El caso Omaha

El affaire tuvo lugar en la ciudad de Omaha, capital de Nebraska, a finales de los años ochenta y principios de los noventa. El 31 de diciembre de 1968 se establece allí la Franklin Credit Union, y se sitúa al frente de ella a un conocido personaje negro cuyo nombre es Lawrence E. King, quien, entre 1988 y 1991, fue acusado de crear, presuntamente, una red de prostitución infantil para satisfacer las necesidades de prominentes miembros del Partido Republicano de Nebraska, así como de políticos de altísimo nivel en los Estados Unidos. Las acusaciones afirmaban que la red de prostitución estaba dirigida por un culto de adoradores del diablo que participaban en fiestas de mutilación, sacrificio y canibalismo de numerosos niños.

Las acusaciones se centraron, principalmente, en el mencionado Lawrence E. King júnior, director por entonces del hoy en día inexistente banco Franklin Community Federal Credit Union en Omaha. Una junta de ciudadanos de Foster (Nebraska) presentó los resultados de una investigación efectuada durante dos años sobre el presunto abuso físico y sexual al que eran sometidos algunos niños tutelados por el Consejo Ejecutivo de Nebraska en centros de acogida. Las más altas autoridades comenzaron a investigar estas denuncias y a entrevistar a los menores. Estos niños afirmaban que habían sido trasladados a la costa este de los Estados Unidos para abusar de ellos sexualmente, e incluso alguno de los pequeños afirmaba que ciertos «señores» practicaban el canibalismo y sacrificaban a niños de corta edad en aquellas fiestas. Asimismo, los niños reconocieron a importantes personajes norteamericanos de la política, la economía y demás ámbitos que participaban en aquellas fiestas.

Estas historias de abusos fueron denunciadas por un extrabajador del centro de acogida para jóvenes y niños con problemas llamado Boys Town. Después de mucha deliberación, se llegó a la conclusión de que las acusaciones eran infundadas, pese a que muchos niños así lo reconocieron, e incluso alguno de ellos pasó de ser acusador a acusado, como le ocurrió a Lisha Owen, una presunta víctima que fue acusada de ocho delitos de perjurio.

Lawrence E. King se libró, milagrosamente, de las acusaciones de abusos sexuales, pero fue condenado por otros delitos, como malversación de fondos en la cooperativa que dirigía, la Credit Union.

Pero vamos a relatar una serie de cosas muy extrañas que sucedieron.

El exsenador republicano John DeCamp participó en la producción de un documental titulado Conspiración de silencio que, supuestamente, iba a emitirse el 3 de mayo de 1984 en el canal Discovery Chanel. En este documental se exponía el caso Franklin y se hablaba de una red de líderes religiosos y políticos de Washington que utilizaban a niños para orgías sexuales. En el último minuto antes de emitirse, una serie de congresistas amenazaron, de forma anónima, con fuertes represalias la cadena de televisión por cable si retransmitía el documental. Después de que la cadena se hubiera gastado una fortuna en producir dicho documento, tuvieron que censurarlo. No obstante, en algunos sitios de Internet este documento gráfico puede ser visionado todavía, ya que alguien, y de manera anónima, se encargó de difundirlo a través de la Red.

Se da la circunstancia de que casi de manera inmediata los derechos de autor de este documental fueron adquiridos por personas desconocidas, que ordenaron que las copias fueran destruidas de forma inmediata. Solamente una de ellas pudo salvarse. Esa copia fue entregada anónimamente al exsenador de Nebraska y abogado John DeCamp, quien la puso a disposición del exdirector del FBI Ted L. Gunderson. Lamentablemente, la calidad del vídeo no es buena, pero finalmente el vídeo pudo ser rescatado.

En esta red de pederastia había dos principales sospechosos. Uno de ellos era el anteriormente mencionado Larry King y el otro, Craig Spencer, ambos miembros del Partido Republicano. Larry King (no confundir con el famoso presentador de televisión) fue tan popular que incluso en dos convenciones nacionales republicanas, celebradas en los ochenta, llegó a cantar el himno nacional. Posteriormente, fue a la cárcel por fraude bancario. En la actualidad, vive en un sitio desconocido de la costa este de los Estados Unidos.

Spencer, el otro miembro del Partido Republicano, terminó suicidándose. Varios de sus compañeros fueron a la cárcel por formar parte de una red de prostitución homosexual. Como algunos miembros del Partido Demócrata también estaban involucrados, fue muy difícil sacar a la luz esta cuestión.

Por otro lado, el jefe de policía que llevaba el caso en Nebraska, Gary Caradori, murió en extrañas circunstancias en el curso de la investigación; su avión privado, en el que viajaba junto a su hijo, sufrió un accidente aéreo. Esto sucedió el 11 de julio de 1990. Aquel día Caradori iba a asistir al partido de All Stars. Parece ser que el viaje para ver el partido era una tapadera para que Caradori pudiera reunirse con una fuente anónima, que le haría entrega de una serie de fotografías en las que se demostraba que los niños en acogida de Nebraska, y algunos de los muchachos de la Boys Town, estaban siendo utilizados como gratificación sexual de importantes líderes políticos de Washington, entre ellos el vicepresidente y el presidente George W. Bush45.

Caradori era un tipo muy curioso, quizá demasiado curioso para ciertos poderes, incluso llegó a descubrir, aparentemente, los vínculos entre la Credit Union utilizada por la Casa Blanca y la CIA para blanquear el dinero del famoso caso Irán-Contra, en el que se gratificaba a algunos de los miembros que intervenían en estas operaciones, facilitándoles niños para abusar sexualmente de ellos.

En la Convención Nacional Republicana de 1984 en Dallas, Larry King hizo gala de una gran ostentación financiando una recepción valorada en un millón de dólares, por entonces algo inasequible para el salario anual del señor King.

Caradori estaba tirando de la madeja y descubriendo muchas cosas, pero aquel fatídico 11 de julio despegó en su avión privado desde Chicago, con dirección a Nebraska. Algunas personas fueron testigos del accidente de su avión y afirman que vieron un destello en el cielo, seguido de una fuerte explosión; algunos medios de comunicación informaron de que la nave de Caradori explotó en vuelo antes de estrellarse. Sin embargo, con posterioridad, estas noticias fueron modificadas para informar de que la nave se había estrellado contra el suelo, y que tanto Caradori como su hijo de ocho años habían fallecido.

En la oficina del sheriff local se informó de que entre los restos encontrados se descubrieron una serie de fotografías de pornografía infantil. Cuando el FBI llegó, se hizo con ellas para, posteriormente, destruirlas, y de manera sincrónica, otros agentes del FBI entraron en la oficina del propio Caradori, donde se apoderaron de sus archivos personales.

Otro agente del FBI se presentó en la Oficina Federal de Nebraska exigiendo la entrega de todos los archivos del caso. Por entonces, la Casa Blanca, desde la que George Bush padre gobernaba, comenzó a ejercer presiones sobre los investigadores del caso, para tapar el escándalo Franklin.

Colby, exdirector de la CIA, intentó investigar el escándalo Franklin; tenía una serie de informes preparados, en los que, presuntamente, se demostraba la participación de la CIA en la utilización de prostitutas menores de edad, para chantajear a políticos y diplomáticos, pero, desgraciadamente, Colby murió en un sospechoso accidente de canoa en la bahía de Chesapeake el 27 de abril de 1996. Como vemos, otra oportuna muerte que silenciaba una vez más el escándalo.

En torno a este escándalo se produjeron muchas muertes oportunas. Hablaremos de 15 casos, algunos murieron en circunstancias más que sospechosas, otros de forma violenta y otros, sencillamente, de manera inexplicable. Como homenaje a aquellos que perdieron la vida, vamos a recordar sus nombres y sus muertes:

1. Bill Baker. Dueño de un restaurante en Omaha y socio de Larry King en algunas operaciones de pornografía homosexual. Apareció con un disparo en la parte posterior de la cabeza.
2. Shaun Boner. Hermano de Troy Boner, quien fue víctima y testigo en este caso. Fue encontrado muerto por una herida de bala de «ruleta rusa».
3. Gary Caradori. Investigador jefe del Comité Legislativo Franklin. Caradori dijo a personas cercanas antes de su muerte que tenía información importante sobre el caso gracias a unos «soplos» que había recibido. Murió cuando su avión se estrelló el 11 de julio de 1990.
4. Andrew «A. J.» Caradori. Murió a la edad de ocho años junto a su padre cuando el avión en el que viajaban se estrelló en extrañas circunstancias.
5. Newt Coppel. Un informante confidencial de Caradori, persona clave dentro de este caso que, aunque se encontraba en excelentes condiciones físicas, murió mientras dormía en marzo de 1991.
6. Clare Howard. Exsecretario de Allan Baer, y presuntamente quien le arreglaba sus citas con jovencitos. Howard murió también mientras dormía en 1991.
7. Mike Lewis. Se hizo cargo de Loretta Smith, que era víctima y testigo en este caso. Murió de una reacción diabética grave a la edad de 32 años.
8. Joe Malek. Socio de Larry King y propietario de Peony Park, lugar donde se celebraban las presuntas fiestas de homosexuales. Murió por arma de fuego, aparentemente, un suicidio.
9. Aaron Owen. Hermano de Alisha Owen, víctima y testigo en el caso. Fue encontrado ahorcado en su celda de Lincoln (Nebraska), horas antes de que su hermana declarase en el juzgado.
10. Charlie Rogers. Presunta pareja homosexual de Larry King. Días antes de su muerte, Rogers confesó a sus amistades que temía por su vida. Le volaron la cabeza con una escopeta. Se descartó el suicidio.
11. Dan Ryan. Otro socio de Larry King, apareció con síntomas de asfixia y estrangulamiento en su coche.
12. Bill Skoleski. Oficial del Departamento de Policía de Omaha, quien tenía un importante archivo sobre Larry King. Murió de un ataque al corazón.
13. Kathleen Sorenson. Familiar de Nelly y Kimberly Webb. Ardiente activista antisatánico. Murió en un sospechoso accidente de tráfico.
14. Curtis Tucker. Otro socio de Larry King que se cayó por una ventana del hotel Hollyday Inn, en Omaha.
15. Harmon Tucker. Director de escuela en Nebraska y en Iowa, conocido homosexual. Su muerte tuvo signos de asesinato ritual satánico. Se le encontró muerto en Georgia, muy cerca de las propiedades de Harold Andersen, utilizadas por el jefe del FBI, Nicholas O’Hara, para cazar.

Si el lector está interesado en ahondar más sobre los sucesos acaecidos en este extraño caso, que parece que nos deja entrever qué sucede al otro lado del telón oscuro del poder, puede hacerlo a través del magnífico libro de John DeCamp, The Franklin Coverup, ya que lo que usted ha leído es una pequeña síntesis de las impresionantes revelaciones que se hacen en las páginas escritas por DeCamp, quien en la actualidad sigue, afortunadamente, vivo y reeditó este revelador documento en 200646.

Importantes medios de comunicación como el The New York Times47 se hicieron eco del resultado del juicio en el que el gran jurado dictaminó que todas las acusaciones eran infundadas 48.

¿Realmente lo fueron? Lo mejor es que el lector saque sus propias conclusiones.

Posiblemente el lector se esté preguntando si todos los políticos del mundo son corruptos. La respuesta es no. Por supuesto, existe gente honesta que tiene como principal objetivo hacer el bien y conseguir riqueza para las sociedades que les es permitido gobernar. Pero, lamentablemente, en la cima del poder económico y político mundial aparecen espeluznantes casos que quizá abren una pequeña rendija por la que debemos asomarnos con el fin de hacer un retrato robot de lo que está ocurriendo en las más altas esferas del poder mundial.

¿Se puede mantener en secreto un trasfondo tan siniestro como este? Por poner un ejemplo, le diremos al lector que el proyecto Manhattan, en el cual se desarrolló la bomba atómica en Estados Unidos, se mantuvo en el más alto secreto, pese a que trabajaron en él más de 130.000 personas que no sabían para qué estaban trabajando. El proyecto tuvo un coste de 2.000 millones de dólares de 1945 y se utilizaron casi 3.000 kilómetros cuadrados en instalaciones y terrenos para llevarlo a efecto, y solamente un limitado grupo de personas conocía el objeto de tan monstruoso proyecto. Póngase usted en el contexto del año 2015 con toda la información controlada por las agencias de inteligencia; de este modo, llevar adelante operaciones secretas es, si cabe, mucho más fácil que hace 70 años.

Suponemos que estas pruebas mostradas pueden parecer puntuales e insignificantes, pero el caso Omaha ha existido también en otros muchos países, como, por ejemplo, Bélgica, que tuvo su caso Omaha en el conocido caso Dutroux.