AGUAS REVUELTAS EN EL PARTIDO

EL nombramiento de Narcís Serra como vicepresidente del Gobierno, en marzo de 1991, excitó a propios y extraños a calibrar las semejanzas y sobre todo las diferencias que tendría su trabajo con el desempeñado por mí en la etapa anterior. De manera particularmente activa se empeñaron los periódicos en enfatizar que el nuevo vicepresidente habría de servir de enlace entre el Gobierno y el partido, lo que a todas luces resultaba algo fantasioso, dado que Serra no ocupaba asiento en la dirección del PSOE. Unos titulares hablaban del apoyo que el presidente del Gobierno me daba, otros los desmentían asegurando que todo el apoyo del jefe del Ejecutivo para la relación con el partido la depositaba en el nuevo vicepresidente. Los periodistas preguntaban a unos y otros, y todos se pronunciaban en un sentido o en el contrario, terminando por aparecer un enfrentamiento entre Serra y yo que nunca existió; desde luego no hubo una sola acción por mi parte contra él. Sí tuve conciencia de la desorientación política con la que intentaba aproximarse al partido. Fue con ocasión de un almuerzo que compartimos. Él me pidió una entrevista para que le diese detalles sobre mis años en la vicepresidencia. Le invité a comer en la sede del partido. Hablábamos cordialmente sobre todas las vertientes que tenía la coordinación de los ministerios cuando me hizo una pregunta que me hizo sonreír: «¿Cómo tengo que actuar para quedarme yo con la responsabilidad de la Fundación Sistema? Tengo mucho interés en ocuparme yo de esa actividad teórica».

Con una malévola sonrisa le contesté: «Pero la Fundación Sistema no depende del Gobierno». Nueva pregunta, nuevo despiste: «¡Ah!, ¿de qué secretaría de la Ejecutiva depende?». «Que no, Narcís, Sistema es una fundación privada que creamos un grupo de amigos. No tiene ninguna vinculación o dependencia de nadie».

El poder se sube a la cabeza como el alcohol. Hay gobernantes que piensan que todo lo que hacen los seres humanos está en su campo de juego. Y los periódicos, empeñados en reivindicar para Serra el papel de coordinador entre el Gobierno y el partido. Vano intento, Serra tendría sus cualidades para gobernar, pero no conocía el mecanismo político del partido.

Algún suelto de periódico sostuvo: «El nuevo modelo de coordinación que pretende personificar Narcís Serra todavía no ha cuajado. Dirigentes del aparato del partido, e incluso algunos ministros, interpretan que esta situación de interinidad está siendo aprovechada por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, para expandir su influencia».

Poco tiempo después, durante una comida de Narcís Serra con Txiki Benegas, el primero recibe una llamada del presidente del Gobierno, que le había encargado mediar con los ministros en la operación de recortes presupuestarios. El presidente le pide una nota resumen de lo que ha hablado con los ministros porque él va a despachar con el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Serra le dice que mejor va él a la reunión y lo explica directamente. El presidente le dice: «Eso es imposible». Narcís muestra su desconsuelo. Txiki le dice: «Llámalo y dile que lo dejas».

La situación que creaba el presidente impidiendo que el vicepresidente pudiese estar presente en su reunión con el ministro de Economía dejaba en evidencia el papel de Serra y la autonomía del ministro de Economía respecto del vicepresidente. Bien fuera por la incomodidad que le produjo el «ninguneo» en su labor como vicepresidente, o porque lo llevara ya preparado a la cita con Txiki Benegas, Serra buscó el apoyo del partido en su pulso con el sector económico del Gobierno.

Serra le propuso a Benegas un acuerdo histórico. Le expresó que el tándem Felipe-Alfonso había funcionado muy bien, pero ya se acabó; ahora podía formarse el tándem Serra-Benegas, uno en el Gobierno y el otro en el partido.

Benegas lo rechazó.

No creo que sean necesarias más explicaciones para entender cuál era la relación de fuerzas en el interior del Gobierno.

Una página difícil de arrancar
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
introduccion.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
Section0093.xhtml
Section0094.xhtml
Section0095.xhtml
Section0096.xhtml
Section0097.xhtml
Section0098.xhtml
Section0099.xhtml
Section0100.xhtml
Section0101.xhtml
fotos.xhtml
notas.xhtml