de un adolescente que repentinamente crece por medio de un sortilegio; "No matarás al vecino" (The Blurbs, 1988) de Joe Dante; "Socios y sabuesos" (Turner & Hooch, 1989) de Roger Spottiswode; "Joe contra el volcán" (Joe versus the Volcano, 1990) de John Patrick Shanley, ácida comedia con estúpido final; "La hoguera de las vanidades" (The Bonfire of the Vanities, 1990) de Brian De Palma, un cambio de estilo para Hanks y un sonado fracaso comercial; "Ellas dan el golpe" (A League of Their Own, 1992) de Penny Marshall con la impagable Geena Davis y la monótona Madonna, reina del erotismo cutre; "Algo para recordar" (Sleeepless in Seatle, 1992) de Nora Ephron; "I'll Be Waiting" (1993) de Tom Hanks, donde por fin el actor accede a la realización; "Forrest Gump" (1994) de Robert Zemeckis, y "Apolo 13" (Apollo 13, 1995) de Ron Howard.

De su filmografía humorística convendría resaltar "Lo que cuenta es el final" (Punchine, 1988) de David Seltzer que trata de los llamados Showmen americanos, más conocidos como "Stand-up comics", término que define a los cómicos que actúan cara al público, que hacen su trabajo de pie y la palabra del título en inglés significa literalmente "la frase final" con que se termina una actuación.

Tom Hanks es sin duda un buen actor, pero un cómico mediocre en el sentido que no es capaz de construir gags memorables que dejen huella en el espectador. Nada que ver con Jack Lemmon, no tiene esa bis cómica necesaria para hacernos reír abiertamente, pero sí que tiene un gran poder de comunicación, razón por la cual ha luchado como un jabato para enderezar una carrera equivocada que podía haberle llevado al callejón sin salida del cine insustancial.

La agradable Goldie Hawk nace en Washington el 21 de noviembre de 1945. Delgada, rubita, de ancha sonrisa, es una de las figuras más importantes del cine americano de las últimas décadas, aunque muchos críticos le reprochen su narcisismo, defecto muy habitual en cierta clase de actores de personalidad inmadura.

Su debut en el cine fue en "Una banda loca, loca" (The One and Only, Genuine, Original Family Band, 1968) de Michael O'Herlihy, musical producido por Walt Disney donde lo más importante era la espléndida interpretación de Walter Brennan, uno de los mejores secundarios del cine americano de todos los tiempos, y Buddy Ebsen que en su juventud fue pareja de baile de Shirley Temple y la infantil Judy Garland. Goldie era la rival de la exquisita Lesley Ann Warren, y aunque su papel fue breve pudo exhibir su peculiar sonrisa dentrífica que es su marca de fábrica.

En "Flor de cactus" (Cactus Flower, 1969) de Gene Sacks, basado en una obra de Neil Simmons, Goldie tenía una dificil papeleta, competir con Walter Matthau e Ingrid Bergman, dos colosos de cine americano, pero la rubia novata tuvo suficiente arrestos para eclipsarles a los dos y conseguir el Oscar a la mejor actriz de reparto.

La suerte esta echada: "Hay una chica en mi sopa" (There's a Girl in my Soup, 1970) de Roy Boulting; "Dólares" (Dollars, 1971) de Richard Brooks, con Warren Beatty; "Las mariposas son libres" (Butterflies Are Free, 1972) de Milton Katselas, otra comedia de Neil Simmons llevada al cine;" Loca evasión" (The Sugarland Express, 1974), un patinazo de Steven Spielberg; "La chica de Petrovka" (The Girl from Petrovka, 1974) de Robert Ellis Miller, atacada en España por su supuesto anticomunismo; "Shampoo" (Shampoo, 1975) de Hal Ashby; "La duquesa y el truhán" (The Duchess and the Dirtwater Fox, 1976) de Melvin Frank, ambientada en el Oeste; "Juego peligroso" (Foul Play, 1978) de Colin Higgins; "Un viaje con Anita" (Il viaggio con Anita, 1978) de Mario Monicelli, incursión de Goldie en el cine italiano; "La recluta Benjamín" (Private Benjamin, 1980) de Howard Zieff, su consagración como estrella y uno de sus mejores trabajos como la niña de papá que desea realizarse en el ejército; "Como en los viejos tiempos" (Seems Like Old Times, 1980) de Jay Sandrich; "Amigos muy íntimos" (Best Friends, 1982) de Norman Jewison; "Swing Shift" (1984) de Jonathan Demme, director que renegó del film porque Goldie rehizo el montaje a su gusto; "Protocolo" (Protocol, 1984) de Herbert Ross; "Gatos salvajes" (Wildcats, 1986) de Michael Ritchie; "Un mar de líos" (Overboard, 1987) de Garry Marshall; "Dos pájaros a tiro" (Bird on a Wire, 1990) de John Badham; "Esposa por sorpresa" (Housesitter, 1991) de Frank Oz; "Engañada" (Deceived, 1992) de Damian Harris; "La muerte os sienta tan bien" (Death Becomes Her, 1992) de Robert Zemeckis.

Convertida ya en productora de sus propias películas, la rubia actriz monta las películas para su exclusivo lucimiento en vez de servir al guión y al personaje. Por ese motivo la crítica reprocha, con no poca razón, el vedetismo de la actriz a la que no podemos negar que se haya convertido en una de las últimas estrellas de la cinematografía de Hollywood.

Goldie Hawn es una figura que sabe ganarse fácilmente al público, que tiene gran poder de comunicación y es además una mujer graciosa, atractiva y muy agradable de ver. Sin embargo le convendría consagrarse como actriz con películas más ambiciosas artísticamente.

Otras actrices parecen dispuestas en convertirse en las reinas de la comedia. La respingona Nicole Kidman es una perfecta arribista en "Todo por un sueño" (To Die For, 1995) de Gus Van Sant, un cínico alegato contra la ambición desmesurada. Emma Thompson se olvida de William Shakespeare y de su ex marido Kenneth Branagh para dejar embarazado a Arnold Schwarzenegger! Ese gran acontecimiento tuvo lugar en "Junior" (Junior, 1994) de Ivan Reitman. Danny DeVito y Frank Langella secundaron a tan increíble pareja.

Tal como he apuntado en otro lugar, las últimas décadas son de una gran sequía en lo referente al cine de humor, la ciencia ficción primero y ahora el western monopolizan el interés. Sólo éxitos aislados del trío ZAZ o Carl Reiner rompen con la monotonía de las carteleras, mientras que la última generación de cómicos huye del género o cae en los subproductos banalizadores.

El Cine cómico
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