Epílogo
Me he tomado libertades en cuanto a la descripción y situación de edificios, paisajes, nombres de diferentes lugares y de calles tanto en la zona de Lambertseter como en Notodden y Finnemarka. La residencia de ancianos de Mørkbygda, el sistema fluvial de Råvann y el embalse son inventados, al igual que la escuela de jardinería, la capilla, cuestiones referidas a la Logia de Johannes y todo lo demás que sucede en este libro. He intentado ser verosímil, pero no todo se corresponde con la realidad. Puede que tampoco lloviera tanto aquella semana. Pero el viernes 22 de julio de 2011, exactamente a las 15:25 explosionó una bomba en la zona de los edificios gubernamentales de Oslo. Y ocurrió realmente. La policía tuvo noticia de la explosión a través de su central de alarmas dos minutos más tarde. A las 15:30 el responsable de comunicación se reunió con el personal de guardia. Poco después el subdirector de la policía dio aviso de que todo el personal de guardia y las fuerzas especiales debían ser convocados. A las 15:34 un testigo informó de que había visto a una persona sospechosa, con una pistola en la mano, abandonar la zona en una furgoneta cinco minutos antes de la explosión. A las 16:43 la Policía Judicial dio la alarma a nivel nacional. A las 17:26 la policía recibió el primero de varios avisos de que en Utøya, en el Fiordo de Tyri, donde un partido político tenía un campamento de verano para estudiantes, se estaban disparando armas de fuego. A las 18:33 la policía detuvo al terrorista. 77 personas habían sido asesinadas. Eso supera cualquier fantasía y no puede ni siquiera compararse con la locura sin límites que he imaginado en este libro.