11

El error cometido por Alexéi Alexándrovich —quien, al prepararse para ir a ver a su esposa, no pensó en la posibilidad de que su arrepentimiento fuera sincero, que él la perdonara y que ella no muriera— se le apareció en toda su enormidad dos meses después de su regreso de Moscú. Pero el error que había cometido no se debía sólo a haber pasado por alto esa posibilidad, sino al hecho de que hasta el día de su entrevista con su esposa moribunda no conocía el alcance de sus propios sentimientos. Por primera vez en su vida, arrodillado junto al lecho de su mujer enferma, había dado rienda suelta al intenso sufrimiento que le inspiraba siempre el dolor ajeno, un sentimiento que hasta entonces le avergonzaba por considerarlo una perjudicial debilidad. Su compasión por ella, los remordimientos por haber deseado su muerte, y, ante todo, la alegría de perdonar le habían hecho sentir no sólo un alivio de su propio sufrimiento, sino una paz espiritual que jamás había experimentado. En el profundo silencio de la inopinada desaparición del Rostro, Alexéi comprendió que el motivo de su sufrimiento se había convertido en el motivo de su dicha espiritual; que lo que le había parecido insoluble cuando juzgaba, culpaba y odiaba, ahora, al perdonar y amar, le parecía nítido y sencillo.

Perdonaba a su mujer y se compadecía de sus sufrimientos y remordimientos. Perdonaba a Vronski, y se compadecía de él, en especial al enterarse de su acción desesperada. Se sentía más unido a su hijo que nunca. Y se culpaba de no haberse ocupado más de él. Pero hacia la recién nacida experimentaba un sentimiento singular, no únicamente de lástima, sino de ternura. Al principio, movido sólo por la compasión, se había interesado por la delicada criaturita, que no era hija suya, a la que todos habían dejado de lado durante la enfermedad de su madre, y que sin duda habría muerto de no haberse preocupado él de ella, sin reparar en que se estaba encariñando con la pequeña. Entraba en el cuarto de los niños varias veces al día hasta que la criatura se acostumbró a su presencia. A veces pasaba media hora seguida contemplando en silencio la carita de color rojo azafrán, arrugada, la cabeza cubierta de una suave pelusilla, mientras la niña dormía en su Cochecito/9/I, observando los movimientos de sus cejas cuando arrugaba el entrecejo, sus manos gordezuelas y los deditos crispados con que se restregaba los ojos y la nariz. En esos momentos, Alexéi Alexándrovich experimentaba la sensación de una paz perfecta y armonía interior, y no veía nada extraordinario en su situación, ni nada que fuera preciso cambiar.

Pero de pronto… de pronto oyó el susurro.

Destrúyela

Destrúyela

Destruye a esa criatura

Destrúyela

Y en ese instante comprendió que la pugna no había concluido. Comprendió que además de la bendita fuerza espiritual que controlaba su alma, había otra fuerza brutal, tan poderosa o más, que controlaba su vida, y que esta fuerza no le permitiría gozar de la modesta paz que anhelaba. Se había producido una tregua, pero ésta había concluido. Su Rostro, su querido amigo y enemigo más temible, había regresado.

Destrúyela, murmuraba.

Destrúyela

Destrúyela

Androide Karenina
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
Portadilla.xhtml
Nota_sobre_los_nombres.xhtml
Personajes_principales_en_Androide_Karenina.xhtml
Cita.xhtml
PRIMERA_PARTE__Un_estallido_en_el_cielo.xhtml
1_Cap01.xhtml
1_Cap02.xhtml
1_Cap03.xhtml
1_Cap04.xhtml
1_Cap05.xhtml
1_Cap06.xhtml
1_Cap07.xhtml
1_Cap08.xhtml
1_Cap09.xhtml
1_Cap10.xhtml
1_Cap11.xhtml
1_Cap12.xhtml
1_Cap13.xhtml
1_Cap14.xhtml
1_Cap15.xhtml
1_Cap16.xhtml
1_Cap17.xhtml
1_Cap18.xhtml
1_Cap19.xhtml
1_Cap20.xhtml
1_Cap21.xhtml
1_Cap22.xhtml
1_Cap23.xhtml
1_Cap24.xhtml
SEGUNDA_PARTE__El_viaje_de_los_Shcherbatski_.xhtml
2_Cap01.xhtml
2_Cap02.xhtml
2_Cap03.xhtml
2_Cap04.xhtml
2_Cap05.xhtml
2_Cap06.xhtml
2_Cap07.xhtml
2_Cap08.xhtml
2_Cap09.xhtml
2_Cap10.xhtml
2_Cap11.xhtml
2_Cap12.xhtml
2_Cap13.xhtml
2_Cap14.xhtml
2_Cap15.xhtml
2_Cap16.xhtml
2_Cap17.xhtml
2_Cap18.xhtml
TERCERA_PARTE__Lo_que_se_oculta_dentro_.xhtml
3_Cap01.xhtml
3_Cap02.xhtml
3_Cap03.xhtml
3_Cap04.xhtml
3_Cap05.xhtml
3_Cap06.xhtml
3_Cap07.xhtml
3_Cap08.xhtml
3_Cap09.xhtml
3_Cap10.xhtml
CUARTA_PARTE__Una_pugna_por_el_alma_de_un_hombre_.xhtml
4_Cap01.xhtml
4_Cap02.xhtml
4_Cap03.xhtml
4_Cap04.xhtml
4_Cap05.xhtml
4_Cap06.xhtml
4_Cap07.xhtml
4_Cap08.xhtml
4_Cap09.xhtml
4_Cap10.xhtml
4_Cap11.xhtml
4_Cap12.xhtml
4_Cap13.xhtml
QUINTA_PARTE__La_extra_a_muerte_de_Mijailov_.xhtml
5_Cap01.xhtml
5_Cap02.xhtml
5_Cap03.xhtml
5_Cap04.xhtml
5_Cap05.xhtml
5_Cap06.xhtml
5_Cap07.xhtml
5_Cap08.xhtml
5_Cap09.xhtml
5_Cap10.xhtml
5_Cap11.xhtml
5_Cap12.xhtml
5_Cap13.xhtml
5_Cap14.xhtml
5_Cap15.xhtml
5_Cap16.xhtml
5_Cap17.xhtml
5_Cap18.xhtml
SEXTA_PARTE__La_reina_de_los_viejos_cacharros_.xhtml
6_Cap01.xhtml
6_Cap02.xhtml
6_Cap03.xhtml
6_Cap04.xhtml
6_Cap05.xhtml
6_Cap06.xhtml
6_Cap07.xhtml
6_Cap08.xhtml
6_Cap09.xhtml
6_Cap10.xhtml
6_Cap11.xhtml
6_Cap12.xhtml
6_Cap13.xhtml
6_Cap14.xhtml
6_Cap15.xhtml
SePTIMA_PARTE__El_lugar_vacio_.xhtml
7_Cap01.xhtml
7_Cap02.xhtml
7_Cap03.xhtml
7_Cap04.xhtml
7_Cap05.xhtml
7_Cap06.xhtml
7_Cap07.xhtml
7_Cap08.xhtml
7_Cap09.xhtml
7_Cap10.xhtml
7_Cap11.xhtml
7_Cap12.xhtml
7_Cap13.xhtml
7_Cap14.xhtml
7_Cap15.xhtml
7_Cap16.xhtml
7_Cap17.xhtml
7_Cap18.xhtml
7_Cap19.xhtml
Epilogo__La_nueva_historia_.xhtml
Epilogo__El_antiguo_futuro_.xhtml
Ep_01.xhtml
Ep_02.xhtml
Ep_03.xhtml
Ep_04.xhtml
Ep_05.xhtml
Guia_de_debate_para_los_lectores_de_Androide_Karenina_.xhtml
Agradecimientos.xhtml
notas.xhtml