WlLHELM GRIMM, 1805

- Grimm -dijo Virginia- ¿crees que es…?

- Por supuesto que lo es -dijo Tony.

- ¿Qué pone debajo? -preguntó Virginia.

- Está escrito en alemán -dijo Tony-. No tengo ni idea. 'Wenn Sie fliehen wollen, müssen Sie den Hebel Drehen.'

- Sé hablar alemán -dijo una vocecita detrás de ellos-. Y yo también -dijo otra voz-. Queso se dice Käse.

Virginia miró hacia abajo. Dos ratones habían entrado en su celda a través de una pequeña ratonera.

- Oh -dijo Tony- Estupendo. Ratones que hablan alemán.

- ¿Qué pone aquí? -preguntó ella, señalando la inscripción.

- Si deseas escapar, la palanca debes girar -dijo un ratón.

No hablaban alemán demasiado bien.

- ¿Escapar? -dijo su padre.

- ¿La palanca? -preguntó Virginia.

Ella examinó la celda. No había palancas. Entonces ella vio las anillas de hierro atornilladas en las paredes para colgar a los prisioneros. Su padre trató de alcanzar uno al mismo tiempo que ella los vio. Él lo retorció, pero no ocurrió nada.

- Prueba con la otra -dijo su padre.

Virginia agarró la otra anilla de hierro y la retorció a la izquierda. Tampoco ocurrió nada.

- Dale la vuelta en el otro sentido -dijo su padre.

Cuando ella la giró a la derecha, se abrió una diminuta puerta secreta en la celda, no más grande que la tapa de un cubo de basura. Los bloques de piedra parecían estar sobre bisagras ocultas. Finalmente se detuvieron, y el polvo salió a raudales.

- Nos debes un buen trozo de Käse -dijo el ratón.

Durante algunos instantes, Virginia miró el hueco. Conducía a un largo pasillo. Entonces ella empujó a su padre hacia adelante con fuerza.

- Deprisa. Deprisa -dijo ella-. Todavía podemos estar a tiempo.

Se agacharon por el túnel y gatearon hacia la libertad.