CONDENADO. MOHO. NO SUBIR.

Virginia lo miraba fijamente como si no pudiese creer lo que veía.

- Quedan unas sesenta plantas de habichuelas, pero no todas están habitadas estos días -explicó Lobo-. Los gigantes beben demasiado, raramente tienen tiempo para reproducirse.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? -preguntó Virginia.

- Pues claro -dijo Lobo.

- ¿Crees que soy sexy?

Se giró para mirarla, atónito. Estaba apoyada contra uno de los tallos, su cuerpo estirado provocativamente hacia él. Estaba preciosa, desde la punta de los pequeños dedos de los pies hasta su boca perfecta a sus… suspiró. Ojos vidriosos.

- Eres el tipo de hombre del que supongo debería estar asustada -dijo suavemente, de una forma que le hizo saber que haría una excepción con él.

Una excepción que él deseaba muchísimo.

- Oh, Virginia -dijo Lobo-, por mucho que desee creer lo que me dices, me temo que son los zapatos los que hablan. Dirías lo que fuese con tal de ponértelos de nuevo.

Ella parpadeó, luego agitó la cabeza.

- Oh, Dios mío -dijo-. Sí, realmente lo siento. No sé lo que me ha pasado. Tienes mucha razón al apartarlos de mí.

- Los zapatos sacan a relucir las cosas más extrañas -dijo Lobo-. Cualquier cosa que estés reprimiendo.

- No estoy reprimiendo nada -respondió Virginia.

Ella podía creérselo si quería, pero él no lo hacía. Y encontraba todo el incidente bastante curioso, y bastante esperanzador. Entonces una bocanada de hedor atravesó el aire. Husmeó, y se le pusieron de punta los pelos de la nuca.

- Trolls -dijo Lobo-. Nos han encontrado. Oh, caray. Estamos en un gran, gran problema ahora.

A través de los árboles, podía ver en la distancia faroles balanceándose, y más lejos, el sonido de perros ladrando.

- Tienen perros -dijo Lobo-. Pueden seguirnos el rastro. ¡Corre! ¡Corre!

Virginia salió disparada como si hubiese nacido para correr. Lobo se tuvo que apresurar para mantenerse a su paso. Sólo esperaba que eso fuese lo suficientemente rápido. Si los trolls los atrapaban ahora, las cosas se pondrían muy feas para ellos.

Realmente muy feas.