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Lectura del Evangelio Proclamé el santo evangelio según la palabra de san Juan en su capítulo 1, del versículo 1 al 14.
- Al principio existía la Palabra, y la Palabra existía junto a Dios, y la Palabra era Dios. La palabra existía al principio con Dios. Todo se hizo por medio de la Palabra, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. -Así, Señor Jesucristo, haz que tu Palabra obligue al demonio a obedecerte y a cumplir los diez mandamientos de Dios-. En la Palabra estaba la Vida, y la Vida era la Luz de los seres humanos. La Luz brilla en la oscuridad, y las tinieblas no la han sofocado…
El Evangelio era norma de vida para todos los hermanos franciscanos. Cada regla franciscana era una especie de imagen especular del mensaje evangélico de nuestro Señor Jesucristo.
Y un capuchino debía ser la viva imagen del Evangelio: La Señora de la Pobreza .
- Dragan le preguntaba a Aisha si estaba enferma. Era muy cortés con ella. ¿Aisha, te ha picado un bicho gordo? -Las intervenciones del demonio eran realmente aburridas.
Sus obscenidades carecían de ingenio y de sana picardía. No existían palabras más rancias, zafias y conservadoras que las del escaso vocabulario del demonio.
Continué con el ritual.
- Y la palabra se hizo carne y vivió entre nosotros, y hemos visto su gloria: gloria como de Hijo Único que procede del Padre, lleno de Gracia y de Verdad. Palabra del Señor.
Acerqué el icono del Cristo de San Damián hasta la cama. Quería que estuviera lo más cerca posible de los ojos de la poseída. La potencia evangelizadora de aquel icono no tenía límites.
La primera iglesia franciscana, aquella que reparó san Francisco de Asís con sus propias manos, tenía los muros ruinosos y el techo desplomado. Lo único que seguía en pie y que le acompañó bajo la lluvia hasta que arregló definitivamente dicha iglesia, era el icono del Cristo de San Damián…
Su valor artístico era único e incalculable, con profundas claves cristológicas que sustentaban su divino y trascendente misterio con realismo y sencillez: Jesús de Nazaret aparecía crucificado, sepultado, resucitado, trascendido y dador del Espíritu Santo. Y además era un modelo de Cruz expansivo y creciente, habitado por santos, santas, ángeles…
- Él la pasaba por la piedra corriendo -dijo la poseída mientras el propio cuerpo de Aisha temblaba-, orientando su cabeza en un solo pensamiento, inyectando su semilla purificadora, sanándola. -Soltó una risotada.
El cuerpo de la poseída se agitó. Estaba incómoda por la jerga del demonio.
La Palabra de Jesucristo expulsará todo el poder demoníaco del cuerpo y el alma de Aisha Cupina, y así se restaurará el poder divino en ella.
Agregué una lectura evangélica de san Mateo. Los versículos del 10 al 11, del capítulo 4. Pero antes me aproximé a la puerta, donde se encontraba el regulador del termostato. Aquella presencia demoníaca que estaba expulsando del cuerpo y la mente de Aisha, había elevado la temperatura de la habitación a un nivel insoportable. Mientras introducía los diez grados centígrados en la pantalla táctil, la temperatura real de la habitación que marcaba el aparato era de 42,15° C.
- Entonces le dijo Jesús: ¡Vete, Satanás!
- El pájaro mítico de Dragan Talomir, con su cola desahogada, se alimentó con el papo de su anfitriona.