El verdadero color de Marte

Siempre nos han mostrado Marte como si fuese un planeta totalmente oxidado. Fue King Bubarrato quien, en el año 2000, se percató de un curioso hecho al analizar con detenimiento las fotografías de los módulos Viking I y Viking II. En algunas de las fotos aparecía una carta de color situada en el propio módulo, utilizada para corregir la gama cromática de color y la intensidad de brillo, semejante a la famosa carta de ajuste que aparecía en los televisores, con la que podíamos optimizar los colores, manipulando los diales de tono, brillo y color. King observó que las cartas de color estaban desajustadas, así como los colores de la bandera de los Estados Unidos que la nave tenía pintada en uno de sus paneles.

Era fácil ver que los colores blancos tenían una acusada tendencia hacia el amarillo, como si las fotografías hubiesen pasado por algún tipo de filtro de color. Después de cargar las imágenes en un programa de tratamiento de color, corrigió el blanco de las barras de la bandera de los Estados Unidos hasta que estas quedaron totalmente blancas. Para hacer esto tuvo que añadir, aproximadamente, un 50 % de tonos azules al conjunto de la foto, así como un 25 % de verdes. Para su sorpresa, en aquella foto, el cielo marciano no era rojizo, ¡su tonalidad era de un azul semejante al cielo terrestre! Asimismo, ¡la superficie dejaba de ser rojiza para convertirse en marrón!

También son muy curiosas las declaraciones de un ciudadano norteamericano, llamado Ian Fleming, quien se percató de un importante detalle tras escuchar una grabación en la que se entrevistaba a diferentes miembros de la familia Levin, algunos de los cuales habían dedicado toda su vida a la ciencia: «Recientemente, he tenido la oportunidad de escuchar una entrevista en formato realaudio del Show de Laura Lee. El archivo me fue entregado el pasado mes de julio. Los invitados eran el doctor Gil Levin y su hijo Ron Levin, quien en la actualidad es físico del MIT (Massachusetts Institute of Technology) en Boston, (Estados Unidos). Toda la conversación transcurrió hablando de cuestiones familiares, pero en un momento de la entrevista, Ron describió algo que jamás había oído. Comentó que cuando contaba con 20 años y era un joven estudiante que se encontraba en el JPL (Jet Propulsión Laboratory), cuando llegaron desde Marte las primeras fotografías de la Viking I, tuvo ocasión de ver en aquellas imágenes originales un cielo azul y rocas con manchas verdosas. También añadió que los técnicos de imagen del JPL ajustaron rápidamente aquellas tomas para que el cielo y las piedras adquiriesen el tono rojizo con el que estamos familiarizados. Levin continuaba diciendo que no encontró ninguna explicación científica de por qué se estaban efectuando semejantes ajustes de color.

El cambio se efectuó porque los científicos deseaban oscurecer aquellas manchas verdosas en las piedras, que podían demostrar que en Marte sí existía alguna forma primitiva de vida vegetal en la superficie del planeta. Esta historia parecería otra de esas leyendas anónimas si no fuera porque sus protagonistas fueron Ron Levin, un importante físico del MIT, y su padre, coautor de los recientes e importantes experimentos de agua líquida en Marte, en los que jugó un papel relevante. No se trata de fuentes anónimas, responsables de la mayoría de las historias descabelladas que circulan, por lo que me tomé muy en serio el tema de las manipulaciones fotográficas que están saliendo a la luz pública.

Las primeras imágenes que aparecieron en los medios del amartizaje de la sonda Viking I mostraban un cielo azul que más tarde se convirtió artificialmente en rojo. Según las versiones autorizadas de los hechos, se efectuaron las modificaciones de color porque los colores se estaban recibiendo incorrectamente dirigidos hacia el espectro cromático del azul, debido a un problema óptico; de modo que se corrigieron hacia el rojo, pues este debía ser su color original. La explicación no me parece muy verosímil. De ser así, pienso que, antes de mandar las dos sondas, se habrían dado cuenta de la existencia de cualquier problema de sobreexposición azul en los filtros de las lentes del equipo.

Ron Levin también hizo un curioso comentario que me sorprendió. Afirmó que el telescopio orbital Hubble había tomado imágenes de Marte que mostraban un cielo azul, dato que posteriormente pude verificar en el sitio oficial del Hubble HST41. En aquellas imágenes se apreciaba de forma nítida una especie de halo azulado que rodeaba el planeta. Aparentemente, los científicos del Hubble realizaron varios informes, que se difundieron en algunos medios de comunicación, en los que aseguraban que el robot Pathfinder, al amartizar, debería poder ver un cielo azul.

Pero eso no es todo. Existen zonas en Marte que han sido fotografiadas por distintas misiones y la variación de los colores es notable. Un claro ejemplo es el cráter Gusev, zona donde, supuestamente, aterrizó el robot Spirit. Las fotos satélite que la NASA envió del cráter muestran un sitio marrón con severos tonos grises. Por el contrario, gracias a la ESA y a la Mars Express, podemos observar que los colores que aparecen en la zona del cráter Gusev son naranjas y verdes. ¿Cómo explicamos esta notable diferencia? ¿Acaso los colores de un jardín se transforman de verde brillante en marrón árido dependiendo del modelo de cámara que utilicemos al tomar la foto? Evidentemente, podrán existir diferencias en el tono y en el contraste, pero el verde seguirá siendo verde y el naranja, naranja. Sin embargo, debemos recordar que la auténtica diferencia entre las misiones de la NASA y la ESA radica en sus países de procedencia. Pero no pensemos por esto que la ESA se ha comprometido en una campaña de transparencia en lo que se refiere a la cuestión marciana. La ESA únicamente ha entregado algo más de 260 fotografías del suelo marciano y algunas de ellas son desarrollos de otras. Por el contrario, los norteamericanos han publicado más de 170.000 fotografías correspondientes a su misión Mars Odyssey. No sabemos cuál es el motivo de que la agencia europea publique tan exiguo número de fotos..., ¿tacañería o encubrimiento?

Continuemos hablando de otras pruebas más evidentes sobre la falsificación de los colores marcianos. El robot Spirit, lanzado por los norteamericanos a mediados del 2003, antes de surcar las enormes distancias que separan la Tierra de Marte fue fotografiado en la Tierra por los medios de comunicación. En esas fotos se aprecia al flamante robot Spirit con sus paneles y sistemas, así como con una serie de bandas de colores situadas en torno a un pequeño mástil que indica la orientación solar. Aquellas bandas tenían en sus ángulos los colores azul, rojo, verde y amarillo. Cuando comparamos la misma pieza del Spirit sobre diversas fotografías que el propio robot ha efectuado de Marte, dos de los colores han cambiado notablemente. La parte que tenía en la Tierra un vivo color azul aparece de un intenso rojo y la que tenía color verde se muestra de un amarillo pardo. Esto demuestra claramente que la NASA está invirtiendo la gama cromática del espectro azul al rojo en su misión Spirit. Las causas de esta inversión no son otras que eliminar el 90 % de los tonos verdes y azules; pero ¿qué pretenden aplicando filtros a sus instantáneas marcianas? Ni más ni menos que eliminar los cielos azules y el verdor que aparece en buena parte del suelo y de las rocas marcianas. De este modo, podrán mantener la tan esperada noticia de vida en Marte en stand by, a la espera de un momento propicio.

La ocultación de información es grave, pero la desinformación es doblemente grave, ya que con ello están privando de una profunda verdad a toda la humanidad. Esa verdad no es ni más ni menos que el universo es un vergel de vida, y que esta se abre paso en los lugares más insólitos e inhóspitos del cosmos; pero sigamos aportando más pruebas, pues parece que estas no cesan de demostrarlo.

En una importante rueda de prensa ofrecida en el JPL por los responsables del Spirit, estos proporcionaron una serie de fotogramas proyectándolos en una pantalla. En dichas fotografías aparecía un nítido cielo azul marciano, que rivalizaría en belleza con el cielo de un día despejado en la Tierra, así como un suelo marrón claro, que en nada recuerda al rojizo suelo marciano que nos muestra habitualmente el robot Spirit.

Los hechos no concluyen aquí. Hay más pruebas y cada día que pasa aparecen nuevos datos que apoyan la audaz y verdadera imagen que se oculta tras las tergiversadas fotografías marcianas. Por consiguiente, tenemos que derribar el mito de un Marte rojo y árido, al igual que hicimos con el de la «piel verde de los marcianos». En no pocas ocasiones la verdad está a 180° del punto al que dirigen nuestra atención.

El 4 de agosto de 2004, el rover Spirit efectuaba un lento avance hacia la cima del cráter Gusev. Poco antes de coronar la cima, la NASA indicó al vehículo que efectuase una serie de secuencias fotográficas orientadas hacia una formación rocosa próxima. El misterio de aquellas imágenes no estaba en el área que mostraban… Lo patético de aquella toma era el descarado fraude al manipular los colores originales hacia el espectro del rojo, que daban al paisaje una absurda tonalidad rojiza más propia de una película de serie B que de un espectáculo natural.

Cualquier lector de este libro puede hacer la prueba. Si acude al sitio de la NASA donde se almacenan las presuntas fotos originales y efectúa una corrección de color y un ajuste de los niveles de saturación con cualquier software de edición de imagen, será capaz de obtener la correcta representación que fotografió la sonda antes de ser manipulada. La falsificación de los colores se aprecia de manera evidente al observar la «rueda de colores» original del rover, así como la rojiza bandera norteamericana que se muestra en alguna de sus tomas.

Pero ¿qué razones impulsan a la NASA para falsificar el color? Bien, la respuesta es compleja, no obstante, podemos inclinarnos a pensar que, si la NASA nos mostrase cielos azules, rocas verdosas (con musgo) y charcos de agua, no podría ocultar por más tiempo la profunda realidad de que Marte es un vergel en determinadas áreas, que el oxígeno y el nitrógeno abundan, que la temperatura ambiental no es extrema y, por ende, que la vida tiene un fuerte arraigo en ese planeta y que su hábitat natural se asemeja notablemente a la taiga siberiana, con temperaturas más suaves, similares a la Tierra.

Cientos de investigadores amateur que analizan cuidadosamente las imágenes que la NASA publica en su sitio web han llegado a conclusiones asombrosas al descubrir muchas anomalías. La NASA, y en especial la Malin Space Science Systems (MSSS), está censurando, presuntamente, todo el material fotográfico procedente de las diversas misiones a Marte, donde las pruebas más obvias son refutadas con excusas y análisis peregrinos. Según Richard Hoagland (entre otros científicos de alto nivel), el señor Michael Malin, responsable de este instituto privado, está distorsionando42 digitalmente y borrando, literalmente, todas las posibles anomalías que presenta la superficie marciana. Malin es el encargado del análisis científico que las diversas sondas enviadas a Marte por Estados Unidos transmiten a la Tierra. Hemos tenido ocasión de ver cómo manipulaba análisis tomográficos limpiando las anomalías presentadas en el subsuelo marciano, gracias a una sofisticada máquina capaz de traspasar el suelo de Marte con un complejo sistema denominado Themis43. El borrado digital de lo que, sin lugar a dudas, parece ser una enorme ciudad sumergida bajo las arenas marcianas. Personalmente, tuve la posibilidad de ver aquellas fotografías tomográficas y lo que allí aparece es ¡sencillamente alucinante! Una gigantesca ciudad con calles, edificios, plazas y rascacielos… Todo con una extraña apariencia, pero con un indiscutible aspecto de ciudad, donde ángulos rectos y todo tipo de formas regulares eran apreciables a simple vista.

Hagámonos eco a continuación del trabajo del anónimo propietario de la web www.marsanomalies.com, quien ha recopilado una excelente cantidad de informes y análisis en los que estudia pormenorizadamente diversas instantáneas que la censura de la MSSS ha pasado por alto, quizá por descuido..., o quizá no. Realicemos un rápido recorrido por esas curiosas anomalías:

1. Ríos y lagos

Tanto los orbitadores norteamericanos como la Mars Express europea han mostrado con sus cámaras de alta resolución cómo en ciertas zonas se aprecian claramente grandes depósitos de agua líquida que incluso parecen fluir como ríos por la superficie marciana. Tanto es así que, si se analizan detenidamente algunas imágenes, se puede apreciar oleaje en las orillas y el movimiento fluido del agua con sus ondulaciones naturales. Sin embargo, la NASA se empeña en decirnos que esas masas de agua azul son, en realidad, tierra y que los nítidos canales fluviales son dunas de arena.

2. Géiseres marcianos

He podido ver una serie de fotografías en las que se aprecian enormes chorros de agua líquida que fluyen de la superficie del planeta; se trata, claramente, de géiseres marcianos. Mientras tanto, la NASA y la ESA afirman constantemente que sí hay agua en Marte, pero solamente en estado sólido, algo que entra en claro conflicto con esos géiseres observados.

3. Bosques marcianos

Hay una serie de imágenes tomadas por la Mars Odyssey en las que se pueden ver lo que parecen ser enormes zonas boscosas muy densas, que incluso bordean nítidamente grandes masas de agua que parecen ser lagos o grandes lagunas. Curiosamente, esas fotografías nunca nos las han mostrado en color y solo nos han llegado imágenes en blanco y negro, quizá para evitar que se descubra la incómoda verdad.

4. Tubos marcianos

Hay una interesante serie de fotografías donde se aprecian los llamados «tubos marcianos», una especie de formas tubulares simétricas que surgen de la superficie marciana para después desaparecer de nuevo bajo ella. Elementos que parecen artificiales o prefabricados en los que incluso se puede percibir una cierta transparencia en algunos de ellos.

5. Extrañas formaciones metálicas

Asimismo, existen una buena cantidad de fotografías donde se pueden ver curiosas formaciones, dispuestas con orden militar y con aspecto brillante, que obedecerían a una superficie perfectamente pulimentada y probablemente metálica. Estas fotografías fueron tomadas en zonas muy próximas al polo norte marciano.

6. Objetos artificiales

En la superficie de Marte hay una serie de formaciones que, debido a su simetría, angularidad y aparente geometría, parecen ser lo que, a juicio de un observador no muy experto, podría denominarse como «objetos artificiales producidos por una manipulación inteligente». Series de formaciones que la naturaleza por sí misma sería incapaz de generar.

7. Accesos gigantes

En algunas de las imágenes mostradas por los diversos orbitadores marcianos, tales como la Mars Reconnaissance Orbiter o la Mars Odyssey, se pueden apreciar enormes oquedades que parecen accesos a zonas interiores del planeta.

8. Vehículos marcianos

He tenido la oportunidad de observar en unas coordenadas del planeta Marte lo que parece ser un enorme vehículo de transporte que sigue una ruta perfectamente delimitada sobre la superficie. En dicha ruta, se atraviesan lomas, colinas y cráteres, adaptándose a la forma del terreno hasta llegar a un lugar donde una serie de cráteres rodean una zona que parece agua.

9. Ubicaciones inteligentes

Fue Richard Hoagland, exingeniero de la NASA, quien astutamente descubrió que en la zona marciana denominada Cydonia Mensae había una serie de promontorios y elevaciones rocosas que parecían estar ubicados inteligentemente. Hoagland desarrolló un estudio en el que descubrió que las distancias entre algunas de estas formaciones geológicas y los grados existentes entre ellas obedecen a una configuración inteligente, basada en lo que Hoagland denominó «física hiperdimensional».

10. Pequeños animales y aves

En algunas de las fotografías enviadas por los robots marcianos Spirit y Opportunity, se pueden apreciar lo que parecen ser animales similares a pequeños roedores, que cambian de ubicación entre toma y toma de las distintas secuencias fotográficas. Del mismo modo, en las que se aprecia el cielo marciano, se pueden ver en la lejanía lo que parecen ser aves semejantes a las que hay en la Tierra.

La conspiración reptiliana
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