[200] El término inventado «proctofantasmista» es una composición del griego «proktos» que significa ‘ano’ y del término «phantasma». Es una alusión satírica de Goethe contra el escritor y filósofo berlinés de la Ilustración Nicolai, quien en cierta ocasión, a propósito de las apariciones que tenían lugar en Tegel, finca berlinesa de Wilhelm von Humboldt, refirió en una comunicación científica que él se había librado de esas visiones fantasmales que le habían acosado largo tiempo aplicándose sanguijuelas en la parte referida, de lo cual sus enemigos hicieron abundantes burlas. Nicolai era adversario literario de Goethe y había criticado duramente las obras de Goethe y Schiller. <<
[201] Está tratando a Nicolai de asno, puesto que asnos eran los que hacían moverse los molinos dando vueltas en círculo. <<
[202] Goethe utiliza justamente el verbo «aufklären», que da nombre al movimiento racionalista de la Ilustración alemana. Nicolai, ilustrado enemigo de los románticos, se queja de que haya apariciones a pesar de la educación racionalista. <<
[203] Se juega con el doble sentido de «Geist», como «espectro, aparecido, fantasma» y como «espíritu», la palabra de moda de la época ilustrado-romántica. <<
[204] Alusión a una obra en 12 volúmenes de Nicolai titulada Descripción de un viaje por Alemania y Suiza. <<
[205] En alemán la palabra «Blutegel», sanguijuela, suena además como Tegel, lugar de los aparecidos que tanto preocuparon a Nicolai. Sobre las sanguijuelas, véase las notas anteriores. <<
[206] Medusa era una de las tres gorgonas del mito griego que con su mirada petrificaba a los hombres, por lo que Perseo tuvo que utilizar un espejo para poder cortarle la cabeza sin mirarla directamente a los ojos. <<
[207] Fausto está viendo un presagio del ajusticiamiento de Margarita como infanticida. <<
[208] Se trata del famoso parque de Viena con innumerables atracciones. <<
[209] Significa «el servicial». Algunos críticos dicen que se trata de un personaje del teatro de la corte de Weimar. <<
[210] Goethe se mofa de las críticas contra los «diletantes» o aficionados que él mismo recibe por parte de Nicolai y otros. En este verso hasta inventa una forma reflexiva con el verbo «diletar» («Mich dilettiert’s den Vorhang aufzuziehn») que no hemos trasladado literalmente ya que choca demasiado en castellano. <<
[211] Oberón y Titania eran el rey y la reina de los elfos de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano; tras una riña motivada por los celos, acabaron viviendo en paz y armonía. <<
[212] En origen Goethe escribió hacia 1796 esta dura pieza satírica contras las letras de su tiempo pensando en la revista de Schiller, El almanaque de las Musas, pero Schiller consideró que tras las duras críticas que habían recibido sus Xenias, que también hacían crítica literaria, no era el momento de publicar un texto tan crítico y Goethe acabó insertándola como intermedio dentro de la Noche de Walpurgis de Fausto, que, a su vez, ya tiene un cierto carácter de intermedio en medio del argumento de la obra. El carácter de texto añadido que tiene este fragmento ha sido muy criticado. Aparecen personajes y motivos de la citada obra de Shakespeare como Oberón, Titania o Puck, el Ariel de la Tormenta, también de Shakespeare, y otros elementos. Ya aludimos en nuestro comentario al Prólogo en el cielo a la modernidad de este inserto metatextual que introduce la técnica del teatro dentro del teatro hasta un triple nivel, puesto que el Fausto de Goethe, desde su prólogo, ya está siendo teatro en el teatro. Es algo propio del modelo romántico y que también hace Ludwig Tieck en su versión de «El gato con botas». <<
[213] Mieding era el director del teatro de Weimar. Sus hijos son los trabajadores del teatro. <<
[214] Puck es un geniecillo, del drama de Shakespeare, que divierte a la corte de Oberón con sus travesuras. <<
[215] Con esta intervención de Ariel, el espíritu del aire, comienza la burla contra la mala poesía de la época. <<
[216] En alemán: el «Schneckeschnickeschnack», onomatopéyico. <<
[217] Es una clara burla a las «monstruosidades» que se llegan a formar combinando elementos completamente incongruentes en las poesías. Hay quien ve muy concretamente una sátira contra el «Oberón» de Wieland, por ser una imitación «poco afortunada» del Ariosto. <<
[218] Probablemente una nueva sátira contra Nicolai, quien criticó muy duramente la oda de Schiller «Los dioses de Grecia». En general, una alusión a los poetas de bajo vuelo, pero elevadas pretensiones. <<
[219] Puede tratarse del conde Federico Stolberg y su hermano, quienes también criticaron el poema de Schiller, «Los dioses de Grecia». <<
[220] Para un ortodoxo, Oberón, rey de los elfos y espíritu de la naturaleza, es también un diablo. Bien pudiera tratarse de una alusión satírica a Campe y su obsesión por limpiar y fijar la lengua alemana despreciando palabras muy corrientes que él consideraba poco alemanas. También el «purista» (infra) pudiera aludir a Campe. <<
[221] Probablemente el propio Goethe, antes de su viaje a Italia. <<
[222] En estas estrofas hay una crítica tanto a los puristas del idioma (otra vez Campe) como a los puritanos que se escandalizaban por los desnudos del arte clásico o los versos eróticos de las Elegías Romanas de Goethe, publicadas en 1795. <<
[223] Puede tratarse del maestro de capilla Reichardt que parecía de poco fiar al grupo de Goethe. En cualquier caso, una sátira contra los que cambian de opinión según sopla el viento, tal como hace aquí la veleta, que dice exactamente lo contrario cuando mira hacia un lado o hacia el otro. <<
[224] Es el nombre de una colección de epigramas satíricos en forma de dísticos escritos por Goethe y Schiller y publicados en El almanaque de las musas de Schiller del año 1797, en donde respondían a los ataques de sus adversarios literarios. Causaron un gran revuelo. <<
[225] Se trata de un escritor danés, August von Hennings, editor de una revista, El genio de la época, y un suplemento literario de la anterior, «El musageta» (conductor de las musas), en los que había criticado la inmoralidad de las Xenias de Goethe y Schiller. <<
[226] Véase las notas anteriores. La revista de Hennings llamada El genio de la época cambió de nombre al empezar el nuevo siglo y paso a llamarse El genio del siglo XIX. De ahí la utilización para la primera fase de la revista —anterior al XIX— de un complicado título: «Ci-devant Genio de la época»; dicho titulo, que así aparece en el Fausto de Goethe, lo hemos vertido en castellano por «Ex-genio de la época», ya que el francés «ci-devant» equivale a nuestro actual uso del «ex». <<
[227] El estirado es el ya aludido Nicolai, que tenía fama de ver la mano negra de los jesuitas por todas partes. <<
[228] Sin duda se trata de Lavater, que andaba como una grulla y ya era llamado así en las Xenias. <<
[229] Tal vez el propio Goethe, pues así se calificaba a sí mismo ante sus amigos. También se puede traducir por «hombre mundano». <<
[230] Se trata de las distintas escuelas filosóficas: el ruido de sus disputas llega hasta muy lejos, todos hablan a la vez, se odian y resultan insoportablemente aburridos. <<
[231] Los representantes del dogmatismo filosófico y religioso prekantiano, como Wolf, son satirizados por admitir como ya probado lo aún no demostrado, esto es, por inferir de la existencia del concepto la de su objeto. <<
[232] Los representantes del idealismo filosófico, probablemente Fichte y su doctrina del Yo absoluto, por la cual el mundo, o no-yo, es una emanación o representación del yo. <<
[233] El realista se siente seguro en todas partes menos en este mundo mágico que escapa a su control. <<
[234] Algunos opinan que puede tratarse de Jacobi y su filosofía del sentimiento, opuesta a las filosofías sistemáticas. En cualquier caso, el «supranaturalista» se siente dichoso en este mundo mágico que confirma sus creencias sobrenaturales. <<
[235] Mientras el idealista y el sobrenaturalista corren en pos del «tesoro» del absoluto conocimiento, el escéptico duda de su existencia y por ser negativo se encuentra en su elemento en el mundo diabólico de la noche de Walpurgis. <<
[236] En alemán «duda» y «diablura» se dicen «Zweifel» y «Teufel». <<
[237] En el original «Sanssouci», nombre del famoso palacio de Federico II en Postdam, pero también término francés que significa «sin preocupación». Aquí Goethe describe a los que siempre saben subir, son inteligentes, hábiles y sin muchos escrúpulos. Tratamos de reproducir esta descripción con el término «listos». <<
[238] Seguramente alusión a los nobles franceses que tuvieron que exiliarse rápidamente a Alemania al llegar la revolución, en algunos casos a pie y con lo puesto. <<
[239] Probable alusión a los que, saliendo de la nada (el lodo), se enriquecieron rápidamente con la revolución, pero de modo tan inconsistente y fugaz como el brillo de los fuegos fatuos. <<
[240] Se trata de los aristócratas caídos con la Revolución. <<
[241] Probablemente, los recién llegados al poder político gracias a la revolución, que salen del pueblo y son brutos y todo lo atropellan. <<
[242] La colina de las rosas era el lugar donde se encontraba el palacio de Oberón y Titania. <<
[243] Esta escena está en prosa en el original, tal y como fue redactada en la primera versión del Fausto, conocida como «Ur-Faust». Interrumpimos la numeración lateral hasta que aparezcan nuevos versos. <<
[244] Fausto invoca al espíritu de la tierra para que le libre de Mefisto, probablemente porque al ignorar lo ocurrido en el pacto en el cielo sospecha que Mefisto ha sido enviado por aquel espíritu de la tierra que él invocó en las primeras escenas de la obra. <<
[245] Esta escena vuelve a estar alineada en versos en el original. <<
[246] El «Rabenstein», la roca de los cuervos, era el nombre que se le daba al patíbulo, porque los cuervos iban a picotear los cadáveres de los ajusticiados. Toda esta escena, muy pictórica, en la que Fausto y Mefisto en su carrera hacia la cárcel ven a las brujas consagrando el patíbulo, es una anticipación macabra del destino que aguarda a Margarita. <<
[247] Esta magistral escena, cuyos acentos trágicos son sobrecogedores, ya estaba en la versión originaria de Fausto (Ur-Faust). En ella, Margarita, que habla mucho más que Fausto, se expresa a través de símbolos: el pájaro del cuento, corona y flores, tumbas y puñal, la madre en la roca, los ángeles y Dios. Margarita está a un mismo tiempo especialmente lúcida y mentalmente trastornada y va mezclando realidad y fantasía, mundo infantil y mágico con religión, amor y vida real; se libera de sus anteriores ataduras y temores y busca la liberación en la religión. En esta escena Fausto no sólo teme por la vida física de Margarita, que se pone cada vez más en entredicho con cada minuto que pasa, sino porque ve que la pierde también sentimentalmente. <<
[248] Margarita canta una canción popular recogida en forma de canción o cuento tanto por Arnim como por los hermanos Grimm. <<
[249] La corona y el ramo de novia. <<
[250] En la época en que no existían los medios de comunicación de masas se elaboraban canciones (p. ej., las famosas coplas de ciego) que se recitaban por los pueblos y aldeas contando las noticias más impactantes de la actualidad, como crímenes y condenas. Margarita piensa que su caso llegará a conocerse bajo esta forma. <<
[251] Se trata probablemente de la canción y cuento popular que cantaba al principio de la escena. <<
[252] Seguramente Margarita alude a que ya estuvo con ella en el lecho antes de desposarse, motivo por el que está rota su corona de novia. <<
[253] Se trata de una varilla de madera que el juez rompía sobre la cabeza de los condenados a muerte mientras sonaba la campana. <<
[254] Esta voz de salvación no aparecía en la versión original de la obra, el Ur-Faust. La obra termina en el cielo, tal como se inició y como habrá de terminar también el Fausto II, con la salvación mucho más inesperada de Fausto. <<
[255] El Fausto II pertenece a una época más clásica y de mayor perfección formal de Goethe. Por eso, frente a la mera partición en escenas de Fausto I, la segunda parte se divide en cinco actos siguiendo la precéptica clásica. Además, se cuidará mucho más la medida y rima de los versos.
Esta escena en la naturaleza, presidida por los elfos y el canto de las arpas eólicas, sirve para restaurar el espíritu de Fausto, al que vemos todavía vagamente inquieto por los sucesos de la primera parte y que tras esta breve estancia en el lugar ameno olvida lo anterior y continúa su carrera. Como en la primera escena de Fausto I, asistimos a un monólogo de Fausto, que en esta escena se encuentra sin Mefisto, sólo que aquí tiene más peso el escenario natural y Fausto ya no se debate entre los más radicales extremos (conocimiento o muerte). Ariel es el espíritu del aire, tomado de La Tempestad de Shakespeare, que aparecía en la Noche de Walpurgis y sirve de nexo de unión con las escenas de la primera parte. Los elfos también personifican las fuerzas restauradoras de la naturaleza. En el original la escena es de una gran belleza estética, debido a su musicalidad y a la plasticidad óptica de los motivos elegidos. <<
[256] Las arpas eólicas son tañidas por el viento, lo que se adecúa especialmente a los elfos. <<
[257] Las «velas» son las cuatro divisiones tradicionales de la noche. Ariel las describe en los siguientes versos y también se corresponden con ellas las cuatro estrofas del coro de elfos, a las que en una primera versión Goethe había titulado como «Serenata» (caída de la noche), «Nocturno» (noche), «Matutino» (mañana) y «Reveille» o «Alborada» (despertar). <<
[258] El río del submundo llamado Leteo, cuyas aguas, según la mitología clásica, proporcionaba el olvido de la vida mortal a los muertos. Se trata de que Fausto olvide su dolor por Margarita y pueda continuar su carrera vital. <<
[259] En la traducción no se pueden reproducir los juegos fonéticos de este coro, que trata de reproducir la música de la naturaleza mediante fonemas (sonidos en ü, l, gl) y mediante el ritmo (compás de cinco acentos y rimado). Sí pueden advertirse los motivos ópticos que acentúan el efecto de esas fuerzas de la naturaleza que se describen. <<
[260] Las Horas eran hijas de Zeus y diosas del tiempo y las estaciones. Abrían y cerraban las puertas celestiales por donde salía el carro de Febo, el sol, y uncían cada mañana los caballos a su carro. <<
[261] El dios griego del sol, también conocido como Helios y en Roma como Apolo. En la mitología clásica es frecuente el motivo del carro que conduce el sol. <<
[262] Hay que advertir que al final de la tragedia Fausto será salvado justamente porque nunca ha dejado de esforzarse y de tratar de superarse, aunque en algunos casos sus aspiraciones revistieran el aspecto de la soberbia. <<
[263] Según parece, este monólogo está inspirado en las impresiones que tuvo Goethe cuando conoció el paisaje suizo del lago de los Cuatro Cantones. <<
[264] Escena compuesta por Goethe en 1827. En ella se recogen sus conocimientos del antiguo derecho germánico debidos a sus estudios jurídicos y a la profesión y biblioteca del padre. Conocía, por ejemplo, muy bien el texto sobre la Bula de Oro de Oehlhaver, un clásico sobre los antiguos derechos del imperio. El emperador y sus más altos dignatarios se expresan en un alemán de cancillería, es un lenguaje de tono administrativo. <<
[265] En alemán «Junker», lo que equivale aproximadamente a los hidalgos españoles, pero en el contexto de la nobleza rural alemana tardomedieval. Su papel destacado como nobleza a caballo, en las guerras de la época, nos permite traducirlo como «caballero». <<
[266] El acertijo apunta claramente al bufón, sobre todo en las preguntas con «quién». <<
[267] Es Carnaval. <<
[268] En el antiguo Sacro Imperio Germánico el archicanciller del imperio, es decir, el que ocupaba el puesto más elevado de entre los 7 príncipes electores encargados de elegir emperador, era el arzobispo de Maguncia (Mainz). Por eso se le llamará más adelante «arzobispo» y «archicanciller». <<
[269] Este verso es difícil de interpretar en el original, pero según la Edición de Hamburgo tiene un sentido activo y pasivo a la vez, de modo que si relacionamos este verso con la dualidad del anterior entre los que dañan y los que padecen, tenemos que el rey se vuelve a la vez ladrón y presa (de sus súbditos). <<
[270] Se alude al mal funcionamiento de las fuentes, muchas de las cuales no daban agua por culpa del mal estado de las cañerías. <<
[271] Éstos eran los nombres de los dos bandos o partidos que asolaron con sus guerras el principio de la Edad Moderna europea en los territorios del imperio germánico. Aquí Goethe no alude a la historia de los güelfos y gibelinos en sí misma, sino que toma estos nombres como símbolo de dos partidos enfrentados e igual de nocivos. <<
[272] Tradicionalmente los prestamistas y banqueros eran de raza judía. <<
[273] Estos anticipos se entregaban bajo garantía de derechos sobre los ingresos que obtenían los nobles cuando los campesinos entregaban sus tributos. <<
[274] Traducimos «Pöbelsinn», pudiendo interpretarse «Pöbel» como plebe y populacho o, más simple y generalmente, como vulgar. <<
[275] ‘Loco’ y ‘bufón’ se dicen en alemán con la misma palabra: «Narr». <<
[276] En efecto, las antiguas leyes del derecho germánico contemplaban que todos aquellos tesoros que estuvieran enterrados bajo tierra a mayor profundidad de la que remueve el arado pertenecían al emperador. <<
[277] El astrólogo nombra las características más convencionales y conocidas atribuidas antiguamente a los planetas y a los dioses que les dan nombre, así como su influencia sobre los hombres y su relación con los metales a través de las teorías alquímicas. El sol es el oro y el corazón; la luna, plata y cerebro, ademas de ser un planeta que influye poderosamente sobre el humor de los hombres y, en la mitología, una diosa «casta»; Venus, es el cobre y los órganos sexuales, además de la célebre diosa del amor y la belleza; Mercurio, el plateado mercurio que une al resto de los metales y, como dios, el mensajero de los dioses olímpicos y el dios del comercio; Marte, el hierro y el dios de la guerra; Júpiter es el zinc, metal muy usado en la tardía Edad Media en Alemania para hacer resplandecientes vajillas y vasijas; el resplandor que proporciona Júpiter a quienes favorece es un tópico; Saturno es el plomo. <<
[278] Oye al astrólogo y oye a Mefisto que le va soplando. <<
[279] La raíz de la famosa mandrágora tiene, supuestamente, virtudes altamente mágicas, trayendo salud y fortuna; sobre ella hay numerosas y variadas leyendas, como la de que para encontrarlas y sacarlas de tierra hace falta un perro negro. En alemán, su nombre («Altraunen») está vinculado a las runas, antiguo alfabeto germánico también muy usado con fines mágicos. <<
[280] Era vieja costumbre en Alemania decir cuando alguien tropezaba: «hay un músico enterrado (un violinista)». Al usar esta expresión, Mefistófeles quiere dar a entender lo fácil que será hallar el tesoro. <<
[281] Se llama ‘tártaro’ al tartrato ácido de potasio que forma una costra cristalina en el fondo y las paredes de las vasijas donde fermenta el vino. <<
[282] Alusión al becerro de oro que los israelitas adoraron mientras Moisés estaba recibiendo las tablas de la ley en el Sinaí. Éxodo 32, 4. <<
[283] El astrólogo sabe el tiempo indicado para cada cosa, por su oficio. Por eso recuerda los ritos de purificación con los que culmina el Carnaval. Con todo esto, quiere ayudar a Mefistófeles a ganar tiempo. <<
[284] Goethe utiliza aquí la expresión latina para la acotación teatral «salen». Es un uso del teatro clásico. <<
[285] El famoso «lapis philosophicus» de los alquimistas que transformaba todo en oro y también otorgaba la salud. <<
[286] La mascarada es un desfile que se realiza el Martes de Carnaval. En el palacio del emperador se eligen disfraces de la mitología clásica mezclados con típicos personajes italianos del pueblo, al estilo del carnaval de Florencia. En efecto, tal como se sabe por los préstamos bibliotecarios efectuados en 1827 por Goethe, nuestro autor se inspiro principalmente para su escena de carnaval en una obra editada por el italiano Anton-Francesco Grazzini en 1559 sobre los cantos de carnaval en Florencia en tiempos de Lorenzo de Médici. En los años 1820-22 también había revisado detalladamente algunos grabados copiados de Mantegna y en 1826 recibió otra obra, de Francesco Valentini (Berlín, 1826) sobre la comedia del arte y las mascaradas italianas y carnavales de Roma. Ademas, él mismo había vivido los carnavales de Roma. La mayoría de los personajes que introduce aquí Goethe aparecen ya descritos en las obras mencionadas.
Hemos traducido en verso rimado todas las partes que pertenecen a grupos y coros propiamente del carnaval, dejando en prosa las intervenciones del heraldo —que sólo introduce a los distintos grupos y da explicaciones— o de personajes que no forman directamente parte de los grupos que bailan y cantan como comparsas del carnaval (por ejemplo, un borracho). <<
[287] «Römerzüge», en el sentido más literal de romería a Roma. <<
[288] Se refiere al propio Papa, porque el emperador tenía que besar sus sandalias. <<
[289] Se refiere al típico gorro de bufón que será el disfraz de los carnavales. <<
[290] En el original «mujer», de modo que se trata del natural femenino en general. <<
[291] Literalmente: «comprad ahora en este alegre lugar». <<
[292] Diosa de la fecundidad y los cereales. <<
[293] Antiguo filósofo y botánico discípulo de Platón y Aristóteles y autor de una Historia Natural de las Plantas muy conocida. De todos modos es posible que bajo este nombre Goethe esté pensando en su sabio amigo botanista A. von Humboldt. <<
[294] En el original se añade: en la Naturaleza. <<
[295] Instrumento italiano parecido al laúd, aunque de mayor tamaño. <<
[296] Los rostros de los propios jardineros, que ofrecen como mercancía ricas frutas en vez de gráciles flores. <<
[297] En la obra citada de Grazzini (véase nota supra) figuran también cantos de viudas que van a mostrar a sus hijas para cazar marido. Goethe lo reduce a una sola viuda con hija, que forma otro grupo en su Carnaval. <<
[298] El juego de las prendas y el del pañuelo. En el texto original se habla del juego de las prendas y del juego del «tercer hombre», un antiguo juego de sociedad del mismo tipo que los mencionados. <<
[299] Alude al disfraz de bufón que llevan todos en el carnaval. <<