Ingrid Uebe
Visita para Lord Arturo

En Inglaterra hay muchos castillos viejos, por lo tanto también muchos fantasmas. Pero los ingleses saben cómo vivir con ellos. Nadie toma nota de los fantasmas que hay en los castillos que no están habitados. Y en los que están habitados, la gente se ha acostumbrado a su presencia. Los fantasmas no aparecen tan a menudo, pero a media noche es conveniente cerrar un ojo, preferiblemente los dos.

En el medio oeste de Inglaterra hay un castillo especialmente hermoso, que pertenece al viejo Lord Arturo. Un lord es un distinguido miembro de la aristocracia, con una larga galería de antepasados.

Lord Arturo vive solo en su castillo del medio oeste de Inglaterra. Algunas habitaciones necesitarían ya una reparación. Cuando llueve, el agua cae del techo. Pero las estancias que él habita, las ha hecho acondicionar para vivir a gusto. Tiene calefacción, luz eléctrica y agua corriente caliente. Una televisión en color también.

Todas las tardes Lord Arturo se sienta ante la televisión mientras come patatas fritas y cacahuetes. Bebe un gran vaso de cerveza negra. Lo que más le gusta ver, son las películas de acción. Pero tienen que terminar bien, de lo contrario no puede dormirse después. Lord Arturo tiene cuidado de que la televisión esté desconectada a medianoche. Pues a medianoche quiere estar en la cama con los ojos cerrados. No tiene ningunas ganas de encontrarse algún fantasma, y todavía no ha encontrado ninguno. Bueno, mejor dicho, hasta ayer ha sido así. Hoy puede que cambie la cosa. Esta noche ponen en la televisión una película de terror que de ninguna manera quiere perderse. Se titula «el esqueleto en el armario» y empieza a las doce menos cuarto. Eso quiere decir que cuando termine, hace ya mucho tiempo que ha pasado la medianoche.

Lord Arturo prepara cacahuetes y patatas fritas en cantidad suficiente y una botella de cerveza negra. La cerveza negra es un buen remedio contra el miedo, porque un poco de miedo también tiene. Piensa: «quizás la película no sea tan interesante y entonces pueda irme a la cama antes de medianoche».

Pero la película resulta muy emocionante. Trata de una mujer y un armario. Por la mañana todo está normal en el armario. Pero por la noche, cuando la mujer quiere colgar dentro sus prendas, cae fuera un esqueleto.

—¡Ahhh! —grita la mujer espantada.

—¡Ahhh! —grita Lord Arturo.

—¡Ahhh! repite un eco pavoroso y prolongado a lo largo del pasillo.

Lord Arturo mira el reloj. Pasan tres minutos de la medianoche. Entonces se abre lentamente la puerta y entra flotando un grupo muy especial. Hombres y mujeres con largas túnicas blancas. Todos gimen y gritan:

—Huhuhuuuu.

Lord Arturo toma temblando el vaso y bebe un buen trago de cerveza negra. Pero no sirve de mucho, el grupo de fantasmas sigue allí.

—¿Quiénes sois? —pregunta Lord Arturo.

—Somos tus antepasados —responde el primer fantasma, que lleva un gorro de dormir sobre su huesudo cráneo.

—Venimos de la tumba y dentro de una hora debemos estar de vuelta.

—Tenemos tiempo hasta la una, mejor esto que nada.

—Y ¿qué queréis? —inquirió de nuevo Lord Arturo.

—Queremos ver la televisión —dijo el segundo fantasma.

En el primer programa tienen hoy una película de horror. Es algo fantástico para nosotros.

—Oh, ¡ya ha empezado! —exclamó el tercer fantasma señalando a la pantalla con un blanco dedo—. Ojalá que podamos comprenderla aún.

—¡Huhuhuhuuu! —gimieron todos. Luego, uno dijo:

—Arturo tiene que contarnos lo que ha pasado hasta ahora.

—¡Huhuhuhuuu! —repitieron los demás entusiasmados, agitando sus vestiduras.

En la televisión, la mujer se ha encontrado otro esqueleto en el cajón de la cómoda.

—Huhuhuhuuuu —gritan, la mujer, Lord Arturo y los fantasmas.

Hay un ambiente muy agradable y el tiempo pasa volando. La película es emocionante hasta el final, cuando los esqueletos encierran a la mujer en el armario y ellos se meten en la cama.

El reloj da la una. Los fantasmas dicen:

—Ha estado muy bien.

Luego tienen que apresurarse para estar a tiempo en las tumbas.

—Lo hemos pasado muy bien contigo —se despiden de Lord Arturo estrechándolo la mano con sus castañeantes dedos.

—A mí también me ha gustado —asegura Lord Arturo.

—Las películas de horror son más bonitas viéndolas con otros.

Los despide agitando la mano y dice:

—Bueno, hasta la próxima.

Mañana escribirá a la televisión, para que pongan las buenas películas de horror después de la medianoche.