XLI
ÍCARO (montado en su bicicleta. Va vestido como cabe vestirse en semejante situación, y además lleva gorra y gafas de automovilista)
Siento que me convierto en poeta
Cuando cabalgo en mi bicicleta
canciones canto y escribo
mientras fuerte mi manillar sujeto, cual estribo
ah, velocidad cómo me embriagas
en la silla mis nalgas aposentadas
siempre a punto de atropellar a un semejante
¡Qué despampanante! ¡Qué despampanante!
Oh, perdón, señor.
Se aleja cantando.
MORCOL
¡Qué torpe! Un poco más y me mata. Estoy aturdido. Por cierto, ya no sé por qué me encuentro en el Bois de Boulogne. Vamos a ver… Ah, sí. Pero bueno, en cualquier caso no voy a atraparlo a la carrera.