VALORADO EN 10-15 MONEDAS DE ORO

Es esto -dijo Tony-. Es éste.

- No atraigas la atención -le dijo el Príncipe Wendell.

- De diez a quince coronas -dijo Tony-. Tiene un precio realmente bajo. Nadie sabe lo que es.

Tony miró alrededor. Quizá, si nadie estaba mirando, podría simplemente sacarlo de allí. Entonces reparó en los guardias cerca de la puerta. Lo estaban vigilando.

Sacó el espejo de su embalaje y lo miró. Su propia imagen le devolvía la mirada. Extendió la mano hacia el mecanismo secreto.

- No lo actives aquí, idiota -avisó el Príncipe Wendell-. Todo el mundo lo verá.

Por supuesto, Wendell estaba en lo cierto. Tony se giró para buscar al subastador. En vez de eso chocó con un elfo anciano. El elfo iba bien vestido. Estaba echando un vistazo al espejo con un monóculo. Tony se encontró mirando a las orejas puntiagudas del elfo.

El elfo usó un bastón de cabeza plateada para golpear la lateral del espejo.

- Mmm… ¿Qué te parece? -preguntó el elfo.

- ¿El qué? -preguntó Tony-. ¿Esto? Un pedazo de basura. No malgaste su tiempo.

Tony puso el espejo en su sitio.

El Elfo continuó examinándolo con su monóculo.

- Al principio pensé que era una reproducción. Como mucho un Emperador Desnudo Tardío, pero creo que es más viejo que eso. Mucho más viejo. Quizá incluso anterior a Cenicienta. Y mucho más especial.

Rascó la pintura negra con sus largas uñas. Una escritura dorada brilló bajo el viejo trabajo de pintura.

- Runa Enana -dijo el elfo-. Es casi como si alguien ocultara sus verdaderos orígenes.

- Creo que es indudablemente una reproducción -dijo Tony.

El elfo le sonrió débilmente.

- No, no lo crees.

Wendell tiró de la pierna de Tony. Tenían que encontrar a Virginia. Ella era la única que llevaba monedas. Tony no estaba contento ante la idea de marcharse. El elfo estaba demasiado interesado en el espejo. Pero de todos modos dejó que Wendell lo sacara del salón de subastas.

Mientras se encaminaban hacia la puerta, Tony creyó ver una figura familiar. ¿El Cazador? Se estremeció. Imposible. El hombre había quedado gravemente herido para haber llegado tan lejos

Tony asintió con la cabeza al instante y se encaminó hacia la calle.

Tardó casi una hora en encontrar a Virginia y Lobo. No estaban buscando al espejo en absoluto. Habían pagado una cantidad tremenda de dinero para disfrazarse y conseguir sus retratos pintados. Virginia estaba tumbada en una piedra, y Lobo estaba demasiado cerca de besarla para el gusto de Tony.

Así que dijo en su voz más alta:

- ¡Eh, vosotros dos! Dejad de hacer payasadas. Hemos encontrado al espejo.

Virginia miró hacia él, un poco confundida, luego se apartó de Lobo. Se quitó el disfraz… éste solo tapaba sus ropas… y se acercó. Lobo parecía tremendamente decepcionado, pero también los siguió.

Mientras Tony los apresuraba colina abajo, les contó todo sobre el descubrimiento del espejo. Wendell continuó moviéndose rápidamente. Regresaron al salón de subastas en menos de veinte minutos.

Tony se apresuró hacia la esquina más alejada. La caja de baratijas continuaba allí, pero no pudo encontrar el espejo por ninguna parte.

- ¡No está! -gritó Tony.

El subastador se acercó para ver qué alboroto era aquel.

- ¿Dónde está el espejo? -pregunto Tony.

El subastador sonrió con su pequeña y desdeñosa sonrisa.

- Oh, ¿se refiere al espejo mágico? Qué hallazgo. Todos estamos tremendamente excitados por eso.

Los llevó al centro del salón. Ahí, en un pedestal, estaba el espejo. Expertos en restauración lo estaban limpiando, raspando cuidadosamente la pintura negra y la caca de cerdo para revelar el pan dorado y la delicada escritura bajo ella. Una multitud observaba y charlaba emocionada.

El corazón de Tony palpitaba cuando él y Virginia se aproximaron del espejo. Tenía una nueva descripción. ¡Tony la leyó en silencio!