Siempre espero que se abra la ventana,
como si abriéndose se abriera
a un fulgor completo, como si
la ventana no lo[166] fuera sólo,
sino iluminación total
de la explosión de la esperanza
que llevamos dentro y que por fin
nos inunda, la inundamos,
y cesamos de ser lo que somos para ser
lo que es y por siempre será dentro.