Era para los años que cumplía[97]
demasiada ternura, demasiada
dulzura en poco tiempo, derramada
pesadumbre de amor que la tenía.
Siguiéndonos de siempre, madre mía,
de cerca y desde siempre tu pisada,
cuidando de nosotros, entregada
de lo alto a nosotros, cada día.
Ciego, con tu mirada me he alumbrado,
torpe al andar, tu mano me ha tenido,
solo sin tu calor por esta vida.
Sombra con ser, sintiéndote a mi lado,
corazón, con tu sangre este latido,
voz esta que te dice a ti debida.