TORREÓN DE LAS MURALLAS[164]
[En un nicho de la muralla, una imagen piadosa de la Mater Dolorosa con unos floreros delante.]
MARGARITA [poniendo flores frescas en los floreros].
¡Ay, vuelve hacia mi pena,
oh, Madre dolorosa,
esa tu faz misericordiosa!
Con la espada en el pecho,
sintiendo mil punzadas,
a la cruz levantas tus miradas.
Al Padre alzas los ojos,
suspiras hacia el cielo,
compartes Su dolor y tu duelo.
¿Quién adivina,
cómo me mina
el dolor ya todos mis miembros?
Lo que mi pobre alma aquí gime,
lo que la agita y que le oprime,
sólo Tú lo sabes, Madre mía.
Es todo en mi interior,
dolor, dolor, dolor,
donde quiera que vaya.
Y en cuanto estoy yo sola,
llora, llora que llora,
se me rompe el alma.
Tiestos de mi ventana
con lágrimas regaba
cuando hoy, muy de mañana,
estas flores cortaba.
Ya brillaba en mi lecho
el sol de madrugada,
el dolor de mi pecho
me sacó de la cama.
¡Sálvame de muerte ignominiosa!
¡Ay, vuelve hacia mi pena,
oh, Madre dolorosa,
esa tu faz misericordiosa!