Capítulo 22
15 de febrero de 1994
Volví a repasar una vez más las declaraciones de los vecinos. Marlies Bertels, edad: 81. «No, desde mi ventana no es posible ver el parque, lo ocultan los setos».
Cuando Menkhoff le preguntó el día anterior con qué frecuencia había visto al doctor Lichner, ella había declarado que en tres ocasiones y cerca del parque. ¿Cerca? Revisé mi informe. Ciertamente. Jamás pretendió haber observado a Lichner en el parque mismo, se trataba de una mera interpretación nuestra. La señora Bertels siempre había afirmado que el psiquiatra solía encontrarse con la niña cerca del parque.
La habíamos juzgado mal, lo cual, por supuesto, contribuía a afianzar las sospechas con respecto a Lichner. Por otra parte, aún quedaba por resolver la cuestión de por qué no nos había facilitado un dato tan vital hasta dos semanas después del asesinato. ¿Qué había observado realmente y qué se había imaginado?
¡Los vecinos! Sus vecinos podrían facilitarnos alguna información adicional sobre Marlies Bertels. Sopesé brevemente aquella idea, me puse en pie y recogí mi chaqueta.