XXXIX

HUBERT

Ay, doctor, me ha ocurrido otra desventura.

DOCTOR

¿Ícaro?

HUBERT

¡Imposible encontrarlo! Lo he buscado en vano en Reuilly. No figuraba en los registros de incorporación o como sea que se llamen. No sabían quiénes eran esos policías. Aquí hay un misterio abrumador. En resumen, Ícaro ha vuelto a desaparecer: es para volverse neurasténico.

DOCTOR

Desde el momento en que tiene razones para ello, ya no se llama neurastenia. En primer lugar no es usted quien tiene que hacer el diagnóstico sino yo.

HUBERT

Y además he perdido vigor. La señora Champvaux se obstina en disfrazarse de cochero para excitar mi imaginación pero a mí la cosa no me divierte nada, pero nada de nada.

DOCTOR

Cálmese.

HUBERT

Cuesta poco decirlo…

DOCTOR

Suponga que no encontrase nunca a su Ícaro.

HUBERT

¡Eso es impensable! ¡Debo encontrarlo! Por otra parte he encargado de nuevo a Morcol…

DOCTOR

Esta vez puede fracasar.

HUBERT

No, lo conseguirá una vez más.

DOCTOR

Si no, deberá entrar en razón.

HUBERT

No lo haré. Esa novela no puede quedar inacabada.

DOCTOR

No sería la primera.

HUBERT

Habla usted con mucha ligereza.

DOCTOR

Escriba otra cosa, qué diablos. Cualquiera diría que sólo tiene un as en la manga.

HUBERT

Por el momento es éste, y ningún otro, el que quiero sacar.

DOCTOR

Es usted un cabezón. Venga, échese ahí, en el diván.

HUBERT

¿Para qué? ¿Me va a poner una inyección?

DOCTOR

No, no. Échese (Hubert se estira de mala gana). Ahí, muy bien, yo me siento detrás de usted y me cuenta todo lo que le pase por la cabeza.

HUBERT

No veo qué interés puede tener. ¿A qué viene esto?

DOCTOR

Es un nuevo método para la psicoterapia de las neurosis.

HUBERT

¿Es ese método misterioso que sustituye el bicarbonato de soda? Me toma por un conejillo de indias, un conejillo de indias neurótico.

DOCTOR

Venga, venga, tiéndase.

HUBERT (porfiando)

Qué quiere que le cuente. Ya se lo he explicado todo.

DOCTOR

Pues ahora no me cuente nada, pero hable. Diga cualquier cosa.

HUBERT (indignado)

Yo nunca digo cualquier cosa. Sé perfectamente lo que quiero decir y quiero decir lo que digo. ¡Que diga cualquier cosa! ¿Usted quiere que me rebaje?

DOCTOR

Tomemos un término medio. Cuénteme un sueño.

HUBERT

Un sueño… un sueño… eso es distinto. Soy muy partidario de los sueños aunque no los utilice nunca en mi producción literaria.

DOCTOR

Entonces échese y cuénteme uno.

HUBERT (incorporándose bruscamente)

La próxima vez. La próxima vez. Primero tendré que conseguir soñar. Si cree que es tan fácil…