A MI HERMANO JUAN
Querido Juan, el tiempo que nos tiene
cogidos en sus horas, que nos lima
la ocasión de gozar, la breve cima
en que el vivir se colma y se entretiene
en júbilo la sangre y se nos viene
la palabra mejor, y nos anima
a lo bueno del mundo, el alto clima
de Dios que nos calienta y nos mantiene;
para los días de la gente, el tedio,
la inclinación oscura donde quiera,
el bien huido, el mal necio y sin tino.
Que Dios nos tenga, Juan, de medio a medio,
nos dé la paz de dentro y la de fuera,
la gracia de ver claro en el camino.