80
29
Símbolo de la fe Ante la poseída, me preparé para confirmar la fe que profesaba.
- Mi fe es la victoria que vence al mundo. -¿Te dijo tu Aisha que era una deportista? ¡Eh! ¿Te lo dijo, cura? Dragan hizo que su vida fuera toda una olimpiada.
- Renuevo las promesas del santo Bautismo con las cuales renuncié, en su día, a Satanás y a sus obras, y prometí servir fielmente a Dios en la santa Iglesia católica. -¡Cura! ¿Te lo dijo o no? Dragan le enseño cómo disparaba su arma, su escopeta.
Aisha supo cómo limpia un serbio su fusil. Con más o menos entusiasmo, más antiguo o más moderno, Dragan disparó su trabuco y su metralleta en cuanto le enseñó a tu Aisha lo que era estar en la línea de tiro. ¡Con la fuerza de un cohete, cura!
Y formulé el Credo con enorme alegría.
- Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. -¿Te gusta la esgrima, cura? A Dragan le encantaba sacar su espada y clavarla en el agua para que Aisha viera cómo navegaba su canoa. ¡Y ella participaba en aquel espectáculo griego, en plena Serbia! ¡Eso sí que fue espíritu olímpico! ¡Qué gozada para Dragan Talomir! ¡Menudo triunfo!
- Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos.
- Dragan esquió con Aisha sin nieve, corriendo a gusto cuesta abajo, revolcándose. ¡A punto estuvo de romperse el sable, tan duro y maduro para quien le pedía guerra! ¡Qué jaleo se montaba Dragan! ¡Él siempre cumplió con ella, cura! -El demonio no paraba de maltratar el cuerpo y el alma de Aisha.
- Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
- El himno deportivo lo tocaron entre los dos. Dragan tenía todos los instrumentos del mundo. Hizo que Aisha tocara sus timbales mientras él acomodaba la parte imperial de su saxo en el guardapolvos.
- Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. -¡Dragan le enseñó a Aisha todas las jugadas de fútbol! ¡Ella le prestó sus balones, cura! ¿Te gusta el fútbol, cura?
La Cruz Tau por frente.
El icono del Cristo de San Damián a mi espalda.
El Santo Rosario entre mis manos.
Formulé las sentencias que despertaron la furia de la posesa. -¡Renunciarás a Satanás! -¿Me vas a tocar las pelotas toda la noche, cura? -preguntó furioso. -¡Renunciarás a todas sus obras!
- Menudo muermo de cura. ¡Vete con tus rezos a otra parte, pirado! ¿Crees que vas a conseguir algo con esto? -Riéndose-. ¡Serás tontolaba! -¡Renunciarás al pecado para aceptar la libertad de la vida de los hijos de Dios! -¿Has venido para salvar a tu Aisha? Eres el capuchino más pringao que he visto nunca. ¡El machaca del convento! -¡Renunciarás a cualquier seducción del mal para que el pecado no te domine! -¡Mentiroso! ¡Tú eres el único mojonero de este hospital! ¡Sanguijuela! ¿Cuánto te han pagado por venir aquí?