Los nazis y la NASA
Por ejemplo, el diseñador de los cohetes V-1 y V-2 fue Wernher von Braun, un ingeniero alemán al que el alto mando nazi encargó la construcción de un arma táctica capaz de transportar aéreamente y de manera autónoma una carga explosiva determinada. Von Braun nunca pasó por el Tribunal de Núremberg o cualquier tipo de organismo legal antinazi, pese a que se le consideraba un ferviente seguidor del ideario Nacional Socialista, hasta el punto de ser nombrado oficial de las Schutzstaffel o Escuadras de Defensa, más conocidas como SS. Es de suponer que la «experiencia» de Von Braun, utilizada en la NASA, excluía sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial, en las que visitaba con frecuencia la fábrica de cohetes donde murió un aviador americano negro y otros 25.000 prisioneros procedentes del campo de concentración de Dora. Evidentemente, Von Braun fue «limpiado mediáticamente» de su pasado y para los ciudadanos se convirtió en un héroe, cuyas hazañas técnicas posibilitaron la llegada del hombre a la Luna.
El laureado director del proyecto del cohete Saturno V y el misil Pershing, una V2 muy evolucionada, Arthur Rudolph, también se libró de ser juzgado como criminal de guerra por la OSI (Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia), gracias a un acuerdo con dicho departamento. En 1984 fue investigado por posibles crímenes de guerra y, a cambio de no ser procesado, accedió a salir de los Estados Unidos y renunciar a su ciudadanía estadounidense37.
En su día, la NASA llevó a cabo una recepción en honor a 83 veteranos en el aniversario del nacimiento de Wernher von Braun. La celebración fue en el Marshall Space Flight Center en Huntsville, Alabama; dos de ellos eran Dieter Grau y Guenther Haukohl, que estaban bajo investigación activa del Departamento de Justicia por pertenecer a unidades nazis, como reveló Linda Hunt en su libro Secret Agenda: The United States Government, Nazi Scientists and Project Paperclip, 1945 to 1990.