V
No tiene todo el mar la sal precisa
ni belleza en la tierra el instrumento
ni música celeste el movimiento
ni tales lirios por enero, herriza;
ni hubo temblor en pájaro o en brisa
ni en río, ni en caballo, ni en acento,
ni en verano o espalda se halló el viento
con una más sabrosa y menos prisa
como encerrada tienes, sin saberla,
de la ceja al cabello una ternura
que levanta al arroyo y al collado.
¡Ay, déjame morir de no tenerla,
orillas de la dicha y hermosura,
perdido en tu memoria y olvidado!