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Lateralidad: Il Cavaliere por Daniele Oldani
¡Berlusconi! Ay, ay, ay, qué tecla dolorosa presionaste. El tipo está ahora sin control y cada día tiene algo que decir acerca de todo y de todos. Desde hace unos meses, como sabrás, ha estallado el caso «Ruby», una prostituta menor de edad, que él frecuentaba en sus festines y también se ha iniciado un proceso. Pero hoy resulta bien claro que la ley y el destino de Berlusconi van por dos carriles paralelos que nunca van a cruzarse.
Mirando hacia atrás, creo que el punto «sin retorno» fue en mayo de 2009, cuando su mujer, Verónica Lario, anunció que había pedido el divorcio, cansada de estar con un hombre que frecuentaba jóvenes mujeres, «vírgenes figuradas que se entregan al dragón en persecución del éxito, la notoriedad y el bienestar económico».
Y esto fue sólo el inicio. De a poco se fueron revelando otras cosas: ineptos convertidos en candidatos para el Parlamento, asistentes odontológicos que pasan a ser asesores de Estado, etc., etc.
Después, las primeras revelaciones: menores de edad, prostitutas, escorts, festicholas, bunga-bunga, hasta el caso Ruby.
El poder mediático de Berlusconi es todavía enorme. Y no es difícil para él corregir la realidad desde las pantallas televisivas (que ocupa más que ningún otro) de los noticieros o de los programas especiales. El lado absurdo, si se quiere, y cada vez más a menudo y a pesar de los muchos que buscan defenderlo, es que él mismo se contradice, afirmando hoy lo contrario de lo que dijo hace unos días.
Por ejemplo, en el caso Ruby, en un cierto momento Berlusconi dice que le pagaba a la jovencita para que no se prostituyera.
Así, para incentivarla a cambiar de vida, declara que le da 45 000 euros para comprar un láser depilatorio para ser utilizado en un centro de estética. ¡Qué distracción! Pocos días antes, periodistas, abogados y parlamentarios defendían a Berlusconi negando que Ruby fuera una prostituta y sosteniendo que se trataba de «una brava ragazza».
Declarando que pagaba «para sacarla de la calle», obviamente arruinó todo.
Van unas pocas frases recogidas aquí y allá a lo largo de su «luminosa carrera», en espera de futuras:
«Acusarme de corrupción a mí es como arrestar a la Madre Teresa de Calcuta porque una niñita de su instituto hubiera robado una manzana».
«Los fundadores de Roma fueron Rómulo y Rémulo».
«Soy incapaz de decir “No”. Por suerte soy hombre y no mujer».
«Es mejor ser un apasionado de las jóvenes que ser gay».
«Barack Obama es joven, buen mozo y tostado».
«Estoy absolutamente seguro de ser el hombre más democrático que jamás haya llegado a ser Primer Ministro de Italia».
«Mi secretaria me ha dicho que —durante la última semana— he trabajado todos los días 17 horas, he realizado 32 llamados telefónicos, y 23 citas importantes. El pueblo debiera tener más respeto por un hombre que se sacrifica como yo por los intereses de todos sin perseguir el más mínimo interés personal».
Daniele Oldani dice que también él ha colaborado en crear algunas bromas sobre Il Cavaliere tratando de erosionarlo dentro de lo posible. He aquí una: Silvio, stasera resti a casa? No, esco. (Escort significa prostituta, ma assomiglia molto a esco, del verbo uscire).
Es decir:
—Silvio, ¿esta noche te quedas en casa?
Y Silvio responde «salgo» (esco) pero esco es semejante a escort (prostituta). O sea, salgo con una prostituta.