15 de octubre de 1890

Teresa Marqués es una mujer difícil para hacerle un regalo. No tiene caprichos, ni es amiga de lujos. No es coqueta, no usa joyas. Su carácter evoluciona a toda prisa hacia la austeridad, que para ella es sinónimo de autenticidad. Pero hay un día al año que le gusta vivir como si fuera una fiesta: el 15 de octubre, en que, según el santoral católico —en el cual ella no cree— se celebra la festividad de Santa Teresa de Ávila.

Este año todo sabe a nuevo. Sólo hace cuatro días que viven en la casa nueva. Han tenido que comprar muebles, pero la cómoda ya está aquí, en la alcoba, panzuda y brillante de barniz. Los niños están felices de tener cada uno su cuarto. Teresa Marqués ha hecho las cortinas ella misma, con la ayuda de Rufina Abril. Cada vez que Silvestre se asoma al patio se pregunta para sí mismo:

—¿Qué podríamos poner ahí en medio?

Mercedes y Domingo se han casado y ahora viven en una casa de la ronda Prim número 76. Parecen una pareja bien avenida, aunque poco dada a la retórica y con tendencia a la ginecocracia. Exactamente lo que Silvestre preveía.

La cosa fue de este modo: cuando la niña volvió a casa, recuperada de su mal, le contaron a todo el mundo que había sufrido unas fiebres y que la habían enviado a Argentona a curarse y tomar las aguas. Como era un mal persistente, el reposo tuvo que ser largo. Nadie sospechó nada raro. Sólo pensaron que Silvestre y su familia se estaban aburguesando. Ahora Mercedes tiene el vientre más liso que la mar de septiembre. Tiene buena cara y ya no llora de amor. Ni por nada, de hecho. Se ha vuelto más dura que una piedra.

Para evitar que la hija se le tuerza de nuevo, Silvestre toma una determinación. Mientras cenan, con todos a la mesa, dispara una ristra de preguntas. Sólo para asegurarse.

—Tú, chaval —señala a Domingo con la punta del cuchillo—. ¿Verdad que tú quieres a Mercedes?

—Yo… eh…

—¿Te parece guapa?

—Pues…

—¿Crees que puedes hacer que te obedezca?

—Esto…

—Ten en cuenta que es todo un carácter. ¿Eres lo bastante hombre?

—Bueno…

—¿Te importaría responder algo, atontado?

—Sí, señor.

—¿Sí, qué?

—Sí a todo, señor.

—¿La tratarás como Dios manda?

—Sí, señor.

—¿Dejarás de beber tanto?

—Sí, señor.

—¿Quieres casarte con ella, entonces?

—Sí, señor.

—¡Entonces ya estamos! Celebraremos la boda dentro de quince días.

Los pequeños Florián y Eustaquia están como locos de alegría. Las bodas les encantan. Hay peladillas, alegría y la gente sólo va a trabajar por la tarde.

—Padre —dice Mercedes—, yo no quiero…

—A ti no te he preguntado nada —la interrumpe Silvestre—. Tú sólo piensa en hacerte un vestido muy bonito.

El día de Santa Teresa de 1890 la boda ya se ha celebrado. Los dos jóvenes tienen dieciocho años cada uno. Ella es tejedora. Él, oficial de tintorería. Uno de los mejor preparados de la ciudad. Lo ha aprendido todo de Silvestre Pujolà, el hombre sin el cual su vida no habría sido su vida. Él lo ha criado, él lo contrató, él lo ha casado. Ahora es él quien le dobla el semanal y le dice qué casa tiene que comprar en la ronda Prim, cerca de la fábrica donde trabaja Mercedes. Domingo, que siempre ha sido más de obedecer que de tomar decisiones, compra la casa.

Pero decíamos que estamos en el día de Santa Teresa de 1890. Estamos estrenando la casa nueva. Tomasa, la nueva cocinera, ha preparado dos fuentes de crema de San José que huelen a gloria. Florián y Eustaquia vienen de la cocina armados con dos cucharas, para jugar a «quién-come-más-crema» empezando cada uno por un extremo de la bandeja. Domingo y Mercedes parecen una pareja bien avenida, se sientan muy juntos a la cabecera de la mesa, esperando mansamente para probar la delicia. También está aquí Miguel, más caro de ver, con su mujer. Los dos repiten.

De pronto, un gato blanco sale de la cocina como loco, persiguiendo un tapón de corcho. Los niños se ríen de las urgencias del animal.

—¿Ahora tienen gato? —pregunta Domingo, asombrado de que aún queden más novedades por conocer.

Teresa Marqués baja la voz para decir:

—Se lo hemos traído a la cocinera para que hable con él.

Domingo chasquea la lengua, como si pensara: «Qué raros nos estamos volviendo».

Silvestre ha comprado una botella de champán francés. Lo muestra con grandes aspavientos y comienza a descorcharlo. Tomasa trae copas de cristal. El corcho emite un «pop», la espuma rezuma, Teresa propone un brindis.

—Quiero que celebremos juntos el día de Santa Teresa hasta que nos muramos de viejos —dice, mirando a los suyos con una sonrisa feliz— y que cada año vengáis todos a comer crema y a brindar conmigo.

Las copas tintinean. Silvestre dice, mirando a los pequeños:

—Ahora los próximos en casaros tendréis que ser vosotros.

Ambos contestan con la cabeza. Florián asiente. Eustaquia niega.

Los mayores se echan a reír. El gato Gato ha cazado el tapón de corcho, y lo devora sobre la alfombra.

Tienen por delante diez años de felicidad.

Diamante azul
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
arbol.xhtml
citas.xhtml
00_000.xhtml
00_001.xhtml
01_000.xhtml
01_001.xhtml
01_002.xhtml
01_003.xhtml
01_004.xhtml
01_005.xhtml
01_006.xhtml
01_007.xhtml
01_008.xhtml
01_009.xhtml
01_010.xhtml
01_011.xhtml
01_012.xhtml
01_013.xhtml
01_014.xhtml
01_015.xhtml
01_016.xhtml
01_017.xhtml
01_018.xhtml
01_019.xhtml
01_020.xhtml
01_021.xhtml
01_022.xhtml
01_023.xhtml
01_024.xhtml
01_025.xhtml
01_026.xhtml
01_027.xhtml
01_028.xhtml
01_029.xhtml
01_030.xhtml
01_031.xhtml
01_032.xhtml
01_033.xhtml
01_034.xhtml
01_035.xhtml
01_036.xhtml
01_037.xhtml
01_038.xhtml
01_039.xhtml
01_040.xhtml
01_041.xhtml
01_042.xhtml
01_043.xhtml
01_044.xhtml
01_045.xhtml
01_046.xhtml
01_047.xhtml
01_048.xhtml
01_049.xhtml
01_050.xhtml
01_051.xhtml
01_052.xhtml
01_053.xhtml
01_054.xhtml
01_055.xhtml
01_056.xhtml
01_057.xhtml
01_058.xhtml
01_059.xhtml
01_060.xhtml
01_061.xhtml
01_062.xhtml
01_063.xhtml
01_064.xhtml
01_065.xhtml
01_066.xhtml
01_067.xhtml
01_068.xhtml
01_069.xhtml
01_070.xhtml
01_071.xhtml
01_072.xhtml
01_073.xhtml
01_074.xhtml
02_000.xhtml
02_075.xhtml
02_076.xhtml
02_077.xhtml
02_078.xhtml
02_079.xhtml
02_080.xhtml
02_081.xhtml
02_082.xhtml
02_083.xhtml
02_084.xhtml
02_085.xhtml
02_086.xhtml
02_087.xhtml
02_088.xhtml
02_089.xhtml
02_090.xhtml
02_091.xhtml
02_092.xhtml
02_093.xhtml
02_094.xhtml
02_095.xhtml
02_096.xhtml
02_097.xhtml
02_098.xhtml
02_099.xhtml
02_100.xhtml
02_101.xhtml
02_102.xhtml
02_103.xhtml
02_104.xhtml
02_105.xhtml
03_000.xhtml
03_106.xhtml
04_001.xhtml
notas.xhtml