La teoría Keller
Greta Keller es una paleontóloga veterana que se opone, radicalmente, a la aceptada teoría de la extinción de los dinosaurios por el impacto de un meteorito. Cuando Keller trabajaba como profesora de Paleontología y Geología en la Universidad de Princeton, investigó sobre el terreno las diversas muestras que contenían iridio, analizadas por el doctor Álvarez, y se llevó una gran sorpresa. Al parecer, el impacto del meteorito se produjo solo hace 300.000 años, según pudo constatar con la datación de ese material radiactivo; por consiguiente, existe un cisma entre los 65 millones de años que afirma el señor Álvarez y los 300.000 años según los cálculos de la señorita Keller, y realmente se ha constatado que las pruebas llevadas a cabo por Keller son fehacientes. Ella mantiene que los grandes dinosaurios desaparecieron del planeta por una feroz actividad volcánica que se produjo en aquella época y que acabó matándolos.
Como vemos, la ciencia no siempre se asienta sobre cimientos de hormigón, sino sobre teorías especulativas que le vienen bien porque se adaptan a sus intereses. Pero continuemos con los reptiles. La gran pregunta es: ¿qué fue lo que realmente mató a los dinosaurios?
Muchos paleontólogos, al descubrir restos fósiles, se percataron de que los grandes saurios tenían la mala costumbre de morir con la boca abierta, la cabeza hacia atrás y la cola curvada hacia la cabeza, como en un desesperado intento por respirar. Este tipo de fósiles es fácil encontrarlos en restos cuya antigüedad se remonta a 150 millones de años, y esa actitud de rigor mortis es debida al envenenamiento cerebral, quizá producido por la falta de oxígeno, y que solamente se ha podido encontrar en los grandes saurios. La pregunta es: ¿qué envenenó a los dinosaurios? La respuesta la desconocemos, pero es como si alguien hubiese limpiado la Tierra de esos peligrosos animales para que los mamíferos se beneficiasen de ello.
Si la inteligencia humana, prácticamente, se desarrolló en 2.500.000 años frente a los 18.000.000 con los que contaron los saurios de ventaja sobre los seres humanos, es evidente que estos seres ofídicos tuvieron millones de años de evolución por delante del ser humano. ¿Podemos pensar que llegó a existir un dinosaurio inteligente? Muy posiblemente la respuesta sea sí. Y es que esa ventaja da para mucho. Permite mejorar la capacidad de supervivencia, de adaptación, la inteligencia y, por supuesto, el dominio territorial.
Una de las características más peculiares de los cerebros de los reptiles es su extremada velocidad. Son mucho más rápidos que el ser humano y que el resto de mamíferos. Y, por supuesto, mucho más despiadados. La mente de un reptil inteligente sería:
- Menos escrupulosa que la humana. Estaría liberada de ciertas peculiaridades que solo los mamíferos poseen, lo que los haría menos propensos a calcular sus actividades en base a sus sentimientos. Serían más tendentes a cubrir sus necesidades primarias por encima de todo y con una mayor agresividad.
- Más astuta que la humana, ya que, al liberarse de la atadura moral que los sentimientos imponen, su astucia sería muy peligrosa.
- Notablemente más calculadora que la del ser humano, que tiende hacia la abstracción.
Todo esto nos suscita varias e interesantes preguntas. En primer lugar, ¿dónde estaría ese reptil inteligente? En segundo lugar, ¿qué nivel evolutivo habría alcanzado? Y, por último, la más extraña de todas: ¿por qué entregaron la Tierra al ser humano?