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Altiplanicie Dabbateur, Alshain
Distrito Militar de Alshain
Condominio Draconis
24 de mayo de 3034
Los misiles silbaban por encima de las posiciones de los Ryuken, describiendo un aro sobre el campamento de renegados. Fuhito Tetsuhara levantó el brazo del BattleMaster que pilotaba y soltó el rayo fabricado por humanos del cañón proyector de partículas del Mech. Humo y llamas estallaron entre los BattleMechs de su objetivo. Se tambalearon y vio cómo uno de sus Panthers perdía un brazo en la andanada.
Satisfecho, ordenó el avance, especificando una formación de ala izquierda para su lanza. Al recibir las directrices, dos de sus compañeros se situaron a la derecha. Conducían esas curiosas variaciones del Charger que Kowalski-kun estaba tan ansioso por probar en la batalla. Su otro compañero se hallaba en la retaguardia del BattleMaster, dirigiéndose hacia su flanco izquierdo. El fuego de su láser pesado se lo confirmó sin necesidad de tener que comprobarlo en la pantalla de trescientos sesenta grados.
Todo marchaba de acuerdo con el plan del Kanrei.
Cortar los suministros a las fuerzas renegadas del Condominio que atacaban a la República Libre de Rasalhague no era el único objetivo de la operación. Esas fuerzas, bajo el mando de Marcus Kurita, habían sido declaradas ronin por el Kanrei. No operaban bajo los auspicios del Condominio y habían sido repudiadas oficialmente. Theodore había ordenado a los SACD que se apropiaran de todas sus bases de suministros dentro del territorio. Cualquier resistencia que presentaran los ronin debía ser aplastada.
Más importante aún, la operación era una prueba para el nuevo orden. Sólo estaban involucradas las formaciones de los recientes regimientos reorganizados de Genyosha y Ryuken, junto con un grupo selecto de unidades regulares. La nueva doctrina de Theodore se estaba mostrando superior al entrenamiento corriente de los SACD, ejemplificado por las tropas ronin. Igual de importante resultaba la oportunidad de bautizar a los nuevos Buso-senshi, dándoles la posibilidad de demostrar que eran MechWarriors y pilotos aeroespaciales competentes. Los soldados yakuza y los entusiastas reclutas de reciente incorporación no estaban decepcionando al Kanrei.
Fuhito detuvo su máquina, consciente de que su responsabilidad era observar e informar de la conducta de su batallón…, una tarea más vital que obtener cierta gloria personal. Un Mech se situó a la altura del BattleMaster. Durante un instante, no reconoció al Kintaro de cincuenta y cinco toneladas, dirigido por el segundo de su lanza, Will Randall. Aún no estaba acostumbrado a las antiguas insignias de la Liga Estelar que aparecían en los envíos de arsenal de ComStar. Algunos de los Mechs, como el Kintaro, no se habían visto en los ejércitos de los Estados Sucesores desde la Primera Guerra de Sucesión.
Por alguna razón desconocida, ComStar había acumulado en secreto las máquinas. Sin embargo, a medida que las sacaba a la luz, los seguidores de Blake todavía guardaban secretos a los SACD. Cualquier MechWarrior a medio entrenar era capaz de ver que ComStar había quitado ciertas piezas a la mayor parte de los BattleMechs antes de entregárselos a los SACD.
Habían sido reemplazadas algunas armas, aparte de otros sistemas, aunque ninguno de los técnicos kuritanos tenía la certeza de qué era lo que faltaba. Los registros del final de la época de la Liga Estelar eran incompletos, y el núcleo de la biblioteca, frustrante en su contenido. Simplemente, había demasiada información para poder asimilar con rapidez, aun cuando los científicos comprendían todas las partes técnicas de los textos de la Liga Estelar.
La evidencia más clara de la intervención de ComStar era el hecho de que los aparatos venían con radiadores de manufactura reciente, carentes de la calidad de la Liga Estelar. Aun así, los Mechs eran unos aparatos superiores, construidos en los días en que el hombre entendía por completo el diseño de los poderosos artefactos de guerra, y no el producto de fábricas medio automatizadas o supervivientes remendados de generaciones bélicas.
Sin embargo, ComStar no era infalible. Sus técnicos se habían mostrado diligentes pero no cuidadosos en el programa de recambio. Unos pocos Mechs vinieron sin que ninguno de los traperos togados los tocaran. Fuhito creía que los aparatos de esos envíos estaban pensados para el uso de las guarniciones GHP de ComStar que lentamente iban apareciendo por todo el Condominio.
El BattleMaster que él pilotaba era una de esas máquinas. Se trataba de un BLR-1C y estaba oficialmente asignada al Kanrei. Cuando Theodore lo había situado al mando de la Operación Guillotina, se lo había entregado con órdenes de acostumbrarse a él. Esa operación marchaba a la perfección, a pesar de que a algunos obstinados oficiales superiores no les agradaba recibir órdenes de un subalterno. Agradeció encontrarse al mando sólo temporalmente. Comprendía el deseo de Theodore de imponerse, pero odiaba tener que ser el ejecutor. Sin embargo, esta prueba acabaría pronto. Después de su éxito aquí, y del ataque de los Genyosha al puesto del sistema de Jarett, todos los almacenes conocidos de suministros de los ronin serían eliminados. El Condominio habría cumplido su compromiso con la República Libre de Rasalhague. Cualquier tropa rebelde que hubiera dentro de su frontera, sería problema de ellos. El Condominio no cruzaría dicha frontera.
La inmovilidad del BattleMech que había a su lado lo sacó de su meditación.
—Senshi Randall, ¿hay algún problema con tu Mech?
—Iie. —Se produjo un débil siseo de estática antes de que el MechWarrior continuara hablando—. No me gusta esto, Sho-sa Tetsuhara.
—¿No esperarás una trampa de estos rebeldes?
—No, Sho-sa. Las mejores tropas de los ronin no se encuentran en Alshain. No debemos temer nada de estos soldados. Me siento incómodo atacando a otros kuritanos. Me parece incorrecto luchar contra unos guerreros que sólo desean devolver Rasalhague al lugar que le corresponde en el Condominio.
—Si tanto te molesta, deberías haberlo dicho en la reunión de oficiales. Ese fue el momento de las preguntas. —Irritado por las inoportunas reservas del hombre, estalló—: Ahora te encuentras en el campo de batalla, enfrentándote a unas tropas que el Kanrei ha declarado ronin y enemigas. Cumple tus órdenes o te plantarás ante el Concejo del Gran Inquisidor.
Fuhito escuchó el aliento contenido del soldado por la línea de comunicación.
—No cuestiono al Kanrei —farfulló Randall—. No hace falta mencionar al Inquisidor, Sho-sa.
El Kintaro emprendió la carrera, avanzando hacia los dispersos ronin.