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ANEXO AL INFORME DEL INSPECTOR JAMES CLEMO PARA LA DOCTORA FRANCESCA MANELLI
TRANSCRIPCIÓN DE LA GRABACIÓN HECHA POR LA DOCTORA FRANCESCA MANELLI
PRESENTES, EL INSPECTOR JAMES CLEMO Y LA DOCTORA FRANCESCA MANELLI
Las notas que registran las observaciones sobre el estado mental y la conducta del inspector Clemo, en los pasajes en los que no quedan de manifiesto en sus respuestas, están en cursiva.
FM: ¿Así que diría que el segundo día del caso no fue un buen día para usted?
JC: No. No fue lo que yo habría querido, pero tienes que recomponerte, seguir adelante e intentar reconducir las cosas. Al final de ese día ya teníamos muchas otras cosas en que pensar.
FM: Me pregunto si le parece que la rueda de prensa destrozó su confianza.
JC: ¿Por lo que hizo la madre?
FM: Sí.
JC: No, no me pasó eso. Volvería a hacer ese llamamiento si fuera necesario. Nadie podía prever que ella iba a hacer lo que hizo. Si le soy sincero, ni siquiera me pareció justo que me echaran la bronca a mí por ello.
FM: ¿Se lo dijo a la inspectora jefe Fraser?
JC: No. Soy una persona orgullosa, no suicida. De todas formas, solo se estaba desahogando. Ella es así, por eso no me lo tomé muy en serio.
FM: ¿Qué tal iba progresando el caso en general?
JC: Teníamos varias cosas entre manos. Nos reunimos todos a eso de las ocho y media esa tarde. Fraser se estuvo quejando y refunfuñando por la rueda de prensa al principio, pero se calmó porque teníamos unas cuantas pistas claras, así que daba la sensación de que estábamos consiguiendo algo.
FM: ¿Cuáles eran las pistas?
JC: Seguíamos investigando a los tipos de la recreación fantástica. La mayoría tenía coartadas, pero uno en concreto se mostró arisco y se negó a responder a nuestras preguntas, y eso cabreó a Fraser. No tenía coartada y a ella le parecía un buen sospechoso para el secuestro.
FM: ¿En qué sentido se mostró arisco?
JC: Decía que la única autoridad que reconocía era la de la Orden de los Caballeros que regía su mundo de fantasía, lo que básicamente significaba que no tenía intención de hablar con nosotros. No quería respondernos por una cuestión de principios.
FM: ¿Y se lo iban a permitir?
JC: Él podía alegar lo que quisiera y nosotros no podíamos obligarle a hablar. Fraser decidió que le quería interrogar ella misma. Quería que Woodley y yo fuéramos con ella al día siguiente a hacerle una visita a su casa para ver si le sacábamos algo.
FM: ¿Y el pedófilo? ¿El que intentaban localizar?
JC: Nos preocupaba seriamente. Todavía no le habíamos localizado, pero la inspectora que se ocupaba de ello creía que su madre sabía dónde estaba y la estaba reconcomiendo no decírnoslo. Su intención era ir a hacerle otra visita. Teníamos al psicólogo trabajando con posibles perfiles de secuestradores y, aparte de eso, estábamos preparando listas de gente con la que había que hablar, comprobando coartadas y respondiendo a todas las llamadas que se estaban recibiendo tras el llamamiento.
FM: ¿Tuvieron una respuesta masiva?
JC: Enorme, casi demasiada. Fraser había formado el equipo más grande que pudo, pero aun así resultó muy difícil hacer un rápido seguimiento de todo. Teníamos como prioridad averiguar las identidades de los ciclistas que Rachel Jenner dijo que había visto en el bosque y el hombre que iba solo y nos estábamos centrando en eso.
FM: ¿Cómo era el ambiente en el equipo?
JC: Estábamos todos hiperactivos por la adrenalina. Todos queríamos acabar con aquello, dar con el chaval.
FM: ¿Hubo una reacción pública a la rueda de prensa?
JC: Eso fue un problema. Incluso esa primera noche ya se estaba produciendo una virulenta reacción en internet contra Rachel Jenner. La gente decía, o insinuaba, todo lo que se pueda imaginar, también en los portales de noticias. Nos echamos a temblar al pensar en los titulares del día siguiente.
FM: ¿Qué tipo de cosas se estaban diciendo?
JC: Decían cosas del estilo de: «Arrebato de furia de la madre». No era demasiado malo, pero lo que nos preocupaba eran los comentarios que estaba haciendo la gente. En Facebook cientos de personas hablaban del caso y no se estaban mordiendo la lengua. Pensaban que ella era culpable.
FM: ¿Y qué pensaba usted?
JC: No podíamos descartarlo. Había tenido la oportunidad de hacerle algo a Ben y no habíamos verificado su historia todavía.
FM: ¿Y qué le decía su instinto?
JC: Que podía haberlo hecho.
FM: ¿No quedó convencido de su inocencia tras su demostración de dolor en la rueda de prensa?
JC: El dolor no prueba la inocencia. Si le había hecho algo a Ben, también estaría afectada en ese momento.
FM: Cierto.
JC: Pensaba que podía haberle asesinado o matado por accidente y después haber escondido el cuerpo e inventado esa historia del bosque. Era una posibilidad bastante poco probable, pero no era del todo imposible. Le pedimos al psicólogo forense que viera la grabación de la rueda de prensa y que nos dijera qué le parecía Rachel Jenner.
FM: Así que, aparte de la prensa negativa, ¿estaba satisfecho con la respuesta ante la rueda de prensa? ¿Salió algo bueno de ella?
JC: Sí, obtuvimos algunas respuestas positivas. Como he dicho, teníamos mucho que abarcar, pero esperábamos que algo saliera de ahí en cuanto separáramos el grano de la paja, tal vez alguien que había visto algo, quizás gente que añadir a la lista de personas para interrogar.
Ha conseguido interesarme. Para ser sincera, este caso me fascinó en su momento, como a mucha gente. Debo de haber dejado ver de alguna forma que lo que me está contando me resulta muy interesante, porque se inclina hacia delante y me hace la pregunta que a él le preocupa de verdad.
JC: ¿Cuántas sesiones cree que serán necesarias para que me dé el alta?
Eso me obliga a recuperar mi expresión facial más profesional.
FM: Es imposible de saber en este momento. Lo único que le puedo decir a estas alturas es que hasta ahora está progresando bien.
Vuelve a acomodarse en la silla, pero se le ve agitado. Sacude la rodilla derecha sin parar.
FM: Me interesaría saber algo sobre el trabajo que estaba haciendo el psicólogo forense. ¿Puede hablarme de eso?
JC: En ese momento todavía no nos había enviado nada por escrito, pero Fraser y yo habíamos hablado con él.
FM: ¿Y qué pensaba?
JC: Había de todo.
FM: ¿Podría contármelo para que me haga una idea?
JC: Son cosas muy poco agradables.
FM: Tengo curiosidad. Y no es algo que esté muy alejado de lo que yo hago.
JC: Lo primero que se hace a la hora de crear un perfil en los casos de secuestro de un menor es distinguir entre un secuestro llevado a cabo por un familiar o por alguien de fuera de la familia.
FM: ¿Alguno de esos dos tipos es más probable que el otro?
JC: Estadísticamente el secuestro llevado a cabo por un familiar es más probable. Normalmente son resultado de divorcios o acuerdos de custodia que no se han respetado. Se ven mucho en los periódicos casos de niños secuestrados y llevados al extranjero por uno de los progenitores. En raras ocasiones el secuestro familiar lo efectúa un miembro de la familia cercana: un tío o un padrastro tal vez, que alberga un insano interés sexual por el menor, pero en esos casos la víctima suele ser una niña.
FM: Seguramente esos casos son más fáciles de resolver.
JC: Definitivamente. El secuestrador que no pertenece a la familia es un desafío mayor para nosotros. Si secuestran a un niño de repente sin dejar rastro, el grupo de sospechosos potenciales puede ser inmenso. Obviamente investigamos a todos los que conocemos, pero una vez que los hemos descartado, podría ser cualquiera. Y el tiempo siempre está en nuestra contra.
FM: Para los padres debe de ser un infierno.
JC: No se lo desearía a nadie.
FM: No, sin duda. Hay un término que utilizamos para esos casos: «dolor ambiguo». Puede ser una sentencia a perpetuidad. Es una especie de duelo sin resolver. Se puede sentir también cuando un hijo u otro familiar está mentalmente incapacitado. Se llega a hacer el duelo por la persona que crees que podría ser si las cosas hubieran salido de forma diferente. Esa persona está físicamente presente, pero psicológicamente ausente. Por el contrario, y es lo que pasa en casos de secuestro, o más comúnmente en divorcios, el niño o la persona está psicológicamente presente pero físicamente ausente. Y en los casos de secuestro los padres tienen la incertidumbre añadida de si el niño estará vivo o muerto.
JC: Eso era lo que queríamos evitar. Queríamos traer a ese niño de vuelta sano y salvo. Estábamos esperando a que llegara el informe con los perfiles, pero el psicólogo le había adelantado a Fraser que, por las circunstancias en que se había producido, se inclinaba por un secuestro perpetrado por alguien de fuera de la familia.
FM: ¿Por qué?
JC: Basándose en la edad y el sexo de Ben, era más probable que se tratara de un solo secuestrador masculino con un motivo sexual que probablemente había actuado de forma oportunista.
FM: ¿Y cómo había llegado a esa conclusión?
JC: Casos anteriores, las circunstancias de la vida de Ben y de su desaparición. Nos aconsejó que cuando habláramos con la gente o revisáramos las declaraciones, buscáramos a alguien extraño.
FM: ¿Extraño? Seguro que no necesitaban un especialista en perfiles para decirles que debían poner atención en personas que resultaran extrañas.
JC: No se refería a alguien evidentemente raro. Hay algunos signos que buscar. A menudo necesitan desesperadamente el control, a veces en las relaciones sexuales o solamente en su vida en general.
FM: Lo que presumiblemente podía apuntar al sospechoso de la recreación fantástica.
JC: Exacto.
Describir su trabajo le ha despertado una energía que no le había visto antes. Cambio de tema con la esperanza de aprovechar esa coyuntura para hablar de su vida personal.
FM: ¿Y Emma?
JC: ¿Qué pasa con ella?
FM: ¿Qué pensaba ella?
JC: Realmente no habíamos tenido oportunidad de hablarlo. Pero estaba haciendo bien su tarea. Fraser estaba contenta con ella.
FM: Me sorprende mucho que no llegaran a hablar. Me había parecido entender que estaban viviendo juntos.
JC: La cosa se puso difícil cuando empezó el caso. No teníamos unos horarios normales. Cuando llegábamos a casa, estábamos tan cansados que solo queríamos dormir. Era más fácil para los dos que cada uno durmiera en su casa algunas noches. Y Emma a veces es muy difícil de interpretar, ¿sabe?
FM: ¿En qué sentido?
JC: No sé. ¿Sabe esa gente que cuando está muy volcada en su trabajo se vuelve muy callada y se encierra en sí misma?
FM: Sí.
JC: Pues ella es así. De forma que cuando quería un poco de soledad, yo la respetaba. Y la verdad es que cuando empezó el caso ya no teníamos tiempo para nuestra relación, porque nos consumía a los dos. Así son las cosas.
FM: ¿Cree que Emma estaba preparada para eso?
JC: Claro que sí.
FM: Había hecho que una gran responsabilidad recayera sobre ella al recomendarla para el trabajo.
JC: Ya se lo he dicho: tenía fe en ella.
FM: ¿Hablaron de eso?
JC: No iba a ser condescendiente con ella. Eso habría estado fuera de lugar. Y además ella no lo necesitaba.
Empieza a golpear el suelo con el pie en un rápido punteo. Es una señal de que sabe que solo quedan unos minutos para terminar la sesión.
FM: Una última cosa antes de que se vaya.
Enarca una ceja inquisitiva.
FM: ¿Le parece que fue capaz de mantener la distancia necesaria con el caso? A nivel personal.
JC: ¿Qué quiere decir?
FM: La edad de Benedict Finch, su visita al colegio. A veces al leer su informe tengo la sensación de que esto le había afectado muy profundamente.
JC: Fui profesional.
FM: No estoy sugiriendo que no lo fuera.
Se me queda mirando fijamente.
JC: No es malo que las cosas te importen.
FM: ¿Este fue el primer caso en el que había un niño implicado o en peligro en el que trabajó?
JC: Sí.
FM: ¿Y eso le resultó duro?
JC: Era duro porque teníamos que encontrarlo. Era nuestra responsabilidad con él. Ese niño no había hecho nada malo. Solo era un niño. Pero eso no marcó ninguna diferencia en cuanto a lo que tenía que hacer.
FM: ¿Cree que su respuesta ante el caso pudo verse afectada por la muerte relativamente reciente de su padre?
JC: ¿Qué?
FM: A veces, cuando perdemos a uno de nuestros padres, empezamos a reflexionar sobre nuestra infancia. No es una respuesta inusual ante el dolor por la pérdida paterna. ¿Puede que eso le hiciera más proclive a identificarse con Benedict Finch y lo que le estaba ocurriendo?
No responde. Me mira incrédulo.
FM: ¿Inspector Clemo?
JC: No. No fue así. Lo ha entendido mal. Estaba haciendo mi trabajo. ¿No tendríamos que haber acabado la sesión ya?
Aunque hay un reloj en la pared a la vista, mira el suyo. Es obvio que no va a entrar en ese tema hoy.