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Lateralidad: Sacha Baron Cohen recomienda a Estados Unidos convertirse en una dictadura
Brevemente: si el film se llama El dictador, el dictador se llama Haffaz Alladeen. Tiene petróleo, gobierna el país con mano dura y es un gran defensor de la dictadura como forma de gobierno. Decide ir a Estados Unidos a explicar sus convicciones. A decirles a los americanos por qué una dictadura es lo mejor que puede pasarle a una gran nación. Por ejemplo: a ellos. Y ahí, en las Naciones Unidas, pronuncia su memorable discurso: «¿Por qué están contra las dictaduras? Imaginen que America fuera una. Podrían dejar que sólo el 1% de los ciudadanos tuviera toda la riqueza de la nación. Reduciéndoles los impuestos podrían ayudar a sus amigos a enriquecerse y a seguir apoyándolos. Ignorarían las necesidades de los pobres en cuanto a salud y educación. Los medios de comunicación parecerían libres, pero serían controlados por una persona y su familia. Intervendrían los teléfonos. Torturarían a los prisioneros extranjeros. Arreglarían siempre las elecciones. Engañarían a todos para ir a la guerra. Las prisiones estarían llenas con grupos raciales específicos y nadie podría quejarse. Podrían usar los medios para asustar al pueblo y así obligarlo a apoyar políticas que están en contra de sus intereses. Yo sé que todo esto es difícil de imaginar para este país. Pero, por favor, traten de hacerlo».
Nadie sabe qué hacer en las Naciones Unidas. Lo miran atónitos. Haffaz Alladeen sonríe amablemente. Sólo le falta decir la conclusión de ponencia: «¿Ven? No necesitan hacer nada para convertirse en una dictadura. Ya lo son. Y una muy buena, créanme».
Olvidó, sin embargo, el arma actual que la dictadura instrumenta contra los ciudadanos del entero mundo: Internet. Esta tarea le corresponderá a Julian Assange. Retornemos a él.