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Era obvio que el demonio despreciaba y aniquilaba la realidad que no se acomodaba a sus propios intereses, exterminando todo lo bueno y justo. Así, el Santo Rosario era la infraestructura necesaria para que Aisha pudiera abandonar, definitivamente, el Infierno sucio y contaminado donde el demonio pretendía instalarle.
Palpando las cuentas del Santo Rosario, anuncié el primer misterio doloroso.
- La agonía de Jesús de Nazaret en el Huerto de Getsemaní. -Medité aquella escena sagrada durante un buen rato. Aquella escena en la que Jesús de Nazaret oró en el Huerto de los Olivos, reflexionando los pecados del mundo. Luego recé un Padrenuestro-. Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea… Amén. -Y continué rezando diez Avemarías-. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. -El Santo Rosario se caracterizaba por su protagonismo mariano, centrándose en la Palabra de nuestro Señor Jesucristo, promoviendo y proclamando el mensaje evangélico-.
Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. -Estaba alabando a Dios y a la Santísima Virgen-. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia…
Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén.
La repetición del Avemaría era un acto de amor de la Madre de Dios que intercedía por Aisha, tal y como anunció nuestro Señor Jesucristo: amaos los unos a los otros como yo os he amado . El más puro sentido común que envolvía a la poseída a través de mis oraciones.
Su recitación, repitiéndola constantemente, era pura y universal, sosteniéndola y haciéndola vibrar cuerpo (a)dentro, interiorizándola, dejando el cuerpo de la poseída más calmado y mi conciencia más fortalecida. El Avemaría me restablecía profundamente. Era la Serenidad de la Santísima Virgen María versus Totalidad Cósmica de Dios todopoderoso. -¡Tu puerca musulmana me delató. ¡Fue corriendo a Europa, a chivarse cómo me divertía masacrando cerdas bosniacas! ¡Tu Aisha se me escapó! ¡La muy golfa abandonó a sus compañeras que ahora están enterradas sin su compañía! ¡Esa es la lealtad de tu fulana!
Anuncié el segundo misterio doloroso.
- Jesús de Nazaret es azotado. -Lo medité profundamente, porque la flagelación de Jesús de Nazaret fue terrible y muy dolorosa. Le torturaron salvajemente hasta que se quedó sin fuerzas físicas.
- Aquel motel era un paraíso. Nos follamos a estos animales musulmanes cada día y cada noche. Fue la guerra más divertida desde la Segunda Guerra Mundial. ¡Todo era joder, disparar y joder más todavía!
No me incomodaba la verborrea insultante del demonio. Cuando rezaba el Santo Rosario, lograba el silencio y la quietud siendo indiferente ante las intenciones del demonio.
Concentrado en los misterios dolorosos, conseguía el silencio necesario para meditarlos y contemplarlos con total devoción. La Palabra de Dios era inmune al ruido diabólico.
Recé un Padrenuestro y diez Avemarías.
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea… Amén. Dios te salve, María, llena eres de Gracia… Amén. Dios te salve, María… Amén. Dios te salve…
- Mientras los soldados bosniacos acechaban al otro lado de la línea del frente como las ratas que eran, nosotros jodíamos una y otra vez a sus mujeres y a sus hijas.
Durante años, el mundo nos consintió esta fiesta. Pero luego vinieron más traidores de Europa con injurias como las de tu Aisha.
Anuncié el tercer misterio doloroso.