A ALFONSO URQUIJO, EN SU NAVA EL SACH
Entre la jara, Alfonso, y la coscoja
y el chaparro, ya sabes dónde digo,
bueno es el mundo si lo alivia amigo
con quien partir el pan y la congoja.
Si tienes a la vera quien recoja
mano cansada y corazón contigo
del amor necesario, y sea testigo
de la vida diaria que deshoja
sus horas raudamente y de su huella
sólo deja el regusto de lo bueno,
y de lo bien logrado la memoria.
Un vaso de buen vino sin querella,
un monte de solaz y caza lleno,
y decir: Aquí paz y después gloria.