XXV
Rosa del alma, a veces son los días
largos y secos. Rosa, son las horas
secas y largas. Dentro, son los pasos
del tiempo cortos, secos. Es la muerte
llamando cada hora. Son las noches
lo mismo que desiertos, que miradas
de un ciego junto a ti, que los oídos
de un sordo junto al mar, o tu palabra
cuando, medio susurro, José —dices—,
soy Rosa, ¿no me miras? Toca. Es sangre.