[700] En este pasaje bíblico, cuya cita se puede ver en una anotación marginal hecha a mano por Goethe en un esbozo manuscrito, se cita la lucha con los principes que gobiernan el mundo en las tinieblas y los espíritus malignos bajo el cielo: «porque la lucha nuestra […] es contra los jefes que dominan en estas tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal». Citamos por la Nueva Biblia Española de L. A. Schökel y J. Mateos, Madrid, 1975. <<

[701] Aparece citado en el Antiguo Testamento como ídolo de los amonitas al que se ofrecían sacrificios humanos. Parece que fue un dios fenicio, pero por lo general se le considera como un espíritu del mal y rival de Jehová que habita en las montañas. Así aparece en Milton o en el poeta alemán Klopstock. <<

[702] Es decir, moles de un tipo de mineral no propio de una zona, tal como se pueden hallar en algunos lugares de Alemania. Este tipo de fenómenos geológicos interesaban al Goethe científico, aunque aquí ironiza sobre ello. <<

[703] Este tipo de topónimos populares son frecuentes en toda Europa, pero Goethe conocía lugares concretos con estos nombres en la zona de Suiza. <<

[704] Se alude al pasaje en que el demonio tienta a Jesús en el desierto y éste rechaza su oferta: «Después se lo llevó el diablo a una montaña altísima y le mostró todos los reinos del mundo con su esplendor…». <<

[705] Se refiere a las puertas de entrada en las ciudades medievales. <<

[706] Trazados a cordel o con tiralíneas: muy rectos. <<

[707] Legendario rey asirio célebre por su lujuria. Lo citan Heródoto y otros muchos autores antiguos. Goethe conocía, entre otros, el Sardanápalo de Lord Byron (1823). <<

[708] Ya en Fausto I se habla de las noches que pasa nuestro protagonista en su estudio observando la luna. <<

[709] La bella Helena y demás personajes mitológicos del acto tercero. <<

[710] Se repite una de las impactantes preguntas ya proferidas en Fausto I, pues nuestro protagonista siempre na estado seguro de que el diablo jamás podrá comprender la esencia de las ansias e insatisfacción humanas ni satisfacerlas. <<

[711] Las puertas de entrada en la ciudad. <<

[712] Se trata de que no piense demasiado en los medios que habrá que usar para alcanzar el objetivo. <<

[713] En alemán se produce un juego de palabras entre «Kriegs/unrat» (inmundicias de guerra, pero literalmente «no-consejo de guerra» o «desatino») y «Kriegsrat» (consejo de guerra). <<

[714] En el original alemán Peter Squenz (apellido que presenta una rima final con «quintaesencia» —Squenz/Quintessenz—). Peter Squenz es el personaje de una obra teatral del dramaturgo alemán barroco Andreas Gryphius, en la que se imita El sueño de una noche de verano de Shakespeare: en el original inglés, el nombre del personaje es Peter Quince y se trata de un artesano que organiza un entremés teatral con otros cinco compañeros atenienses sobre los amores de Píramo y Tisbe. El nombre fue traducido al alemán como Peter Squenz en 1797 por Schlegel. Nosotros hemos recuperado para nuestra versión el nombre shakespeareano «Quince», más eufónico en castellano que el alemán Squenz y que nos permite una rima inicial con «quintaesencia». <<

[715] Se trata de una alegoría de la guerra. En la Biblia aparecen tres valientes «campeones» que siguen a David y arrasan a los enemigos, pero allí sus nombres son Isbaal, el jaquemonita, Eleazar, el ajojita, y Samá, el ararita. Por otra parte, en Isaías, 8,1-4, se cita a un hijo de Isaías al que por orden de Dios se nombra, literalmente, como «Pronto al saqueo» y «Presto-al-botín». Goethe utiliza la idea de tres campeones guerreros y se fija en estos últimos nombres alusivos, que imita, añadiendo otros; por lo demás, les da a sus personajes las características que a él le convienen. <<

[716] Burla de Goethe a la moda romántica de todo lo medieval. <<

[717] Mefistófeles emplea la palabra alemana «Lumpe», que si bien significa «pícaro», es homófona del término de la misma raíz «Lumpen» que significa «harapo, andrajo», con lo cual también está burlándose de las vestimentas de caballero recién aludidas. <<

[718] Simboliza al brabucón siempre dispuesto a la pelea. En alemán «Raufebold» (‘espadachín’). <<

[719] Simboliza a los ladrones, lo que justifica nuestra elección del término «manoslargas», alusivo al dicho popular aplicado a los que roban: ‘tener las manos muy largas’. En alemán «Habebald» (literalmente: ‘asepronto’). En la Biblia se corresponde con el nombre muy similar de «Raubebald», traducido como «Pronto-al-saqueo» (Isaías 8, 1-4). Nueva Biblia Española, Schökel y Mateos, Madrid, 1975. <<

[720] Es un símbolo de los avaros y agarrados, lo que justifica nuestra traducción, que remite al dicho popular para los tacaños: «es de los del puño prieto» o «de la cofradía de la virgen del puño». En alemán «Haltefest» (literalmente: ‘agarrafuerte’). <<

[721] La formación militar en cuadrado, para avanzar hacia el enemigo, era la más típica en los ejércitos del XVI y XVII, tal como pudo ver Goethe en numerosos grabados. <<

[722] Traducimos las intervenciones de estos exploradores en verso rimado, ya que más adelante se indican que son en realidad heraldos portadores de proclamas, lo cual es compatible con la declamación en verso, ademas de que Goethe, intencionadamente, les hace expresarse en versos mucho más cortos. <<

[723] Juego medieval que consiste en coger con la punta de la lanza una anilla situada en lo alto de un poste desde un caballo al galope. <<

[724] El emperador alude a la aventura sucedida cuando se inflamó su barba artificial durante el carnaval. <<

[725] Aquí se combina la creencia supersticiosa en que hay cristales mágicos que permiten ver los sucesos del mundo (como las bolas de cristal) y la idea popular de que los metales son primero gases que se cristalizan al posarse. <<

[726] Fausto inventa una historia para justificar su presencia. Un mago de Norcia (Nursia) fue condenado a muerte en las montañas sabinas y el emperador se halló presente cuando fue conducido a la pira, ya que había acudido a Roma para ser coronado. La coronación le daba derecho a graciar a alguien y eligió al nigromante condenado. La figura del nigromante de Norcia es más o menos histórica y Goethe la conocía por sus estudios de la vida de Benvenuto Cellini. <<

[727] Véase Salmos 110, I: «Siéntate a mi derecha, que voy a hacer/de tus enemigos estrado de tus pies». ‘Estrado’ puede traducirse también por ‘escabel’. <<

[728] El usurpador llama al emperador «cuento», mientras éste considera en versos anteriores a su rival un mero «fantasma» (verso 10469). <<

[729] En alemán «Eilebeute». En la Biblia aparece traducido como «Presto-albotín» y es un nombre de varón (Isaías 8,1-4, en op. cit.). Para darle resonancias más femeninas, sin perder su carácter de palabra compuesta y muy coloquial, así como su sentido alusivo a alguien que actúa como un ave de rapiña, optamos por la expresión popular «barrer para casa». <<

[730] Metáfora para «cosecha». <<

[731] Alude a las armaduras vacías que ha robado para formar falanges espectrales. <<

[732] Ironía de Goethe contra los románticos y su obsesión medievalizante. <<

[733] Un espejismo. <<

[734] Es el fuego de San Telmo, un fenómeno eléctrico que hace centellear en determinadas circunstancias atmosféricas los mástiles de las naves causando el terror de los navegantes poco avezados. Tal como Fausto indica, en la Antigüedad este fenómeno se interpretaba como un signo favorable de ayuda sobrenatural de los dioscuros. <<

[735] Ya se ha hablado anteriormente de los dioscuros (hijos de Zeus), nombre atribuido generalmente a los gemelos de Helena, Cástor y Pólux. Estos gemelos fueron divinizados y se les atribuyó la constelación de Géminis. Se contaban numerosas leyendas sobre ellos, en muchas de las cuales seguían activos después de su muerte bajo la forma de fantasmas que intervenían en las batallas. <<

[736] Se refieren, de nuevo, al nigromante de Norcia. <<

[737] Alude a la liberación del nigromante. <<

[738] El águila es tradicionalmente símbolo de realeza y aquí representa al emperador; el grifo simboliza al usurpador. <<

[739] Aunque aquí aparecen vinculados al diablo, los dos cuervos son en el imaginario popular alemán los animales que informan de todo cuanto ocurre en el mundo al dios Wotan (Odín) y aparecen posados sobre sus hombros. De todos modos, el dios Wotan tiene bastantes connotaciones demónicas. <<

[740] Plural mayestático que se refiere sólo a él. <<

[741] En alemán se produce un juego de palabras entre «Sein» (ser) y «Schein» (apariencia). Además una ironía un tanto misógina respecto a la femenina facultad para engañar con apariencias que esconden todo menos lo que se espera. <<

[742] El alemán «aus dem Grund» también es ‘desde el fondo’, con lo que se juega también con el sentido de haber sacado del fondo a las ondinas. <<

[743] Se refiere al agua que cae sobre los que escalan las rocas. <<

[744] Nos permitimos aquí una notable amplificación del verso a modo de perífrasis explicativa para el conciso: «ein wunderbarer falscher Ton» (un sonido prodigioso y falso) tratando de que se entienda mejor a que se refiere el texto: se trata de las vacías armaduras que provocan la impresión de un ejercito en movimiento con sus sonidos metálicos cuando no son más que una ilusión. <<

[745] Los güelfos y gibelinos fueron dos partidos enfrentados de modo irreconciliable durante la Edad Media en Italia y su entorno; aquí no se refiere a estos bandos históricos concretos, sino que sirve como símbolo de bandos enfrentados. <<

[746] En alemán «Morgenstern»: es un tipo de maza erizada de clavos como una estrella. <<

[747] En alemán «Kontribution», es decir, la parte que los caudillos de un ejército exigían a la población de un territorio conquistado. <<

[748] En esta escena el original alemán utiliza versos alejandrinos, ya que a Goethe le resultan más formales y barrocos, más aptos para una lengua ceremonial y del Estado. En principio, este tipo de verso debe llevar una cesura a la mitad, pero ni esta regla ni las normas de acentuación alternante se toman al pie de la letra. <<

[749] El emperador entra hablando; probablemente el «sea como sea» se refiere a con ayuda mágica o sin ella. <<

[750] Plural mayestático. <<

[751] A partir de aquí el emperador va a repartir dignidades entre sus principes electores siguiendo las costumbres marcadas en la celebre Bula de Oro del Sacro Imperio Germánico, aprobada el 25 de diciembre de 1356 bajo el reinado del emperador Carlos IT. Se trataba de una normativa sobre la elección de emperador germánico que estuvo vigente más de 450 años, hasta el final del Reich alemán en 1806 cuando el rey Francisco II se nombra a sí mismo emperador de Austria y renuncia a la corona imperial (aunque desde la paz de Westfalia de 1648, tras la guerra de los Treinta años, la corona imperial ya era puramente simbólica). En dicha bula se indica que los príncipes electores serán siete: el gran duque de Sajonia, al que se nombra Gran Mariscal del reino, el margrave de Brandemburgo, que será Gran Chambelán, el conde palatino del Rin, que será Gran Senescal o Trinchante mayor, y el rey de Bohemia, que sera escanciador o Copero Mayor. Además, también había tres príncipes electores con cargos eclesiásticos: el arzobispo de Maguncia (Mainz), que será archicanciller de Germania, el arzobispo de Tréveris (Trier), que sera archicanciller de Italia y el arzobispo de Colonia (Köln), que será archicanciller del reino de Arles. En el texto de Goethe sólo aparece un arzobispo, que tiene que ser el de Maguncia, ya que era éste el que acumulaba en su persona el cargo simultáneo de archicanciller imperial y arzobispo.

Los cargos de la Casa del rey —copero, trinchante, etcétera— eran puramente simbólicos, ya que los príncipes vivían en sus propios territorios y no en la corte, pero sí se representaban gestualmente durante la ceremonia de coronación, y ello hasta el final del Reich en época del propio Goethe. Goethe conocía bien el texto de la Bula de Oro en la edición comentada de Johann Daniel Olenschlager, tal como puede leerse en su libro biográfico Dichtung und Wahrheit y, ademas, había asistido personalmente al ceremonial de elección de emperador de 1764, ya que la Bula ordenaba celebrar la elección en su ciudad natal de Frankfurt (en un plazo de 30 días), mientras que la coronación debía celebrarse en Aquisgrán, en lugar de en Roma, como muestra de independencia respecto al Papa. Además, la bula otorgaba plenitud de derechos de regalía para los príncipes electores en sus territorios, de tal modo que eran independientes y todopoderosos en la práctica y el emperador quedaba a merced de ellos. <<

[752] De acuerdo con la Bula de Oro, se trata del Gran Duque de Sajonia. <<

[753] Se alude a rituales que solían tener lugar para el ceremonial de coronación, durante el cual el príncipe elector de Sajonia, en calidad de Gran Mariscal del imperio, sostenía la espada. <<

[754] De acuerdo con la Bula de Oro, se trata del margrave de Brandemburgo. <<

[755] Para el ritual del lavamanos ceremonial. El chambelán le propone sujetar el anillo símbolo del poder mientras se lava las manos. <<

[756] También se puede traducir como ‘Trinchante Mayor’ o Camarero Mayor. Según la Bula de Oro, se trata del conde Palatino del Rin. <<

[757] También conocido como ‘escanciador’: el que en las cortes antiguas tema por misión y como especial honor encargarse de servirle el vino al rey. Según la Bula de Oro, debe tratarse del rey de Bohemia. <<

[758] La piedra en forma de cuño que sostiene toda la bóveda y que se coloca en último lugar. <<

[759] Puesto que Goethe reduce a cinco el número de príncipes electores. <<

[760] Traducimos «Zinsen» que, en sentido más literal, puede verterse como «censo», palabra con la que en otros tiempos se designaban determinados tributos.

Durante la Edad Media los nobles hacían pagar un tributo a los comerciantes que pedían escolta armada para viajar protegidos. Asimismo existía derecho de aduana cada vez que se entraba en un nuevo feudo o a la entrada de puentes y ciudades. Algunos de estos impuestos se han mantenido vigentes casi hasta nuestros días (por ejemplo, el derecho de pontazgo). <<

[761] La regalía es una prerrogativa especial (por ejemplo, la percepción de determinados porcentajes) o también una exención particular. En este texto es probable que se aluda al derecho de los nobles a cobrar en sus territorios determinados impuestos reales como el de la sal (la también llamada ‘gabela’), así como el derecho de acuñar moneda o el derecho a percibir un pago en concepto del derecho de uso de explotación de una mina situada en sus propiedades. <<

[762] Como ya se ha indicado, la corona del Sacro Imperio Germánico no era hereditaria, sino electiva. <<

[763] Recordemos que el arzobispo es al mismo tiempo archicanciller del reino, pero ahora se queda con el emperador solo en calidad de eclesiástico, no como personaje civil. Goethe da por sabido el hecho de que, según la constitución del antiguo Reich alemán, el arzobispo de Maguncia (Mainz) era el primer personaje del imperio tras el emperador. Durante la elección de emperador el arzobispo de Maguncia era el último en votar, una vez que los otros 6 ya habían expresado su voto, de modo que su votación decidía la elección cuando había empate. También era él el que convocaba para la elección en Frankfurt. <<

[764] Es decir, con el rayo del anatema o excomunión. <<

[765] Ya se explicó anteriormente que el emperador liberó al nigromante condenado a la hoguera aprovechando su privilegio de gracia en el día en que fue coronado por el Papa en Roma. <<

[766] En signo de contrición. <<

[767] Esta breve indicación es la única indicación de que Fausto ha obtenido lo que pretendía al principio del acto. <<

[768] En el sentido de excomunión (en alemán). <<

[769] Llegamos por fin al último acto de este largo drama. Fue terminado definitivamente por Goethe en el año 1811, a la par que el acto IV, aunque ya había escrito algunas partes en 1825 y 1826, y desde 1800 ya venía comentando algunas ideas. Es posible que introdujese todavía algunos pequeños arreglos y detalles a principios de 1812, año de su fallecimiento, pero lo esencial ya estaba acabado. Hay que señalar que Goethe leyó una traducción alemana del Fausto de Marlowe en 1818 y lo apreció mucho. También cabe indicar que Goethe hizo anotaciones en su diario sobre inundaciones catastróficas en las costas del Mar del Norte con rotura de diques, etc., justamente en 1825, cuando estaba trabajando en su Fausto.

Frente a otros actos, el quinto no comienza con la presencia y el habitual monólogo de Fausto, sino que se nos habla de él desde una perspectiva externa: son los personajes de nombre mitológico Filemón y Baucis los que le cuentan a un viajero qué ha sido de Fausto desde que lo dejamos de ver en el acto IV: sabemos que han pasado muchos años y ha efectuado muchas obras en el litoral que le dio el emperador. El acto V es muy importante por varios motivos: en primer lugar porque asistiremos por fin a la escena en que Fausto pronuncia las palabras que sellan la venta de su alma a Mefistófeles, y por tanto el final de la apuesta entre Dios y Satanás, lo que permite cerrar el hilo argumental que se abrió en las primeras páginas del Fausto I y que, tras una obra tan larga y variopinta, a veces casi habíamos perdido ya de vista. En segundo lugar, porque Goethe tiene que ingeniárselas para convencernos de la —en apariencia— poco justificada salvación del impío Fausto y, para lograr eso, asistimos a una poco llamativa, pero sí muy profunda transformación de los resortes más íntimos de nuestro protagonista. En efecto, si en el acto IV y durante buena parte del acto V, los deseos de Fausto de ganar tierra al mar todavía parecen obedecer a un nuevo deseo sobrehumano de este personaje ansioso, que ahora pretende medirse con las fuerzas de los elementos aunque sea ligándose con las fuerzas infernales para conseguirlo, al final, a través de muy pocos versos, pero sumamente importantes, ganamos una nueva visión de un Fausto que desea tanto alejarse de la magia de su tentador (vv. 11404) como ganarle tierras al mar para que en ellas puedan vivir felices los hombres más desposeídos (vv. 11559 y ss. Final). Las palabras del famoso pacto las pronunciará justamente mientras está muriéndose imbuido por vez primera de una sensación de libertad, paz y dicha interior al imaginar esa obra benéfica de colonización. Frente a la desmesura y angustia románticas, ha triunfado el optimismo ilustrado-burgués: la fe en la condición humana. <<

[770] En esta escena se lanza una mirada retrospectiva a los últimos años de Fausto desde el exterior, mediante el relato de un forastero. Como recoge un tema clásico bucólico, tiene un tono de idilio natural. En el original alemán se puede apreciar el uso de versos cortos, pero serenos, que evocan la armonía de la vida de los ancianos Filemón y Baucis. Las frases terminan donde termina la rima, todo está ordenado, en contraste con las tensiones y caos interior de Fausto. Aunque los nombres de estos personajes han sido tomados de la mitología latina, el propio Goethe indicó expresamente que no se trata de los personajes del mito. <<

[771] En el mito latino, los ancianos y pobres Filemón y Baucis habían sido los únicos en acoger en su humilde choza a Júpiter cuando éste recorría la zona de Frigia con Mercurio. Júpiter castigó a los ingratos habitantes de esa región con una inundación que lo anegó todo, excepto la cabaña de Filemón y Baucis. Cuando los dioses, agradecidos, hacen salir a los ancianos de su cabaña, éstos lo ven todo inundado y su choza convertida en un bello templo. Júpiter concede a los ancianos su mayor deseo: ser sacerdotes de ese santuario y morir allí los dos al mismo tiempo.

A Goethe le viene bien este relato mitológico en un contexto en el que Fausto trata de luchar contra la fuerza de las inundaciones marinas, aunque movido por sentimientos bien distintos de los de los ancianos. Además, Goethe sabía de las catástrofes causadas por el mar en zonas del Norte de Alemania y de las obras de ingeniería que se estaban empezando a realizar para luchar contra ellas.

Por otra parte, Filemón y Baucis simbolizan todo lo que no es Fausto hasta su muerte: la bondad desinteresada, el desprecio del poder y la riqueza, el amor y fidelidad conyugal y sobre todo, el más puro amor al prójimo. Así pues, estos personajes sirven como contraste al personaje de Fausto, como un ejemplo que sólo al final éste recoge. <<

[772] El tesoro de su vida. <<

[773] El fuego y la campana son señales para las embarcaciones en peligro, a punto de encallar. <<

[774] Filemón le va a explicar al viajero las transformaciones que ha sufrido el entorno y que se deben a las obras realizadas por Fausto. <<

[775] Es decir, que ya era demasiado viejo para ayudar en las nuevas obras. <<

[776] En alemán, literalmente, ‘se puso el primer pie’. <<

[777] Contraste de las obras humanas frente al mundo natural donde viven satisfechos Filemón y Baucis. <<

[778] Parece improbable que pueda tratarse del mismo Linceo que conocimos en el mundo griego, pero en todo caso recibe el mismo nombre alusivo por tratarse también de un vigía. <<

[779] Supremo tanto por ser el último en la vida de Fausto como por ser el más importante. <<

[780] Mefistófeles expone su teoría moral basada en ‘el fin justifica los medios’. <<

[781] En el original, literalmente, «los pájaros de colores». Podría referirse al ‘entretenimiento’ femenino que les trae a los marineros para la fiesta, aunque hay traductores que lo interpretan sencillamente como una metáfora para unas ligeras naves adornadas. <<

[782] Obsérvese el contraste entre la satisfacción de Filemón y Baucis, que sólo poseen una humilde cabaña y se sienten a sus anchas, y la amargura de Fausto, que posee inmensas tierras pero se siente estrecho y no puede descansar hasta que todo lo que alcanza su vista sea suyo. En este acto, más que en ninguno, Fausto comete en alto grado el pecado de la soberbia y la desmesura: la «hybris». <<

[783] El bautizo. <<

[784] Fausto comete aquí su peor crimen al preferir la realización de sus desmesurados sueños de grandeza por encima del respeto a la apacible vida de Filemón y Baucis. Mefistófeles le empuja en esta nefasta dirección y se siente con las manos libres para cometer el atroz crimen, porque no cabe negar que Fausto en el fondo sabe lo que está pidiendo: cuando le pidió un somnífero a Mefisto para la madre de Margarita, obtuvo un veneno que la mato, cuando manda a Mefisto a comerciar con sus naves, la expedición se convierte en un acto de saqueo y piratería y, en general, sabe que cuanto toca Mefisto se trastoca en algo malo. Aunque trate de engañarse, obnubilado por su soberbia, es consciente de que sus órdenes acarrearán desgracia. <<

[785] El relato bíblico citado por Goethe cuenta la historia del israelita Nabot, quien tenía una viña pegada al palacio del rey Ajab, de Samaría. El rey le propuso que le diera la viña para hacerse una huerta, entregándole a cambio una viña mucho mejor en otro lugar o dinero, pero Nabot no quiso desprenderse de la heredad de sus padres. La mujer del rey, Jezabel, ordenó entonces levantar falso testimonio contra Nabot y apedrearlo hasta su muerte. El Señor ordeno entonces a Elias que bajase a la tierra a comunicarle al rey Ajab que sena duramente castigado él y su descendencia por asesino y ladrón: «en el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre…». <<

[786] Si las escenas anteriores eran diurnas, ésta, en la que va a tener lugar el crimen, es nocturna. Se establece un fuerte contraste entre el lirismo de la canción de Linceo y la forma de expresión brusca y los acontecimientos brutales relatados por Mefisto. Linceo se expresa en ritmos de «Lied», ligeros y arrulladores, con frases que terminan a final de verso, sin cortes, de modo armónico. <<

[787] En esta canción Goethe alterna versos de 6 y de 8. Nosotros hemos optado por versos de 7 y de 8. Frente a Linceo, que es todo belleza y lirismo contemplativo, Fausto es la acción que prescinde de la belleza, al menos hasta el momento de su muerte en que imagina un mundo bello, que se ajustaría perfectamente a ser cantado por Linceo, pero que por desgracia no es real. <<

[788] Es decir: encargado bajo juramento del servicio de vigía de la torre. <<

[789] En el original: la doble noche (por ser de noche y por la oscuridad del bosque). <<

[790] Es decir: se ha evaporado en humo el producto de varios siglos. <<

[791] Tras el relato de Mefisto en tono trivial de los terribles hechos, Fausto vuelve a quedar solo meditando en su balcón. No puede ver las estrellas, sólo los restos del incendio, y lamenta sus órdenes demasiado apresuradas. En ese momento, de íntima concentración, es cuando empieza a «ver» a las cuatro figuras alegóricas que van a sentenciar su vida. Se trata, en realidad, de una visión interna. <<

[792] Esta escena puramente alegórica transcurre en el interior, pues tiene que ver con lo más íntimo del alma de Fausto. A Fausto no puede afectarle la miseria en ninguna de sus formas, pues gracias a Mefistófeles es inmensamente rico, y tampoco hasta ahora ha parecido asaltarle la preocupación, la duda o alguna forma cualquiera de inquietud, pues ni se preocupaba por un hipotético más allá en el que tener que rendir cuentas —expresamente lo ha indicado en las primeras escenas de la obra— ni sentía solidaridad humana con los problemas del más acá. Por eso, en un último acto soberbio, se permite echar de su casa a la inquietud, creyéndose libre de toda preocupación. Ante tamaña ceguera, ella le castiga cegándole los ojos. Paradójicamente, pero también muy en la lógica del lenguaje simbólico, Fausto empezará a ver claro en su interior justo desde el momento en que sea ciego con los ojos de la carne. <<

[793] En alemán, «Mangel». <<

[794] En alemán, «Schuld», que en otros contextos también significa «culpa», pero aquí no se puede traducir así, ya que salvo la tercera mujer (la Inquietud) todas se sienten desplazadas por hallarse en casa de un rico y ser ellas símbolos diversos de la pobreza económica, como es el caso de las deudas. No obstante, es obvio que también se juega con su resonancia en los oídos alemanes como culpa moral. <<

[795] En alemán el término es «Sorge», también posible como «cuita, cuidado, preocupación, zozobra, desasosiego». Aquí hay que elegir una palabra femenina, puesto que la alegoría tiene aspecto de mujer. Elegimos ‘inquietud’ tratando de representar lo que parece más acorde con el carácter de permanente insatisfacción e «inquietud» del protagonista, pero debe entenderse como una inquietud angustiosa que afecta a todo el ser. <<

[796] En alemán, «Not», también posible como «miseria, necesidad, etc.». <<

[797] Excepto la Inquietud. <<

[798] Como se liquida una deuda: pagándola y anulándola. <<

[799] Porque cuando hay escasez, pronto aparecen las deudas. Todo debe interpretarse alegóricamente. <<

Fausto
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
ilustracion01.xhtml
intro.xhtml
intro_0001.xhtml
intro_0002.xhtml
intro_0003.xhtml
portadilla.xhtml
dedicatoria.xhtml
prologo_01.xhtml
prologo_02.xhtml
ilustracion02.xhtml
parte01.xhtml
ilustracion03.xhtml
parte01_01.xhtml
ilustracion04.xhtml
parte01_02.xhtml
ilustracion05.xhtml
parte01_03.xhtml
ilustracion06.xhtml
parte01_04.xhtml
ilustracion07.xhtml
parte01_05.xhtml
ilustracion08.xhtml
parte01_06.xhtml
parte01_07.xhtml
ilustracion09.xhtml
parte01_08.xhtml
parte01_09.xhtml
parte01_10.xhtml
ilustracion10.xhtml
parte01_11.xhtml
parte01_12.xhtml
parte01_13.xhtml
parte01_14.xhtml
parte01_15.xhtml
ilustracion11.xhtml
parte01_16.xhtml
parte01_17.xhtml
parte01_18.xhtml
parte01_19.xhtml
ilustracion12.xhtml
ilustracion13.xhtml
parte01_20.xhtml
ilustracion14.xhtml
parte01_21.xhtml
ilustracion15.xhtml
parte01_22.xhtml
ilustracion16.xhtml
parte01_23.xhtml
ilustracion17.xhtml
parte01_24.xhtml
parte01_25.xhtml
ilustracion18.xhtml
parte02.xhtml
parte02_acto01.xhtml
parte02_acto01_0001.xhtml
parte02_acto01_0002.xhtml
parte02_acto01_0003.xhtml
parte02_acto01_0004.xhtml
parte02_acto01_0005.xhtml
parte02_acto01_0006.xhtml
parte02_acto01_0007.xhtml
parte02_acto02.xhtml
parte02_acto02_0001.xhtml
parte02_acto02_0002.xhtml
parte02_acto02_0003.xhtml
parte02_acto02_0004.xhtml
parte02_acto02_0005.xhtml
parte02_acto02_0006.xhtml
parte02_acto02_0007.xhtml
parte02_acto03.xhtml
parte02_acto03_0001.xhtml
parte02_acto03_0002.xhtml
parte02_acto04.xhtml
parte02_acto04_0001.xhtml
parte02_acto04_0002.xhtml
parte02_acto04_0003.xhtml
parte02_acto05.xhtml
parte02_acto05_0001.xhtml
parte02_acto05_0002.xhtml
parte02_acto05_0003.xhtml
parte02_acto05_0004.xhtml
parte02_acto05_0005.xhtml
parte02_acto05_0006.xhtml
parte02_acto05_0007.xhtml
notas01.xhtml
notas02.xhtml
notas03.xhtml
notas04.xhtml
notas05.xhtml
notas06.xhtml
notas07.xhtml
notas08.xhtml
notas09.xhtml