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—¡Seis minutos! —gritó un técnico.
Susan impartió órdenes.
—¡Vuelva a teclear de arriba abajo! ¡Lean hacia abajo, no de izquierda a derecha!
Soshi movió las columnas y volvió a teclear el texto.
—¡Julio César enviaba sus mensajes codificados así! —soltó Susan—. ¡Las letras siempre formaban un cuadrado perfecto!
—¡Hecho! —chilló Soshi.
Todo el mundo miró la única línea de texto de la pantalla.
—Sigue siendo un galimatías —resopló Jabba—. Mirad. Son fragmentos aleatorios de… —Las palabras se le atragantaron. Sus ojos se abrieron desmesuradamente—. Oh… Oh, Dios…
Fontaine también lo había visto. Arqueó las cejas impresionado.
Midge y Brinkerhoff comentaron al unísono.
—Puta… mierda.
Las sesenta y cuatro letras decían ahora:
PRIMEDIFFERENCEBETWEENELEMENTSRESPONSIBLE FORHIROSHIMAANDNAGASAKI
—Ponga los espacios —ordenó Susan—. Hemos de solucionar un acertijo.