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- Jesús de Nazaret es insultado y coronado de espinas. -Lo medité. Jesús de Nazaret fue despreciado.
- Dragan fue todo un caballero con ella. Se encargó, personalmente, de hacerle la estancia lo más dura posible a tu moraca. ¡Imagínate este bello cuerpo musulmán jodido sin descanso! ¡Sólo una puta ninfómana y sadomasoquista como tu Aisha aguantó mil y una guarradas de todo un batallón serbio! Su carne fue nuestro pasatiempo.
Recé un Padrenuestro y diez Avemarías.
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María… Amén. Dios te salve… -¡Pregúntale a tu puta quién acabó con Dragan Talomir! ¡Pregúntale quien pagó el ajuste de cuentas!
Rezando el Santo Rosario, como un devoto incondicional, llenaba el cuerpo de Aisha de Amor a Dios todopoderoso.
Anuncié el cuarto misterio doloroso.
- Jesús de Nazaret va camino del Calvario con la Cruz a cuestas. -Medité haciéndome cómplice de aquel peso tan injusto sobre el cuerpo de Jesús de Nazaret. -¡Pobre Dragan! Le encantaba rezar en el Templo de san Sava en Belgrado. Lo hizo antes y después de la guerra, antes de que tu Dios le abandonara por una cerda musulmana.
Era la fuerza del Amor divino la que expulsaría al demonio.
Recé un Padrenuestro y diez Avemarías.
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María… Amén. Dios te salve…
- Los serbios hicieron un buen trabajo con tu Aisha y con otras miles de guarras como ella. No era el mejor ganado de los Balcanes, pero las muy cerdas sirvieron de apaño. ¡Si Serbia se hundía, todas esas zorras lo pagarían muy caro! Y lo pagaron con lo único que tenían: sus jodidas vidas bien jodidas por soldados serbios.
Anuncié el quinto y último misterio doloroso.
- Jesús de Nazaret muere en la Cruz. -Habían crucificado a nuestro Señor Jesucristo, quien murió tras varias horas de agonía. Lo medité hasta sentir el dolor redimido de una persona tan buena y justa.
Y a los pies de la Cruz, estuvo la Virgen María llorando… Ahí tienes a tu Madre , dijo un Jesús de Nazaret agonizante.
Me emocioné.
La respuesta de la poseída, al verme llorar, fue echarse a reír. -¡Maldito cura llorón! ¿Y tú acusas a los ejércitos serbobosnios de haber violado a mujeres? ¡Tú y tu asquerosa Europa bonita! ¿Violar el qué, cura cabrón? Tu Dragan Talomir sólo las forzaba para correrse, pero eso no quita que esas musulmanas fueran unas vulgares zorras reprimidas que siempre se dejaban joder. ¿Quién va a creer a unas sucias e impuras musulmanas? ¡Y que sigan vivas como tu Aisha! ¿Tú salvarás a todas? Si hubiesen sido violadas, esas cerdas hubiesen preferido morir antes que contarlo. ¡No se puede vivir con eso, luego mienten! ¡Y tu Europa me dejó partirle el coño a tu Aisha!
Las flagelaciones verbales del demonio, las espinas de las blasfemias, el calvario del Infierno… La Vía dolorosa de nuestro Señor Jesucristo conducía a Aisha hacia Dios todopoderoso. Porque todo el sufrimiento de Aisha no era en vano, a imagen y semejanza del sufrimiento del Hijo de Dios. Ella sufría su propio martirio espiritual, su camino de regreso a Dios.
Recé, entre lágrimas, un Padrenuestro y diez Avemarías.
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. -Las sensaciones de tocar aquel tramo final del Santo Rosario fueron indescriptibles-. Dios te salve, María… Amén. Dios te salve…