RESTO DEL MUNDO
En el resto del mundo, el cine de humor es raro o desconocido. Como las carteleras internacionales están monopolizadas por el cine americano, resulta extraño que nos lleguen títulos a nuestro país. Pero generalmente, cuando esto se produce siempre nos suelen ofrecer películas de temática "seria" (por ejemplo las películas del japonés Akira Kurosawa o las del chino Zhang Yimou). De todas formas este fenómeno tiene una lógica. En cada país, en cada cultura, en cada época, existe un sentido del humor distinto que allende sus fronteras resulta incomprensible.
La comicidad es algo que está arraigada en la vida cotidiana, en lo que nos rodea y que resulta fácilmente perceptible. Cada pueblo se ríe de diferentes situaciones, así como cada individuo se ve condicionado por el entorno y por su educación.
Si las películas de Mariano Ozores resultan cómicas para un público que no ha tenido acceso a una cultura superior, resulta un espectáculo bochornoso para quienes tenemos un nivel de educación, digamos, más elevado, aunque esta afirmación pueda ser considerada clasista, pero no lo es. Quiero decir con ello que todos nos sentimos condicionados por las circunstancias y que cada circunstancia deja una huella profunda en el individuo. Por eso, lo que para unos es desternillante para otros resulta chabacano y vulgar.
Confieso que muchas veces me cuesta mucho seguir esas series "negras" que vienen de los Estados Unidos, no porque sus actores sean de color, sino porque reflejan una sociedad que prácticamente desconozco.
Por eso, muchas películas que en su día nos llegaron de Méjico o Argentina nos resultan extrañas e incomprensibles. Sólo Mario Moreno "Cantinflas" ha sabido superar la infranqueable barrera del Océano Atlántico, el resto se ha quedado en el camino.