Notas
[1] Los poemas I, II, III, V, VI, VII, VIII y IX han sido rescatados de su sola publicación en la revista Verbum [Versos de retorno y otros versos, Buenos Aires, Verbum (Revista del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras), 75, 1930, pp. 449-459]; aquí se incluían trece poemas de Versos de retorno (“próximo a aparecer”), con nota de Ángel J. Battistessa. El poema “Muriendo ya, clavel…”, sólo lo hemos localizado en la revista Síntesis [Versos, Buenos Aires, Síntesis (Artes, Ciencias y Letras), 38, julio de 1930, pp. 105-107]: aparecen los poemas de Versos de retorno “Muriendo ya, clavel…”, “Mirador, 3: Margarita en la Gran Vía / Aire”. El último poema (“Amor de todas las cosas”) estuvo inédito hasta que Rafael Inglada hizo su edición [La rebusca, Martita Wiessing (il.), Málaga, “Poesía Circulante”, 14, Imprenta Sur, Unicaja, 1998].
El resto de poemas —IV, X, XI, XII y el V (en Verbum también)— más los dos primeros de “Poemas tempranos”, fueron los seleccionados por Cristóbal Cuevas en José Antonio Muñoz Rojas: Poesía (1929-1980), Cristóbal Cuevas (ed., sel. y pr.), Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga (“Ciudad del Paraíso”, I), 1989. No hemos publicado aquí más que la selección definitiva del autor de los poemas pertenecientes a esta época.
El autor ha desechado los siguientes poemas: “Desolado” y “Miedos”, en Sevilla, Revista de Filosofía y Letras, 1, diciembre de 1928, p. 10, y “Adrina”, en Manuel Altolaguirre y Concha Méndez (imp.), Madrid, 1932. En cuanto al libro Versos de retorno, éste era más extenso, pero el autor se niega a publicarlo íntegramente. Realmente no tienen el resto de poemas más que un valor testimonial. <<
[2] Málaga, Imprenta Sur, 1929. La redacción de este libro pertenece a los veranos de 1928 y 1929, cuando el autor pasa sus vacaciones en Antequera leyendo a Machado y a Juan Ramón (“¡Oh esos libros, guías de la primera juventud, en la que somos como la tierra dispuesta a la semilla (…) y en cuyo verso amigo hallará su aire propio la ensoñación salvadora, la musaraña eterna!”). Versos de retorno es el resultado del descubrimiento de la poesía de manos de Machado, el vuelco de sus primeras y propias ensoñaciones poéticas. El manuscrito lo recibiría Jorge Guillén, quien dijo en carta al poeta: “Usted va, usted sale: ¿por qué, y de qué, retorno!”. Ernesto Giménez Caballero dice en la Gaceta Literaria que más que de retorno, son del entorno literario, aludiendo a sus claros ecos de Machado, Juan Ramón y los poetas románticos de sus lecturas infantiles. Pero la publicación del librito en la Imprenta Sur de Málaga le trae el trato con Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, José Mª Hinojosa y José Luis Cano. La influencia de la lectura de los poetas románticos se palpa en estos versos, ya que su primer contacto infantil con la literatura le vino de su abuela (cfr. 48): “Mi abuela sabía muchos versos de Espronceda, de Zorrilla, de Bécquer. Gustaba recitarlos las noches de luna…” {La gran musaraña). <<
[3] Una de sus primeras lecturas poéticas fue la Segunda Antolojía Poética de Juan Ramón. <<
[4] Sustituimos “caminitos” por “caminos” a CC para mantener el octosílabo. <<
[5] Reminiscencias clarísimas de su maestro Antonio Machado, cuya lectura por aquellos veranos fue una revelación para el poeta. <<
[6] Madrid, Nueva Revista, 6, 14 de marzo de 1930, p. 3. <<
[7] Madrid, Nueva Revista, 4, 31 de enero de 1930, p. 1. <<
[8] [Revista] Poesía, coordinada por Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, París, [ca. 1931]. Según el testimonio de Muñoz Rojas, en el n° 4, en edición de lujo, se publica un poema del autor junto con los de otros poetas, entre los que estaba Gerardo Diego. <<
[9] Manuel Altolaguirre (imp.), Madrid, Ediciones Héroe, 1933. El autor sólo conserva el original mecanografiado, fechado en 1932. Los datos de la edición los tomamos de Enrique Baena Peña, “Estudio y edición crítica de las obras de José A. Muñoz Rojas”, en Literatura española contemporánea, II, Universidad de Málaga, 1988 [se trata del guión de un proyecto inédito]. Este original se reproduce en facsímil en Galeote, Revista de Poesía, 8 {Homenaje a José Antonio Muñoz Rojas), Excmo. Ayuntamiento de Antequera, 1991; contiene textos dedicados a la obra y figura del autor, por un gran número de escritores, como Dámaso Alonso, Manuel Alvar, Fernando Ortiz…, y poemas escritos al autor por Mª Victoria Atencia, José Luis Cano, Carmen Conde, Elena Martín Vivaldi, Pablo Gª Baena, Vicente Núñez, etcétera. <<
[10] “Dover 30 de octubre”, Antequera, 1933. Del original sólo se conserva la portada, vista, con estos datos, y una prueba de imprenta, guardada por el autor (dedicada a Pedro Salinas). Se da noticia de esta publicación, con reproducción de la portada original, en Galeote, 8 (Homenaje a José Antonio Muñoz Rojas) —cfr. 9. <<
[11] [Palabras preliminares a] Ardiente jinete, Ángel Caffarena (ed.), Diputación Provincial de Málaga (“Puerta del Mar”, I), 1984. <<
[12] Ardiente jinete, Ángel Caffarena (ed.), Diputación Provincial de Málaga (“Puerta del Mar”, I), 1984. El subtítulo del libro es Poemas de amor (1931-1954). En esta publicación se incluyen los libros Este amor (vid. infra), Sonetos de amor por un autor indiferente (cfr. 33), una selección de sonetos, titulada Sonetos de Amor de “Abril del alma” y de “Lugares del corazón” y, por último, Cantos a Rosa, con los 37 poemas de la 1.ª ed. (cfr. 72).
La composición de Ardiente jinete abarcó desde 1931 a 1934, año en que Muñoz Rojas lo presentó al Concurso Nacional, obteniendo un tercer premio, compartido con José Mª Morón y Alfonso Marqueríe (el primero fue para Aleixandre y el segundo, para Cernuda y Altolaguirre); gracias a ese concurso conocerá a muchos de sus amigos y maestros futuros. Sin embargo, el original ardió en los Archivos de Cruz y Raya, donde se estaba preparando su edición, y sólo se ha salvado una parte, el poemario Este amor —guardado por Amalio Gimeno—, que es el publicado con el título del libro original, cincuenta años después, en la edición de Ángel Caffarena. Para más detalles, recomendamos consultar el Ensayo introductorio de Cristóbal Cuevas y las Palabras preliminares de Muñoz Rojas al libro, que se incluyen en ambas ediciones (Caffarena y CC). Omitimos el subtítulo de Este amor, que era “Amor corriente” y encabezaba los poemas. <<
[13] El autor siempre se ha referido a sus sonetos con este término, por no haberse considerado a sí mismo nunca versado en dicho arte. <<
[14] El tú o receptor lírico de algunos poemas del autor, como los de Este amor, el “Salmo” de Oscuridad adentro o Entre otros olvidos, suscita ambigüedad. En este poemario es predominantemente el Amor (“Como eres más alto que yo”, “Amor, te tengo abandonado y no lo mereces”), aunque otras veces es la amada (“e irnos allí, amiga”, “De todas las que están ausentes / tú eres la que no te alejas.”); incluso se refiere al amor en tercera persona (“El amor es una incógnita”) y hallamos combinaciones de este tipo que sugieren a la vez extrañeza y complicidad, posiblemente heredadas de la poesía amorosa de John Donne. <<
[15] Frases interrogativas sorprendentemente extensas para el verso contemporáneo (El“Salmo” de Oscuridad adentro o los alejandrinos de Abril del alma ofrecen bastantes ejemplos), posible influencia de la apasionada lectura en su juventud de los místicos españoles e ingleses y, sobre todo, de las largas frases en la poesía de T. S. Eliot. El encabalgamiento en sus versos sirve de hilo conductor de una poesía estilísticamente cercana en ocasiones al enunciado de los filósofos clásicos latinos y del humanismo renacentista. <<
[16] Omitimos el último poema que aparecía en CC [XVI, “Final de amor: (Coda de los años sesenta)”], que comenzaba “Amor, te me vas, te me has ido…”, por voluntad del autor; no pertenecía al libro original. <<
[17] El texto original de Canciones es el que aparece en CC, el mismo texto escogido en Canciones: (1933-1940), Francisco Torres (ed.), Jesús M. Labrador (il.), Benalmádena, Ediciones de aquí (“Seguro Azar. Poesía” I), 2003. Los poemas que hemos añadido al libro para terminar de completarlo se especifican en notas 22, 23, 24 y 25. La puntuación ha sido modificada en esta edición bajo el beneplácito del autor. <<
[18] La mayoría de los poemas de este libro pertenecen, según fechas de los cuadernos manuscritos originales, al invierno de 1936. <<
[19] Poema escrito en Cambridge el 24 de febrero de 1936, al contemplar a una ciclista en un parque. <<
[20] El polisíndeton, reforzado con la extensión de diferentes tiempos verbales, será marca fiel de sus últimos libros de poemas (Novísimos a Rosa, Objetos perdidos, Entre otros olvidos y La voz que me llama), que introduce series de especificaciones a una misma realidad o bien enumeraciones. Pero pocos rasgos estilísticos en la obra de Muñoz Rojas son tópicos absolutos; en este libro hallamos multitud de casos de amplio encabalgamiento. <<
[21] “Amor, oh pluma…”, Córdoba, Zubia [3.ª época], 14, septiembre de 1986. <<
[22] Recogido de La rebusca, Rafael Inglada (ed.), 1998 (cfr. 1). No perteneciente al libro original, lo incluimos aquí por su tono similar al de Canciones y su idéntica cronología. <<
[23] Id., 22. <<
[24] Id., 22. El poema está escrito tras contemplar el cristal roto del marco que contenía la foto de su esposa, Mª Lourdes Bayo Alessandrí. <<
[25] Id., 22. <<
[26] La métrica en este libro es variadísima. Los cinco poemas iniciales en versículo, su complicada sintaxis, así como la abundancia de extensas coordinadas y subordinadas para la descripción de la naturaleza, hicieron que dudáramos sobre su inclusión en un libro aparte, bajo este título. Hasta CC, sólo conocemos la publicación del poema “Paso de Dios” en Córdoba, Cántico, 4, abril de 1948. <<
[27] Unimos dos versos que aparecían separados en CC. <<
[28] Hallamos en este libro claros ejemplos del hipérbaton y del largo encabalgamiento estrófico que aparecen en toda su obra (Ardiente jinete, primera parte en alejandrinos de Abril del alma u Oscuridad adentro). <<
[29] Error de concordancia que no puede ser corregido pues fallaría la rima (“que la azucena y la gayomba canten”). <<
[30] Cfr. 26. <<
[31] La descripción del calvario de Jesús recuerda en su tono, entre el naturalismo y la ternura, a las descripciones del Comendador Ruy Díaz de Rojas de su novela El Comendador, Clara Martínez Mesa (ed.), Valencia, Pre-Textos, 2006; tanto a las inspiradas en testimonios populares, como a las líricas que conforman el relato del autor, que enlaza emoción y fantasía con datos históricos. Lo mismo ocurre en este romance. Hallamos además fórmulas típicas del romance medieval, como el dativo afectivo, la anáfora, las interrogaciones retóricas o las citas interiores en estilo directo. Vid. “Romance de Don Sebastián, Rey de Bastos” en Dedicatorias y divertimientos. <<
[32] Aparente error de concordancia (debería decir “quiénes”), trasladado sin embargo del habla popular local. <<
[33] Sonetos de amor por un autor indiferente, Málaga, Ediciones Meridiano, 1942; Sonetos enamorados, Madrid, Ediciones Escorial, 1943, pp. 411-415 (consta de 8 sonetos escogidos de Sonetos de amor por un autor indiferente)', Sonetos de amor por un autor indiferente: (los publica José Antonio Muñoz Rojas), Antonio Carvajal (ed.), Universidad de Granada, Aula de Poesía del Secretariado de Extensión Cultural/Vicerrectorado de Extensión Universitaria, 1984; también en CC. <<
[34] El autor continúa la tradición literaria del manuscrito encontrado, al modo de Cervantes o Unamuno. <<
[35] Se trata de Don Trinidad de Rojas, su antepasado decimonónico. En La gran musaraña: (memorias), Valencia, Pre-Textos, 1994, leemos “En la familia hubo un poeta, tío Trinidad, vaya nombre, llamarse Trinidad, hermano de mi abuelo, malísimo para los negocios, tenía una gran biblioteca, aquí vivió, ser poeta, se podía ser muchas cosas…” <<
[36] Don Juan de Rojas, hermano del anterior. <<
[37] Beatriz de Vibraye fue Condesa de Suzenet; el autor cree fidedigna la referida relación amorosa con su tío Ramiro. <<
[38] [Palabras preliminares a] Sonetos de amor por un autor indiferente, 1942 (cfr. 33). La cita inicial del poemario debe de pertenecer a Eros y Psique, de Apuleyo, aunque en las versiones consultadas aparece “ipsas aquas urere consuevit”. <<
[39] Este soneto fue el escogido por el autor para el díptico que se imprimió en recuerdo de su esposa, durante su misa funeral en noviembre de 2003. <<
[40] El poema surgió de la contemplación de una fotografía de Marilu. <<
[41] Reminiscencias de las metáforas del amor cortés de los cancioneros medievales castellanos, también asimiladas de la poesía amorosa de John Donne. <<
[42] Abril del alma, Madrid, Adonais, IV, 1943. El poema XI (“Qué vendaval de sueños te arrojan a mis playas…”) aparece en Málaga, Litoral, 231-232 (La poesía del mar), 2001, p. 153. <<
[43] Sustituimos “entienden” por “extienden” a CC, y en el poema X, “sácalas” por “sécalas”. <<
[44] Abril del alma fue escrito en febrero de 1942; se trata de un epitalamio que contrasta con la nostalgia de la primavera durante los primeros meses invernales en la Casería del Conde, recientemente habitada (cfr. 54). <<
[45] Cfr. 15. <<
[46] Encontramos en este libro amplias similitudes retóricas con la poesía del Siglo de Oro, especialmente con Garcilaso, Aldana y Fray Luis de León, con quien el poeta se hermana desde siempre (recuérdese que su tesis inacabada trataba sobre la relación de la poesía española del Siglo de Oro con la inglesa): “Y en tanto que, preñado, se desploma / el cielo”, “Y al viento los cabellos”; véase el parecido con los comienzos de Garcilaso: “y en tanto que el cabello, que en la vena / del oro se escogió, con vuelo presto, / por el hermoso cuello blanco, enhiesto,/ el viento mueve, esparce y desordena” (Soneto XXIII). También el hipérbaton y el encabalgamiento adornando flores y frutos, los epítetos bucólicos (“florido almendro”, “el agua clara”, “redonda alegría”, “primavera joven”), las metáforas comunes del locus amoenus (“altísima morada”, “¡Oh laderas de octubre tus dorados cabellos!”) y la fusión del alma enamorada con la naturaleza cómplice (“atando nuestra voz a la voz de las aves”, “cuando la luz sale riente a recibirnos”, / “Rocas y tempestades, suspiros y cadenas”, “¡Oh estación de mi vida y lugar de mis gozos”). <<
[47] Sustituimos “frente” (CC) por “fuente”. <<
[48] La parte inicial de este poemario había permanecido inédita, y sólo se publicó el último poema (“Sueño adentro”) en Rescoldos, Antonio Carvajal (pr.), Clara Martínez Mesa (ed. y not.), Sevilla, Point de Lunettes (“Cáliz verde”, 5), 2005, antología de inéditos y otros textos de difícil acceso hasta ese momento, bajo la temática común de la creación poética. El original, manuscrito y mecanografiado, apareció durante nuestro proceso de catalogación del archivo de Muñoz Rojas, guardado junto a los manuscritos de Abril del alma. El poemario, dedicado implícitamente a su abuela Teresa (cfr. 49), pertenece según el autor casi a la misma época de composición que aquél (finales de los cuarenta y principios de los cincuenta). Insistí en que los revisara y de ello resultó esta versión definitiva con algunos cambios sobre el original encontrado, por lo que se trata de una composición de aquella época con modificaciones de 2003. Se publicó únicamente uno de los poemas de la segunda parte (“Bajaban los almendros…”) en Málaga, Caracola, 2, diciembre de 1952. El título del libro sigue la corriente de las diversas Consolaciones de Séneca y Ovidio.
En CC sólo se incluyó el siguiente fragmento del primer poema, con numerosas variantes con respecto al original:
Mientras tus ojos sean árboles de mis pájaros,
mientras esa ternura que tienes, esa tierra
valiente de tu carne, donde crecen varones,
con mi verso te digo dónde tengo mi tierra.
¡Ay, estrecho entre mares, brazo de río, cañada
de hermosura, mi herriza por la tarde, tremenda
herriza entre olivares, verdor entre barbechos,
entre veranos fuente, en secanos ribera!
Mas, ¿la sombra, la muerte? ¿Acaso existe amante
sin espejo, sin noche? Por el río tan ligera,
parece que es su misma andadura, que el agua
cantando, sin sentirla, entre el correr la lleva.
Cuando acordamos, nada va quedando en nosotros
en donde no haya puesto su dulzura la tierra.
[49] Las sombras simbolizan en toda su obra personas fallecidas que pertenecieron a una época feliz en su vida, o simplemente imágenes nostálgicas de la infancia. En este caso se trata de una evocación de su abuela materna, Dª Teresa Arrese Rojas, quien lo crió tras la muerte prematura de la madre del autor, Dª Carmen Rojas Arrese-Rojas, en febrero de 1911, cuando éste contaba sólo dieciséis meses. Las sombras, una de sus reeditadas obras en prosa poética, contiene la mayoría de estos melancólicos recuerdos, mientras que en Las musarañas se muestra la vertiente más dichosa de su infancia. <<
[50] Desde este poema hasta el final del libro se encuentran los poemas que aparecían en CC bajo el título conjunto Consolaciones y Lugares del corazón; se trata de la segunda parte hallada originalmente. Se ha omitido el último poema, “Los niños”, por considerarlo el autor poco valioso desde el punto de vista formal y por no guardar relación con el conjunto del libro. <<
[51] Se trata en este caso de la residencia veraniega de su familia, de su casa más añorada de la infancia, el cortijo La Alhajuela, hoy en ruinas, situado en la ladera de la sierra del Torcal de Antequera. Hay diversas descripciones de este lugar en Las Musarañas [Madrid, Revista de Occidente, 1957; Cet âge lointain. Las musarañas, François Pechère (tr.), Bruxelles, 1977; Las musarañas, Valencia, Pre-Textos, 2002] y en La gran musaraña (cfr. 35). De este último: “Lo que a nosotros nos hubiera gustado de verdad era pasarnos la vida en La Alhajuela, meter las manos en sus aguas corrientes, subir a la sierra, estar con los borreguillos o los chivos, porque ésos sí que eran lo que eran, y no los animalitos que nos pintaban en los libros”. <<
[52] Evocada frecuentemente en sus versos, se trata de la casa de su abuela Teresa (cfr. 48 y 49), ubicada frente a la natal del poeta, y donde transcurre su infancia; estaba situada en la calle Carrera de Antequera, entre dos conventos, el de las Descalzas-Carmelitas —templo de culto para la familia del autor— y el de la Victoria (franciscanas). En Las Musarañas (vid. supra) aparece descrita al detalle. <<
[53] Cfr. 51. <<
[54] Publicado como conjunto en CC, se trata de una selección de poemas escritos en verso sobre el campo y sus gentes, escritos todos ellos durante este periodo. Véanse los textos que han sido añadidos para nuestra edición, con los cuales se cierra el libro, incluidos los inéditos que habían quedado atrás —cfr. 62 y 71—, La Casería del Conde es residencia del autor con su esposa desde mediados de los años 40. Después se trasladaron a Madrid por motivos laborales: Muñoz Rojas comienza a dirigir la Sociedad de Estudios y Publicaciones del Banco Urquijo, de la mano de Juan Lladó (cfr. 110). Tras la jubilación del autor en 1983, la Casería se convierte en su residencia habitual hasta la actualidad. El cultivo de las extensas tierras de labranza anejas llevó a que Muñoz Rojas se familiarizara con los oficios del campo, e hiciera de ellos vastísimo terreno léxico para su obra entera.
Aparecieron en Caracola, 11, septiembre de 1953, tres poemas de la serie “Altos Mayos”, y en el n° 18 (abril de 1954), otros tres, todos ellos con variantes iniciales. <<
[55] Suprimimos el artículo “el” delante de “estío” a CC. <<
[56] En Coplillas, Málaga, El Guadalhorce (“Cuadernos de María José”, IX), 1966, aparecieron algunas de estas coplas. Son evidentes en ellas los ecos de Machado, que ya encontramos en sus poemas tempranos. Otras aparecieron en “Coplas”, Homenaje a Ángel Caffarena, Diputación Provincial de Málaga, 1986, pp. 58-59. La que comienza “Y agua cuando tengan sed…” presenta aquí una variante a CC: se sustituye “suerte” por “muerte”, que es lo correcto según el autor. <<
[57] Escritas a su hija mayor, Teresa. El autor gustaba de escribirles a sus hijos poemas a modo de romancillos, cuentos y villancicos que se han quedado en su mayoría en el ámbito familiar, por falta de intención editorial. <<
[58] Publicado en su mayor parte en Cancionerillo de la Casería: (1940-1945), Ángel Caffarena (ed.), Málaga, El Guadalhorce (“Ángel”, 5), 1987. <<
[59] Suprimimos las mayúsculas para nombrar estas flores a CC. <<
[60] Suprimimos “de” a CC. <<
[61] Sustituimos “ni” por “mi” a CC. <<
[62] Rescatamos este soneto que sólo apareció en una publicación no venal de 47 ejemplares: José Antonio Muñoz Rojas, Dos sonetos, Ediciones Imperfectas (“Selección de poesía española”, Amina y Salvador López Becerra (imp.), Jesús Martínez Labrador (il.), 2006. <<
[63] Inspirado en un caso real: Ana Jurado Moscoso merodeaba por la Casería durante la juventud del poeta. <<
[64] Yegua muy querida por Muñoz Rojas. La adoración del autor por los caballos ha sido constante durante toda su vida —a esta afición dedica el poemario Rayo sin llama. <<
[65] Referencia a los vastos olivares que rodean la Casería. <<
[66] Evidente carpe diem, eco sobre todo de sus lecturas de Garcilaso y Aldana (“Coged de vuestra alegre primavera / el dulce fruto antes que el tiempo airado / cubra de nieve la hermosa cumbre”, Soneto XXIII de Garcilaso). <<
[67] Caso real que sucedió en las inmediaciones de su casa. El manuscrito de este poema, fechado en 1938, es uno de los primeros del Cancionero. <<
[68] Nicolás era un jornalero de la Casería que sabía y contaba la historia de los olivos como si fuera la ciencia más importante del mundo; le dedicó el capítulo “Nicolás el historiador” en Las cosas del campo, Madrid, Ínsula, XIII, 1952; Barcelona, Destino (“Áncora y Delfín”, 474), 1976; Barcelona, Orbis (“Grandes autores españoles del siglo XX”, 94), 1985; Martita Wiessing Oropesa (il.), Valencia, Pre-Textos, 1999; Manuel Borrás (sel.), Martín Chirino (il.), Fundación Caja Madrid, noviembre de 2006 [edición antológica de lujo de 91 ejemplares]. <<
[69] Madrid, Correo Literario (“Arte y letras hispanoamericanas”, 7), 1 de septiembre de 1950, p. 3. Incluido después en José Luis Cano, Antología de la nueva poesía española, Madrid, Gredos, 1978, pp. 330-338. Siempre quiso revisar este poema pero no lo hizo; lo considera inacabado. El título es homenaje a Virgilio. <<
[70] Sustituimos “tenderse” por “tenderme” a CC. <<
[71] Añadimos al Cancionero estas octavas, compuestas en la misma época, que quedaron inéditas. En ellas se transmite el más hondo homenaje a los trabajadores del campo a la vez que se labra la estrofa de Bocaccio, con Boscán y Góngora. <<
[72] Cantos a Rosa, Madrid, Rialp (“Adonais”, CXIV), 1954; en esta 1.ª edición se incluye, además de los 37 poemas de Cantos a Rosa, el libro inédito Canciones (incluido independientemente por CC), en el que aparecen poemas como “La madre” y “Epitalamio”. “Rosa” [poema II], aparece en Breviario de Poesía malagueña contemporánea: (1881-1965), Mª Victoria Atencia y Juvenal Soto (ed.), Málaga, El Guadalhorce, noviembre de 1975; de esta edición acogemos las variantes al texto con respecto a CC y a Pre-Textos, 1999; sustituimos “pasar,” por “pesar” y suprimimos los signos de admiración ante “Oh Rosa, espera”. En CC no aparecen los poemarios “Póstumos a Rosa” ni “Novísimos a Rosa”, que sí se recogerán en 1999 y ahora. <<
[73] Se han eliminado las comillas para reproducir las palabras de Rosa o de José, ya que resultan innecesarias y entorpecen la lectura encadenada de los versos. <<
[74] Existe una grabación de este poema en la voz de Muñoz Rojas en www.cervantesvirtual.com. <<
[75] Sustituimos “aleve” (en CC) por “leve” (comprobado el original autógrafo). <<
[76] Traslación del cogito ergosum cartesiano a la filosofía propia del autor, que asevera y después pone en duda. <<
[77] “No morirá la Rosa marchitada.”: Véase la semejanza estructural y acentual, con el verso de Garcilaso (cfr. 66) “Marchitará la rosa el viento helado”. Volviendo al tópico del carpe diem, estos cantos reflejan un romanticismo que va más allá del paso del tiempo y de la fugacidad de lo material. <<
[78] Suprimimos “y” para que resulte el endecasílabo a CC. <<
[79] José Hernández es pintor y grabador, amigo del poeta; el poema se refiere a un grabado que le regaló éste recreando la Rosa de sus poemas (vid. 109). <<
[80] Sustituimos “que” por “qué” a Cantos a Rosa, 1999. <<
[81] Suprimimos las comillas a Cantos a Rosa, 1999. <<
[82] El tema de la quema de los rastrojos aparece de forma muy similar en el texto “Arden los rastrojos” de Las cosas del campo (cfr. 68). <<
[83] Libro inédito hasta la edición de Cantos a Rosa, 1999. <<
[84] Sustituimos “porqué” por “por qué” a Cantos a Rosa 1999. <<
[85] En esta nota intratextual el poeta descubre sus dos mayores símbolos literarios, rosa y abril, referidos a una primavera ideal del corazón, a un estado de dicha plena que la poesía intenta reflejar en su búsqueda de la belleza. <<
[86] En Cantos a Rosa 1999 aparece“… mas que Rosa y Abril, ¿cuándo / qué sería de Abril…”. Compensamos esta errónea puntuación. <<
[87] Cfr. 4 y 153. <<
[88] Recogido de La rebusca, 1998 (cfr. 1). Se publicó la primera versión en Caracola, 46, agosto de 1956, presentando variantes que el autor revisó y corrigió definitivamente para aquella edición. <<
[89] En CC y Lugares del corazón, en nueve sonetos que los celebran, Ángel Caffarena (ed.), Málaga, Dardo [Antigua Imprenta Sur] (“Cuadernos de María Cristina”), 1962. <<
[90] Cfr. 52. <<
[91] Suprimimos la mayúscula al nombre “paz” a CC. <<
[92] Sustituimos “sigue” por “siguen” a CC. <<
[93] Cfr. 51. <<
[94] El poeta y Marilu tienen siete hijos: Teresa, Rafael, Juan Lucas, Eduardo, Gracia, Pablo y Pedro. <<
[95] [Varios textos: “La ciudad”, “Plaza Mayor”, “Madrid en flor, en flor y primavera…”], ABC, 14 de octubre de 1971. <<
[96] Publicado en el n° 42 de la revista Caracola (tomo la referencia del cuaderno donde se encuentra el original manuscrito del autor). <<
[97] Soneto inédito de los años 60 que incluimos en este libro por similitudes cronológicas y temáticas, que sólo se imprimió en un pliego de felicitación familiar, la Navidad de 1987. Se trata del único poema dedicado explícitamente a su madre. <<
[98] Escrito también en los años 60, no perteneciente al poemario original y sólo publicado en Dos sonetos inéditos, 1999 (cfr. 62). <<
[99] Selección de poemas dedicados y otros joviales, sólo aparecidos en CC. <<
[100] A su gran amigo Vicente Aleixandre, dedicaría varios textos: “A cielo raso. Vicente Aleixandre: La destrucción o el amor”, Madrid, Cruz y Raya, 25, 1935, pp. 135-147; “Sombra del Paraíso, por Vicente Aleixandre”, Madrid, Escorial, 43, 1944, pp. 458-463; “Vicente Aleixandre a treinta años vista”, Madrid-Palma de Mallorca, Papeles de Son Armadans, 22-23, noviembre-diciembre de 1958, pp. 322-323, después incluido en Amigos y maestros, 1992; “Carta a Vicente Aleixandre sobre amistad y poesía”, Madrid, Ínsula, 374-375, enero-febrero de 1978, después incluido en Amigos y maestros, 1992; “Testimonio”, en Vicente Aleixandre: Primeros poemas, Madrid, Revista de Occidente [Anexo al n° 44, XII, extraordinario, edición facsímil], 1985. <<
[101] “A un poeta ausente: (Emilio Prados)”, Ángel Caffarena (ed.), Málaga, Dardo, 1964. También le dedicaría las semblanzas “Memoria de Emilio Prados”, en Cita sin límites: Homenaje a Emilio Prados en el centenario de su nacimiento, Mª José Jiménez Tomé (coord.), Universidad de Málaga, 2001 y “A Emilio Prados en su libertad”, Málaga, Puertaoscura, 6, 1988, p. 46. Ambos incluidos en Amigos y maestros, 1992. <<
[102] Poema dedicado a Antonio Machado. En prosa escribió la semblanza “Encuentro con Antonio Machado”, Madrid, Ínsula, 58, octubre de 1950, p. 8; después incluido en Amigos y maestros, 1992. El siguiente poema (“Verano de 1928”), lo rescatamos de su sola publicación en Antología de la poesía malagueña contemporánea, Ángel Caffarena (ed.), Málaga, El Guadalhorce, 1960, p. 142. <<
[103] Poema escrito inmediatamente tras la muerte de Miguel Hernández. Este poema apareció en Homenaje a Miguel Hernández, Barcelona, Plaza & Janés, 1975, p. 174. También, bajo el título “Encuentro con Miguel”, en Barcelona, Pliego de Poesía [suplem. de El Ciervo], 70 (“Homenaje a Miguel Hernández”), 1992. Acerca de la lucha de Muñoz Rojas, Vicente Aleixandre y otros amigos por la vida del poeta, recomendamos la lectura de Cartas de Vicente Aleixandre a José Antonio Muñoz Rojas (1937-1984), Irma Emilozzi (ed.), Mª Carmen Martínez Pereira (col.), 2005. <<
[104] El poeta realizó una ponencia en Gredos bajo la tutoría de Alfonso Querejazu, para lo cual escribió Verso y prosa de Gredos, Madrid, Gráficas Valera, 1963, pp. 27-44. El ensayo, titulado “Carta al Padre Alfonso Querejazu sobre la perfección cristiana”, conforma uno de sus manifiestos poéticos fundamentales. Apareció después en Rescoldos (cfr. 1). <<
[105] “A Dámaso Alonso en sus alturas”, en Homenaje universitario a Dámaso Alonso, Madrid, Gredos, 1970, p. 33. <<
[106] “Homenaje a Jorge Guillén”, Excmo. Ayuntamiento de Málaga, 1983. Se refiere el autor en el poema al momento en que entregó a Guillén su primer libro, Versos de retorno, de cuyo título se avergonzaría años después, debido a la temprana edad con que lo compuso. Jorge Guillén le escribió: “Usted va, usted sale: ¿por qué, y de qué, retorno?”. <<
[107] El escultor Jesús Martínez Labrador es autor de tres retratos escultóricos testimoniales del autor. Éste es el único poema que incluimos en la sección “Dedicatorias” que no aparecía en CC. <<
[108] Aparece otro poema (“Como no había labios que acudieran a las aguas…”), también dedicado a su hermano Rafael, en Madrid, La tentativa poética, 1935. No está incluido en nuestra edición por considerarlo el autor mediocre en su forma. <<
[109] “Las rosas como son” es el lema del ex-libris del autor, realizado por su amigo José Hernández (cfr. 79). <<
[110] Juan Lladó fue su amigo primordial, presidente del Banco Urquijo, quien le puso al frente de la Sociedad de Estudios y Publicaciones del banco, desde donde Muñoz Rojas realizó una admirable labor de mecenazgo cultural durante la posguerra y hasta 1983. <<
[111] Poema dedicado a Juan Lladó (vid. supra), recogido de La rebusca (cfr. 1). <<
[112] Sustituimos el latinismo “stephanotis” por “estefanotes”, nombre popular malagueño para esta planta, a CC. <<
[113] Id., 22. <<
[114] Id., 22. <<
[115] Id., 22. <<
[116] Id., 22. Marilu nació el 8 de Abril de 1919; con la expresión “cuarenta de abril” celebra su cuadragésimo cumpleaños. <<
[117] “Romance de don Sebastián, rey de bastos”, Ángel Caffarena (ed.), Málaga, El Guadalhorce (“Cuadernos de María José”, LXVIII), 1984. <<
[118] Debido a que no publicó el autor libro alguno de poesía durante estos años y, sin embargo, sí escribió con fecundidad, bajo este título se recoge su producción poética completa de este periodo. El título pertenece al de los tres poemas dedicados a J. L. L. Aranguren. <<
[119] Sustituimos “mil” por “mis” a CC. <<
[120] Cfr. 47. <<
[121] Sustituimos “posa” por “pasa” a CC. <<
[122] Los cinco poemas, que permanecían inéditos, pertenecen a mayo de 1970 y los rescatamos en Rescoldos (cfr. 1). Los incluimos como la parte novena de esta serie de Oscuridad adentro, por coincidencias cronológicas, temáticas y formales; los autógrafos originales aparecieron junto a los de los poemas que en el libro aparece justamente antes. <<
[123] No incluido en CC, sólo aparece, como texto inédito, en Textos poéticos (1929-2005), Rafael Ballesteros, Julio Neira y Francisco Ruiz Noguera (ed.), Madrid, Cátedra (“Letras Hispánicas”, 583), 2006 (antología de textos poéticos en verso y prosa). <<
[124] “El brezo y las sombras”, Antequera, Galeote, [“A Pablo García Baena”, edición especial de los nn.] 5-6, enero de 1990. <<
[125] Sustituimos “la” por “las” a CC (cfr. 1). <<
[126] “Oscuridad adentro (a José L. López Aranguren)”, Madrid-Palma de Mallorca, Papeles de Son Armadans, XVI, julio de 1957, pp. 71-75. <<
[127] En CC: “y las pompas las pincha…” (añadimos “que”). <<
[128] En cuaderno manuscrito del autor, fechado en 28 de febrero de 1968; reescrito tres veces, se trata de uno de los poemas más extensos de su producción, de temática profundamente metafísica. Se publicó en Ángel Caffarena (ed.), Málaga, El Guadalhorce (“Cuadernos de María Isabel”, X), 1970, y su versión definitiva, con nuestra corrección, en Rescoldos (cit. 1). <<
[129] Sustituimos “oirte” por “oírte” a CC. <<
[130] Vocablo que al autor le resulta familiar debido a su oficio bancario. <<
[131] Reminiscencias de Antonio Machado, cfr. 4 y 153. <<
[132] Sustituimos “oir” por “oír” a CC. <<
[133] José Hernández (grab.), Real Maestranza de Caballería de Ronda, Julio Soto (imp.), Ana Jessen (ene.), marzo de 1993; se trata de una edición de lujo de 95 ejemplares, con grabados de José Hernández y poemas de Muñoz Rojas sobre la temática ecuestre. <<
[134] Valencia, Pre-Textos, 1997; íd., 1998 (2.ª edición, corregida y aumentada); después se han realizado dos reimpresiones: en septiembre de 2000 y en julio de 2002. <<
[135] El modo gráfico para los signos de interrogación del autor es, en muchas ocasiones, el inglés, sólo al final del enunciado; en los libros Objetos perdidos, Entre otros olvidos y La voz que me llama hemos respetado esta peculiaridad, por haberse hecho así en las ediciones de Pre-Textos. <<
[136] Sustituimos “pierdes” por “pierde” a Objetos perdidos, 1997 (cfr. 134), por tratarse de un error de concordancia. <<
[137] Sustituimos “por qué” por “porque” a Objetos perdidos, 1997 (id.), por tratarse de una ultracorrección. <<
[138] Referencia al poema de William Yeats “The lover tells of the rose in his heart”, cuyo primer cuarteto dice:
All things uncomely and broken, all things worn out and old,/The cry of a child by the roadway, the creak of a lumbering cart, /The heavy steps of the ploughman, splashing the wintry mould,/Are wronging your image that blossoms a rose in the deeps of my heart.
[139] Mujeres que se encargan de cuidar la Casería y de atender al autor y a su familia. <<
[140] Cita del poema “To his Coy Mistress”, de Andrew Marvell. <<
[141] Sustituimos “saber” por “saben” a Objetos perdidos, 1997 y 1998 (cfr. 134). <<
[142] Referencia intratextual al primer verso de su poema “La ciclista”, de Canciones. <<
[143] Sustituimos “di” por “di” a Objetos perdidos, 1998 (cfr. 134). <<
[144] Dante, Divina Comedia: “En la sua volontate é nostra pace”. <<
[145] En la 1.ª edición se titulaba “La ocasión perdida”. <<
Cuántas veces ahora
se viene a la memoria
el instante perdido para siempre,
nunca recuperado.
Fue súplica en el quicio
tu palabra? Qué sordera o ceguera
la dejó en el aire morir,
caer como una rama seca,
eso sí, para siempre,
el instante perdido.
Ésta era la versión que existía inicialmente en La voz que me llama, pero finalmente se añade aquella versión en la ed. ampliada de Objetos Perdidos (cfr. 134). Aparece en la antología Yo sólo sé nombrarte como texto inédito por entonces. <<
[147] Sustituimos el signo de exclamación por el de interrogación a Objetos perdidos 1997 y 1998 (cfr. 134). <<
[148] Texto añadido en la edición aumentada (cfr. 134). <<
[149] Valencia, Pre-Textos (“La Cruz del Sur”, 542), 2001. <<
[150] Éste iba a ser el título del libro, pero finalmente, por consejo editorial, se optó por Entre otros olvidos. <<
[151] Cfr. 150. <<
[152] Sustituimos “en” por “de” a Entre otros olvidos, 2001 (cfr. 149). <<
[153] La pasión por caminar es compartida con sus dos maestros primordiales, Machado y Fray Luis (vid. 4 y 102). <<
[154] Suprimimos el signo de admiración a Entre otros olvidos, 2001 (cfr. 149). <<
[155] “Alguien me ha hablado …” Estepa, Los papeles mojados de Río Seco, 4 (No cabe soledad donde la aurora: Homenaje a Antonio Carvajal), primavera-verano de 2001, p. 25. El autor recitó este poema en homenaje al poeta granadino, en el acto de presentación de dicho homenaje. <<
[156] Cfr. 85 y 86. <<
[157] Suprimimos el signo de exclamación a Entre otros olvidos, 2001 (cfr. 149). <<
[158] Cfr. 85 y 86. <<
[159] Cfr. 85 y 86. En este libro, ambos símbolos se juntan e intercalan en un guiño intratextual al final de su producción poética. <<
[160] Sustituimos “el” por “al” a Entre otros olvidos, 2001 (cfr. 149). <<
[161] Referencia al poema “Nao sei” de Eugenio de Andrade, lectura del autor en el momento de creación de este poemario: “Nao sei porque diabo escolheste/ janeiro para morrer: a térra/ está táo fria”. <<
[162] Única variante de Entre otros olvidos: en la reimpresión de 2001 se sustituye “mayor” por “menor”. <<
[163] Valencia, Pre-Textos (“La Cruz del Sur”, 722), 2005. El título original del poemario era Versos, palabra sola con que el autor pretendía cerrar el ciclo de su producción poética, iniciada con Versos de retorno en 1929. <<
[164] “Compasión”, en Madrid, Once de Marzo: (Poemas para el recuerdo), Eduardo Jordá y José Mateos (ed.), Valencia, Pre-Textos/Librería Rafael Alberti (“Poesía”, 698), 2004, p. 122. Pertenecía al borrador de La voz que me llama pero no se incluyó en su edición (cfr. 163) por tratarse de un poema escrito después de la entrega de originales. <<
[165] Referencia a la casa de su infancia (cfr. 52). <<
[166] Añadimos el pronombre original (“lo”); fue ultracorrección en La voz que me llama, 2004 (cfr. 163). <<
[167] “Dos poemas inéditos [“Eternidad” y “Elegía de la Alhajuela”], El País (“Babelia”), 2 de febrero de 2002, p. 3 [en el monográfico sobre el autor “José Antonio Muñoz Rojas: La memoria y el olvido”]. <<
[168] Id. 167. <<