La conexión
En ambos sucesos, tanto en el de Levelland como en el de Kecksburg, aparecen muchos elementos comunes, incluso la forma del objeto, la radiación que emite, los militares en la zona y, por supuesto, las fuentes oficiales desmintiendo las declaraciones de todos los testigos y negando todos los acontecimientos que de facto sucedieron.
Curiosamente, ese objeto se parece bastante a Die Glocke, que, como ya hemos mencionado, fue desarrollada por los alemanes en Pilsen durante la Segunda Guerra Mundial. Al parecer, este artefacto emitía ondas antigravitatorias y era muy peligroso en su manipulación por la fuerte radiación que emanaba. Finalmente, cayó en manos de los aliados, quienes continuaron su desarrollo dentro de una investigación militar avanzada y en el más estricto secreto.
Por esta razón, nosotros pensamos que, a mediados de los años sesenta, los Estados Unidos ya disponían de prototipos antigravitatorios y, a finales de esa década, incluso podían tripularlos, conclusión a la que llegamos basándonos en estos sucesos y en numerosos testimonios que existen sobre tecnología avanzada de la Alemania nazi.
Creemos que existen dos programas espaciales perfectamente diferenciados. Uno de ellos público, en el que se utilizan grandes presupuestos, cohetería con motores de reacción convencional y personal civil. El otro, un proyecto secreto de exploración espacial, en el que se está utilizando tecnología no convencional, basada en la antigravedad, donde se realizan operaciones totalmente secretas en instalaciones igualmente blindadas, y son llevadas a cabo por personal militar y, por supuesto, por los servicios de inteligencia.
Supongo que usted estará pensando que para desarrollar un programa de exploración espacial paralelo, con tecnología no convencional, harían falta poderes especiales que superasen los del propio presidente de los Estados Unidos, además de unos presupuestos enormes que nunca podrían ser justificados, debido al carácter sucinto de dicha operación. Asimismo, podemos pensar que para llevar adelante un programa de esta envergadura harían falta unas instalaciones ubicadas en un lugar totalmente secreto, donde el acceso fuese restringido al personal autorizado. Igualmente, para poder evitar las filtraciones, sería necesario que el personal que trabajase en dichas instalaciones no tuviese acceso a toda la información, sino que los datos fuesen fragmentados para la divulgación de dicho proyecto. Pero ¿todo esto es posible? La respuesta es sí.