Las rutas de Crosby y Hope
Al finalizar la década de los treinta, la Paramount tenía en producción "Ruta de Singapur" (Road to Singapore, 1940), una comedia intrascendente ambientada en ambientes exóticos, que debía estar protagonizada por Fred McMurray y George Burns. Al fallar dichos actores, la productora perdió interés en el proyecto y creyendo que iban a conseguir el clásico film de relleno en salas de poca monta decidieron darles los papeles principales a Bing Crosby y Bob Hope quienes hasta entonces no habían brillado en demasía en papeles cómicos.
Dirigida por Victor Schertzinger, "Ruta de Singapur" supuso un taquillazo inesperado. La Paramount no se lo podía creer, pero Crosby y Hope ya se habían convertido en auténticas estrellas cinematográficas.
Bing Crosby, nacido en 1901, era considerado el más brillante crooner de la pantalla, asimismo era apodado "cara de luna" por su expresión melancólica. Aunque hubiera debutado en las comedias de Mack Sennett, el cine cómico no era su fuerte. Su género era el musical donde podía lucir su voz profunda encandilando sobretodo a los públicos femeninos. Su único Oscar lo obtuvo por un film que, aunque notable, nada tiene que ver con la temática de este libro. Me refiero a "Siguiendo mi camino" (Going My Way, 1944) de Leo McCarey, en la que Crosby vistió la sotana del Padre O'Malley. (39)
Bob Hope, de verdadero nombre Leslie Towne Hope, había nacido en la aldea de Eltham (Inglaterra) en 1903. Era el quinto hijo de un picapedrero que emigró a los Estados Unidos cuando el futuro actor tenía sólo cuatro años de edad. Tras estudiar bachillerato, aprendió claqué y al dejar el colegio empezó a ejercer humildes menesteres hasta que un día en 1920 Roscoe Arbuckle "Fatty" se presentó personalmente al público de Cleveland (Ohio), la ciudad donde residía la familia Hope.
Bob y su amigo George Byrne se presentaron ante el empresario del teatro ofreciéndose para ser teloneros del popular "Fatty", aceptando éste la oferta. Con su número no sólo conquistaron al público de su ciudad, sino que agradaron tanto al propio Roscoe Arbuckle que les recomendó a un director de comedias musicales que estaba recorriendo los teatros de Ohio.
Su gira les llevó de ciudad en ciudad hasta llegar a Nueva York, donde actuaron con dos hermanas siamesas, Daisy y Violet Hilton, siendo contratados para una producción de Broadway titulada "Sidewalks of New York", que más adelante fue llevada al cine por la Metro y que supuso un duro traspiés para su protagonista Buster Keaton al ser un vehículo inadecuado para sus facultados cómicas.
Bob Hope estaba harto de bailar, por eso añadió chistes a sus números. De teatro en teatro fue escalando el escalafón hasta convertirse en una estrella de las tablas. En los treinta rodó algunos modestos cortos para la Educational Pictures, pero debutó oficialmente en la pantalla con "The Big Broadcast of 1938" (1938) de Mitchael Leisen.
Tras dos comedias negras, muy alejadas del humor típico de Bob, "El gato y el canario" (The Cat and the Canary, 1939) de Elliot Nugent y "El castillo maldito" (The Ghost Breakers, 1940) de George Marshall, la carrera del chistoso actor no parecía que iba demasiado lejos hasta que "Ruta de Singapur" machacara literalmente las taquillas de todo el mundo.
Se trataba de un humor tan irónico como absurdo, adornado con algunos números musicales, donde Bob Hope y Bing Crosby se disputaban la mano de Dorothy Lamour, la llamada reina del sarong. Este éxito motivó una serie de secuelas con la misma fórmula y los mismos ingredientes: "Road to Zanzibar" (1941) de Victor Schertzinger; "Ruta de Marruecos" (Road to Morocco, 1942) de David Butler, cuya trama era presentada por un camello muy feo; "Road to Utopía" (1945) de Hal Walker; "Camino a Río" (Road to Rio, 1947) de Norman Z. McLeod; "Camino de Bali" (Road to Bali, 1952) de Hal Walker, el único film en color de la serie, con algunos ilustres cameos de Humphrey Bogart y de Jane Russell, así como de Dean Martin y Jerry Lewis, la pareja rival de la Paramount (Crosby y Hope les devolvieron el favor un año después en "Una herencia de miedo", amedrentando al tandem Martin-Lewis);"Dos frescos en apuros" (The Road to Hong Kong, 1962) de Norman Panama, rodada diez años después, fue la despedida oficial de la pareja, sustituyendo a Dorothy (quien hacía una breve aparición simbólica) por la sensual Joan Collins.
Aunque las peleas en pantalla eran constantes, Bing Crosby y Bob Hope eran amigos en la vida real. Sólo por amistad, el "cara de luna" solía aparecer brevemente en las películas protagonizadas por su compañero en solitario generalmente para hacerle la pascua.
Cecil B. DeMille les hizo aparecer brevemente en "El mayor espectáculo del mundo" (The Greatest Show on Earth, 1952), tal vez como compensación del cameo que dicho director realizó en "El hijo del Rostro Pálido" (Son of Paleface, 1952) de Frank Tashlin. No en vano todos eran grandes estrellas de la Paramount, la productora para la que trabajaban y que produjo asimismo las correrías de otro tandem semejante, el de Dean Martin y Jerry Lewis, ya mencionados.
La carrera en solitario de Bob Hope (la de Bing Crosby no pertenece a nuestro género tal como hemos apuntado más arriba) fue muy larga y fructífera.
"Mi rubia preferida" (My Favourite Blonde, 1942) de Sidney Lanfield y "Morena y peligrosa" (My Favourite Brunette, 1947) de Elliot Nugent fue un célebre díptico donde Hope brilló a gran altura pero tal vez fue su serie dedicada al western donde mejor se supo parodiar al género. "Rostro Pálido" (The Paleface, 1948) de Norman Z. McLeod; "El rey del Oeste" (Fancy Pants, 1950) de George Marshall; "El hijo del Rostro Pálido" (Son of Paleface, 1952) de Frank Tashlin y "Alias Jesse James" (Alias Jesse James, 1961) de Norman Z. McLeod pusieron a Hope en órbita, interpretando cowboys torpones y ridículos. En el último título citado incluso aparecía Gary Cooper en un divertido cameo.
Abundan las parodias en la filmografía de Hope como "La princesa y el pirata" (The Princess and the Pirate, 1944) de David Butler donde se ridiculiza el cine de piratas. "La gran noche de Casanova" (Casanova's Big Night, 1954) de Norman Z. McLeod pone en solfa el cine de época con un estupendo Vincent Price en el papel del célebre amante veneciano. "Seven Little Foys" (1952) de Melville Shavelson era un biopic donde destacaba sobretodo la recreación que James Cagney hacía de George M. Cohan, su personaje de "Yanqui Dandy" (Yankee Doodle Dandy, 1942) de Michael Curtiz, su gran éxito, destacando de todo su metraje el impagable paso a dos entre Cagney y Hope.
Bob Hope ha sido y es uno de los actores más detestados por los escritores cinematográficos a causa de sus ideas conservadoras, perseguidas con inusual intransigencia. Desde luego, el socarrón Hope es un auténtico representante de la derecha republicana americana, muy patriota, que destacó durante la guerra del Vietnam por su apoyo a la política de su país. Sin embargo, y eso es muy curioso, nadie condena a quienes apoyaron el régimen de genocidio de Pol Pot en Camboya, ni quienes mitificaron con partidos satélites la doctrina de Mao Tse Tung cuando éste hizo eliminar millones de ciudadanos chinos. Con este comentario no pretendo justificar las ideas de mister Hope, ese es su derecho, sino denunciar una absurda discriminación ideológica.
Si nos ceñimos a sus cualidades estrictamente artísticas, Bob Hope no está entre los mejores (Groucho Marx o W. C. Fields) ni entre los peores (Franco Franchi y Ciccio Ingrasia, por ejemplo). Es una medianía sin más. Su humor típicamente americano no traspasa las fronteras, a ratos resulta muy divertido y a ratos muy pesado. Singularmente lamentables fueron sus últimas apariciones cinematográficas, ni "Lecciones de amor en Suecia" (I'll Take Sweden, 1965) de Frederick de Cordoba; ni "Vaya, me equivoqué de número" (Boy, Did i Get a Wrong Number!, 1966) de George Marshall; ni "Ocho en fuga" (Eight on the Lam, 1967) de George Marshall; ni "Cerveza para todos" (The Private Navy of sgt. O'Farrell, 1968) de Frank Tashlin son dignas de recordarse. "Cancel my Reservation" (1972) de Paul Bogart era indigna de su fama, salvándose únicamente los cameos de Bing Crosby y John Wayne en una secuencia onírica. Este último al ver como Hope es linchado por una airada multitud le grita irónico: "Lo siento, chico, me gustaría ayudarte, pero esta no es mi película".
Quedan un par de pequeñas intervenciones en "La película de los Teleñecos"(The Muppet Movie, 1979) de James Frawley y "Espías como nosotros" (Spies Like Us, 1985) un refrito que hizo John Landis de la famosa serie "La ruta de" con una aparición significativa de Bob Hope al lado del mago Ray Harryhausen.
En cambio, en la televisión y en actuaciones en directo Bob Hope obtuvo mejores resultados en sus últimos años, tal vez porque resulta muy divertido si está dosificado, pero no durante viéndole durante hora y media. Sin embargo es necesario reconocer su gran importancia dentro del mundo del espectáculo en su país.
A finales de los cuarenta, apareció en la Paramount otra pareja que enseguida desplazó a Crosby y Hope de las preferencias del público. Un miembro de este dúo fue y es aún uno de los más geniales cómicos norteamericanos, excelente histrión y espléndida personalidad. Me refiero a Jerry Lewis y su compañero Dean Martin.