El misterio de las ruedas del Curiosity
Algo extraño comenzó a ocurrirle al robot marciano Curiosity. Las 6 ruedas de aluminio con las que había sido dotado para moverse por la superficie marciana comenzaron a deteriorarse muy rápidamente. Apenas había recorrido 15 kilómetros en los primeros 515 días sobre la superficie marciana cuando las ruedas mostraron importantes abolladuras y roturas en la superficie del aluminio especial con el que habían sido construidas. Este hecho podría parecer normal o anecdótico debido a la utilización del robot en condiciones extremas, pero el lector debe recordar que este robot fue probado en un desierto de la Tierra sobre una superficie muy dura sin que se produjeran desperfectos en ninguna de las ruedas. Quizá algún lector pueda pensar que esto no reviste demasiada importancia, pero si tenemos en cuenta que la gravedad en Marte es solo del 38 % con respecto a la Tierra, esas ruedas deberían haber resistido sobradamente la superficie marciana. Adicionalmente, la NASA había enviado ya tres robots con distintos diseños de ruedas y en ninguno de ellos se había observado ningún desperfecto en ellas. Las preguntas son inevitables: ¿cómo es posible que en diseños anteriores no existan estos problemas y en diseños posteriores sí? ¿No se supone que deberían haber aprendido errores solventados en el pasado?
Asimismo, debemos recordar que el robot tiene una velocidad máxima de 4 centímetros por segundo, y las zonas donde se han originado los deterioros no son mucho peores que donde circularon los robots Spirit y Opportunity. Recordemos, además, que estas dos últimas misiones recorrieron muchísimos más kilómetros y estuvieron en la superficie más de 10 años sin que sufrieran desperfecto alguno. Teniendo en cuenta todos estos factores, nos hacemos una pregunta lógica: ¿ha recorrido el Curiosity solo 15 kilómetros o han sido muchos más y no se han mostrado a los medios de comunicación? Quizá, puestos a especular, podríamos preguntarnos si el Curiosity está realmente en Marte; o si no estará, por el contrario, mucho más cerca de nosotros, por ejemplo, en algún lugar secreto de la Tierra, y toda esa misión sea una puesta en escena, como presumimos que se hizo con la misión Apollo.